Dos días antes de las primeras elecciones presidenciales, exactamente el 28 de octubre de 1983, después de la sangrienta dictadura militar que derrocó al gobierno de Isabel Perón, ocurrió un hecho que a juicio de muchos fue el principal artífice de la derrota electoral de la fórmula del peronismo que encabezaba Italo Argentino Lúder. Ese día, ante un marco imponente de cierre de campaña en el Obelisco y mientras Lúder pronunciaba su discurso, el candidato a gobernador de la Provincia de Buenos Aires Herminio Iglesias, quemó una miniatura de un ataúd con el nombre de Raúl Alfonsín que estaba pintado con los colores rojo y blanco, emblemas del radicalismo. A los dos días Alfonsín se convertiría en presidente de la Nación con el 51,75% de los sufragios contra el 40,16% del peronismo. Y Herminio que además había cometido otros furcios en sus discursos de campaña tales como «conmigo o sinmigo vamos a ganar» o «trabajaremos las 24 horas del día y la noche también» fue puesto por sus propios compañeros en el primer puesto del pedestal de la derrota.
A poco menos de 37 años de ese hecho aberrante de la quema de un ataúd y encima después de semejante barbarie con miles de desparecidos en el país, sucedió algo macabro ¿similar o peor? en un contexto de democracia que se supone afianzada. Ocurrió ayer algo peligroso para todas las instituciones que ayudaron con gran esfuerzo de muchos años a afianzar la democracia que hoy tenemos y nos permite elegir a nuestros representantes entre tantos otros privilegios ciudadanos, porque quienes vivieron aquellos años oscuros se sienten privilegiados con tan sólo poder expresarse libremente.
¿Y que puede ser peor que la barbaridad y la locura de quemar un ataúd en un acto político?. Manifestantes convocados por dirigentes de la oposición que marcharon ayer en rechazo a las vacunaciones contra el coronavirus fuera de protocolo en varias ciudades del país y Plaza de Mayo, colgaron bolsas simulando contener cadáveres con nombres de dirigentes del oficialismo, hecho que fue repudiado por el presidente Alberto Fernández y otros funcionarios.
La oposición se defiende diciendo que el mensaje fue «las muertes de NN por los vacunados Vip». De ser así, la forma de enviar el mensaje es, al menos, confusa, pues no todos los nombres que aparecen en las bolsas son de vacunados «por izquierda», por lo cual el Gobierno ya tomó medidas drásticas como el cambio del ministro de Salud. ¿El presidente es un vacunado vip? ¿Y la imagen en esas marchas de Cristina colgada, acaso no son parecidas a la del ataúd de Herminio?
La reacción de Fernández fue inmediata y la expresó a través de su cuenta de twitter: «La forma de manifestarse en democracia no puede ser exhibir frente a la Casa Rosada bolsas mortuorias con nombres de dirigentes políticos», advirtió el jefe de Estado en Twitter, y manifestó que «esta acción lamentable solo demuestra cómo muchos opositores conciben la República», expresó el presidente al tiempo que se alzaron otras voces en contra de ¿los artífices de la derrota electoral de los próximo comicios?.
La forma de manifestarse en democracia no puede ser exhibir frente a la Casa Rosada bolsas mortuorias con nombres de dirigentes políticos. Esta acción lamentable solo demuestra cómo muchos opositores conciben la República. No callemos ante semejante acto de barbarie. pic.twitter.com/nFsgEHKMs7
— Alberto Fernández (@alferdez) February 27, 2021
Alguien podrá decir «pero no es lo mismo, pues el ataúd con los colores del radicalismo lo quemó un dirigente político, un candidato». Es verdad, pero hay que señalar que quienes lo defenestraron en aquel entonces son, en buena parte, del mismo partido radical que hoy apoya a quienes fogonean estas protestas que lo que mejor hacen es mostrar odio y más odio en un momento a nivel mundial en el que se necesita estar unidos por lo menos en materia de políticas de salud para ganarle a una pandemia.
Es verdad, las bolsas mortuorias no las colocó Mauricio Macri frente a la Casa Rosada, tampoco Patricia Bullrich, ni Horacio Rodrígez Larreta, ni Miguel Angel Pichetto, las puso un grupito de seguidores de estos políticos que también salieron con sus twitter a manifestarse; por ejempo, Macri posteó: «Emocionado y contento de ver como una vez más los argentinos se movilizan, demostrando que no van a permitir los abusos y atropellos del gobierno»
Emocionado y contento de ver como una vez más los argentinos se movilizan, demostrando que no van a permitir los abusos y atropellos del gobierno.
— Mauricio Macri (@mauriciomacri) February 27, 2021
¿Acaso señor Macri lo de ayer no fue un abuso y atropello a la democracia, a los derechos humanos, a la vida de los individuos?. ¿A usted le parece que personas como Estela de Carlotto no sufrieron ya demasiado como para ver una bolsa mortuoria con su nombre frente a Casa Rosada?. Evidentemente eso no le mueve el amperímetro ni a usted ni tampoco a los dirigentes que lo rodean, es más, Patricia Bullrich respaldó ese acto nefasto y mostró amplias sonrisas ante las cámaras de los medios hegemónicos y afines a la derecha que llevó a las ruinas al país.
Si el cajón que quemó Herminio Iglesias llevó a la derrota electoral al peronismo aquel octubre de 1983, entonces este suceso de dimensiones mucho más grave porque pone en bolsas mortuorias a Estela de Carlotto, a «los pibes de la Cámpora», a Ginés González García y hasta al propio presidente de la Nación, ¿puede impactar en los próximos comicios de este año para elegir representes en la legislatura?. Si sumamos 2 + 2 debería ser así, pero con el manejo de la información de los medios más poderosos y el mensaje que llevan a sus lectores y/o televidentes la situación puede cambiar, porque no olvidemos que si algo sabe hacer la ultraderecha es manejar la información.