La japonesa Naomí Osaka se consagró campeona del Abierto de Australia 2021 al derrotar en dos sets, por 6-4 y 6-3, a la estadounidense Jennifer Brady.
Así, Osaka consiguió su cuarto Grand Slam con apenas 23 años. Sin no surgen imponderables, tiene por lo menos diez años más de carrera. Esto, sumado a la tremenda solidez que viene demostrando, llevan a muchos especialistas de la raqueta a ver en ella a una futura multicampeona.
En el circuito femenino del tenis mundial, desde que Serena Williams se bajó del Nº 1 con 23 Grand Slams y embarazo de por medio, ninguna jugadora dio muestras de poder erigirse en clara dominadora.
Por ejemplo: la checa Karolina Pliskova llegó a ser Nº 1 del ranking WTA sin ganar un solo grande; la rumana Simona Halep lleva ganados dos a los 29 años; la alemana Angelique Kerber suma tres a sus 33; otra checa, Petra Kvitova, lleva dos a los 30 años.
Completemos el Top-10. La Nº 1 actual, la australiana Ash Barty, ganó un Grand Slam. La estadounidense Sofía Kenin, también uno (aunque sólo tiene 22 años). Elina Svitolina y la bielorrusa Aryna Sabalenka, ninguno. Y la canadiense Bianca Andreescu, uno.
En un contexto tan volátil, cambiante, sin que nadie pueda pegar desde años un golpe sobre la mesa, la consolidación de Osaka en títulos de Grand Slams y en el juego, mete miedo a sus rivales.
Por caso, la multicampeona Serena Williams, antes de enfrentarla en la semifinal, declaró: “siento que Naomí está haciendo todo bien”. Al día siguiente fue vapuleada por la nipona 6-3 y 6-4.
A muchísimos jugadores y jugadoras que ganan otro tipo de torneos se les hace cuesta arriba lograr un Grand Slam. Sobran ejemplos de grandes tenistas que se retiraron sin un grande. Es por ello que los números de la japonesa son muy llamativos: en total ganó 7 títulos de la WTA, y cuatro de ellos son Grand Slams.