Por Lautaro Belloni
Como informamos ayer, Jesús fue detenido de manera ilegal. Gracias al arduo trabajo del equipo de producción, pudimos confirmar que pasó la noche en la comisaría del barrio, donde fue interrogado hasta altas horas por Caifás y su grupo. Fuentes internas hablan de discusiones acaloradas, gritos y hasta golpes.
Esta mañana, Jesús fue llevado ante Poncio Pilato, el juez a cargo del caso, quien lo sometió a un juicio exprés, sin posibilidad real de defensa. Acusaciones: proclamarse Hijo de Dios y generar agitación entre la gente.
Frente a esto, Norma, una jubilada del barrio, nos dijo: «Es verdad, estuvo con nosotros cuando nos reprimían por reclamar nuestras jubilaciones. Me abrazó en medio del dolor».
Mario, un joven estudiante, también compartió su testimonio: «Cuando marchamos por la universidad, él estaba allí, con su bandera, anunciando un fututo mejor».
Maxi, otro vecino, agregó: «Me vino a ver al hospital sin conocerme. Me dio esperanza».
El juicio fue breve. La condena, irracional: tortura y crucifixión. Pilato, el juez, cedió ante la presión de los acusadores y dictó esa pena infame.
Según pudimos saber, organismos de derechos humanos presentaron varios habeas corpus en favor de Jesús y solicitaron la destitución inmediata del juez ante semejante arbitrariedad.
La sentencia fue ejecutada. Jesús fue asesinado en una cruz alrededor de las 15 horas, junto a otros dos hombres, también víctimas de la injusticia.
En diálogo con José de Arimatea, vecino reconocido de la comunidad, nos adelantó que se hará cargo del sepelio. Jesús será enterrado en el cementerio de la Chacarita, en un nicho familiar.
Seguiremos informando.
Noticia en desarrollo.
Fuente: Ig-grupocurasopp
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