Muchas veces tenemos distintos síntomas y acudimos al médico clínico quien luego de análisis comprueba que no tenemos nada. Nos deriva entonces a un psiquiatra.
Ataques de pánicos, dolores, ansiedades, irritabilidad, falta de sueño, bajo o sobrepeso. Se trata del estrés sostenido en el tiempo. La ansiedad es una especie de intranquilidad permanente, que no tiene un objeto definido, parecería estar constantemente con quien la padece.
Una de las cosas que debemos aprender es a registrar qué cosas o cuestiones nos generan ansiedad y cual es el grado de ansiedad que nos ocasiona. Debemos saber que una mente preocupada, cansada, impacta directamente en nuestro cerebro, activando estados emocionales de inestabilidad y vulnerabilidad aumentando así factores de riesgo de enfermedades y accidentes.
Se trata de situaciones reales que generan estrés y ponen al cuerpo y al cerebro en un estado de alerta permanente. Esto aumenta cuando se intenta controlar todo, cuando no se puede delegar tareas, cuando no podemos adaptarnos a los cambios. Ante esta situación debemos consultar a especialistas en psiquiatría. Es saludable hacer deportes y generar situaciones que permitan descomprimir el malestar.
Sugerimos aprender a vivir en el presente sin adelantarnos a las situaciones, hacer pausas durante el día, siendo consciente de cada minuto. Siendo totalmente conscientes de lo que nos rodea: de los olores, los ruidos, los colores. Desaprendiendo el modo de vida en piloto automático, redescubriéndonos y redescubriendo nuestro entorno, a nuestros hijos, familiares y amigos.
El estrés es el mal de estos tiempos, uno de sus síntomas más importantes y destacables es la ansiedad, que suele ser sostenida, y ante eventos particulares se vuelve muchas veces aguda y es aquí donde generalmente aparecen aún más síntomas que afectan la calidad de vida.
Lic. En psicología Santisteban Belen MP 53820