De la Redacción de 90 Líneas.- El 25 de noviembre de 1960, las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal regresaban de visitar a sus maridos que se encontraban presos por oponerse a la dictadura de su país, República Dominicana, cuando integrantes de la policía secreta del gobierno interceptaron el jeep en que viajaban y que conducía su chofer, Rufino de la Cruz, por una carretera de la provincia centronorteña de Salcedo.
Las tres mujeres fueron apaleadas hasta la muerte, al igual que el conductor, y subidas nuevamente al automóvil que fue arrojado al precipicio para simular un accidente. El hecho significó el principio del fin del sanguinario régimen del dictador Rafael Leónidas Trujillo (1930-1961), quien al año siguiente fue asesinado por un grupo de opositores después de “reinar a base de terror y muerte” durante 31 años en la nación centroamericana, en lo que se conoció como “ajusticiamiento”.
Ahora bien, ¿por qué el asesinato de las hermanas Mirabal fue la gota que rebasó un vaso que se había mantenido lleno a lo largo de más de tres décadas? ¿Quiénes eran y qué representaban las tres mujeres provenientes de una familia acomodada del país? ¿Por qué Minerva y María Teresa, quienes estuvieron presas varias veces por su activismo político, poco antes del atroz crimen fueron liberadas?
La historia de las hermanas Mirabal es muy significativa en contexto histórico, pero también en la actualidad, cuando en América Latina soplan vientos autoritarios.
La fecha en que fueron asesinadas, 25 de noviembre, se instituyó como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, un hecho por demás relevante para los latinoamericanos. Pero la lucha de las hermanas Mirabal, quienes desarrollaron un incansable activismo contra la opresión a lo largo de 10 años, durante los cuales se casaron, tuvieron hijos y se graduaron en la universidad, tuvo como norte no sólo la independencia, la igualdad y el respeto hacia las mujeres, sino la libertad en el sentido más amplio de la expresión: para toda la comunidad y en todo momento.
Recuperar su historia hoy es un grito contra la falsa libertad que reivindican aquellos que, en el fondo, pretenden perpetuar y/o profundizar regímenes socioeconómicos y políticos basados en la desigualdad social y en una mayor concentración de la riqueza.
Infancia feliz, adolescencia y toma de conciencia
La Cenicienta al revés de este cuento de terror y libertad fue Minerva Argentina Mirabal, la tercera de las cuatro hermanas, quien destacaba por su inteligencia, su carácter rebelde y su belleza (un detalle nada menor en esta historia). Al igual que María Teresa, Patria y Bélgica Adela (Dedé), nació en el pequeño pueblo rural de Ojo de Agua, situado en la provincia dominicana de Salcedo.
Su padre, Enrique Mirabal Fernández, era un próspero comerciante y hacendado, casado con Mercedes Reyes Camilo, conocida como Doña Chea, una mujer con personalidad y muy respetada en la comunidad.
La infancia de las hermanas fue inmensamente feliz, como la de toda niña a la que nada le falta y que cuenta con padres cariñosos y hasta compinches.
«Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte» (Minerva Argentina Mirabal Reyes)
La posición social de la familia permitió que estudiaran en el que era considerado como el mejor colegio de la época, el internado Inmaculada Concepción. Y fue en sus aulas donde Minerva conoció una historia que le cambió la forma de ver al mundo por completo.
Un día, al ver llorar a su compañera y amiga Daysi Ariza, se acercó para preguntarle qué le ocurría. Y Daysi le contó que su padre había sido asesinado por expresar alguna disidencia con el gobierno, un régimen que eliminaba en forma sistemática a todos sus opositores.
En su libro de memorias Vivas en su Jardín, Dedé, la hermana menos comprometida políticamente y única sobreviviente, asegura que enterarse de esa historia “despertó en Minerva su primera chispa de rebeldía contra Trujillo”.
La fatídica fiesta de 1949
Un día del año 1949, todo comenzó a cambiar para los Mirabal, pero también para el futuro de la sociedad dominicana. Las familias más distinguidas fueron invitadas a una fiesta en honor del general Rafael Trujillo, quien quedó total y absolutamente cautivado por la belleza de Minerva, a la cual invitó a otras veladas.
Hasta que un día, Trujillo se quiso sobrepasar con la joven y ella lo rechazó en público. Así las cosas, el dictador, acostumbrado a tener a las chicas que quería, dio la orden de que se vigilara día y noche las actividades de la familia completa.
El desaire de Minerva llegó a ser cuestionado por su hermana Patria. No por estar en desacuerdo, sino por el temor que le generó, a ella y a todos, las posibles consecuencias. El padre envió un telegrama a Trujillo pidiendo disculpas por la actitud de su hija. Pero lo cierto es que tanto Minerva, como también Patria y María Teresa, ya no tenían lugar para disculpas con el régimen.
Para colmo, Enrique Mirabal fue apresado y liberado varias veces en los años posteriores, hasta que enfermó a causa de ello y murió en diciembre de 1953.
Las Mariposas
Minerva se casó con Manolo Tavares, un estudiante de derecho opositor al régimen, en 1955. Ella también se graduó en la universidad.
“Los levantamientos sociales acontecidos en América Latina a finales de la década de los 50, en especial el organizado contra Fulgencio Batista en Cuba, provocaron la creación de un movimiento antidictatorial en República Dominicana, llamado 14 de Junio -en honor a una expedición armada proveniente de Cuba que llegó al país en dicha fecha-. El marido de Minerva Argentina fue su primer presidente, y las 3 hermanas jugaron un papel clave en la disidencia: eran conocidas como ‘Las Mariposas’, pues clandestinamente se identificaban como Mariposa 1, 2 y 3”.
Ese nucleamiento estuvo conformado por hijos e hijas de muchas familias acomodadas del país, hecho que con el tiempo terminó significando una presión social enorme para el régimen trujillista.
Cuando se descubrió el movimiento 14 de Junio, decenas de hombres y mujeres fueron apresados, torturados y muchos asesinados. Minerva y María Teresa, como dijimos, estuvieron detenidas. Hasta que un día les otorgaron la prisión domiciliaria, mientras sus tres esposos seguían en la cárcel: sabían que regularmente los irían a visitar.
La lucha de las hermanas Mirabal tuvo como norte no sólo la independencia, la igualdad y el respeto hacia las mujeres, sino la libertad en el sentido más amplio de la expresión: para toda la comunidad y en todo momento. Recuperar su historia hoy es un grito contra la falsa libertad que reivindican aquellos que, en el fondo, pretenden perpetuar o profundizar regímenes socioeconómicos y políticos basados en la desigualdad social y en una mayor concentración de la riqueza.
Fue así que al regresar de una visita a la prisión, el jeep fue interceptado y se produjo el atroz crimen. Para gran parte de la comunidad fue el punto final. Un basta con mayúsculas. No obstante, la dictadura seguía muy fuerte; eran más de 30 años de dominio absoluto sobre las voluntades de las personas.
Sin embargo, el 30 de mayo de 1961, un grupo de 11 opositores llevó adelante lo que la historia denominó “ajusticiamiento”. A las 21,45, en la carretera Santo Domingo-San Cristóbal, el auto donde iba el dictador recibió más de 60 disparos, siete de los cuales hicieron blanco en su cuerpo.
«Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte» (Minerva Argentina Mirabal Reyes)
Video: Las Hermanas Mirabal
El Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Eva Perón-Museo Evita presenta la exposición “Hermanas”, como parte del convenio cultural con la Casa Museo Hermanas Mirabal, de República Dominicana.
“Hermanas” llega al Museo Evita, desde la tierra natal de las Mirabal, para recorrer las biografías de estas mujeres asesinadas el 25 de noviembre de 1960 por la dictadura de Rafael L. Trujillo. Las Mariposas hoy son un símbolo de la lucha contra todas las formas de violencia por motivos de género.
Se podrá visitar de martes a domingos, de 11 a 19 hs, en la sala de exposiciones temporarias del Museo Evita (Lafinur 2988, CABA).