La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció este viernes la aprobación de urgencia a la vacuna anticovid Janssen, de dosis única, de la farmacéutica estadounidense Johnson&Johnson y ratificó que «no hay razón para no utilizar» el inmunizador de AstraZeneca, tras la suspensión de su uso como medida de precaución en algunos países europeos.
«Cada nuevo instrumento, seguro y eficaz, contra el Covid-19 es un paso más hacia el control de la pandemia», comentó el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
La de Janssen es la tercera vacuna homologada por la OMS, después del visto bueno que recibieron las de Pfizer/BioNTech y la de AstraZeneca/Oxford.
Esas dos vacunas necesitan una doble dosis y la de Pfizer solo puede ser almacenada a temperaturas extremadamente frías. En cambio, el fármaco Janssen puede mantenerse en un frigorífico clásico.
Con esta aprobación, la vacuna podrá integrar el programa Covax, fundado por la OMS, la Alianza para las Vacunas (GAVI) y la Coalición para la Innovación en la Preparación ante las Epidemias (CEPI), para distribuir vacunas a los países en vías de desarrollo.
La decisión de este viernes de la OMS viene precedida por la autorización de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), que se anunció este jueves.
“La esperanza que ofrecen estas herramientas no se materializará a menos que estén disponibles para todas las personas en todos los países. Insto a gobiernos y empresas a que cumplan sus compromisos y utilicen todas las soluciones a su disposición para aumentar la producción, de modo que estas herramientas se conviertan en bienes públicos verdaderamente globales, disponibles y asequibles para todos”, remarcó Tedros.
La vacuna de Janssen es la primera en ser incluida por la OMS como un régimen de dosis única, lo que debería facilitar la logística de vacunación en todos los países.
La defensa de la vacuna de AstraZeneca
Pero la organización también debió salir a defender el uso de la vacuna de AstraZeneca, cuya seguridad fue puesta en duda por algunos países que hablaron de los efectos secundarios.
«Sí, deberíamos continuar utilizando la vacuna» de AstraZeneca; «no hay razón para no hacerlo», manifestó Margaret Harris, una vocera del organismo sanitario de la ONU en una conferencia de prensa desde Ginebra.
Dinamarca, Islandia y Noruega habían anunciado la suspensión del uso del inoculante de AstraZeneca por la aparición de coágulos de sangre en personas inmunizadas.
No obstante, la misma EMA recomendó a los países de la Unión Europea (UE) a avanzar con la aplicación de la vacuna de AstraZeneca, porque “los beneficios continúan superando los riesgos”.
Según la Agencia, sólo se señalaron hasta el martes último 22 casos de trombosis entre los tres millones de personas vacunadas en el bloque, así como en Noruega e Islandia, que participan en la estrategia común de vacunas.
El laboratorio AstraZeneca afirmó este viernes, por su parte, que «no hay pruebas de un riesgo agravado» de trombos debido a la administración de su fármaco.
«Un análisis de nuestros datos correspondientes a más de 10 millones de casos ha mostrado que no hay pruebas de un riesgo agravado de embolia pulmonar o trombosis venosa profunda en ningún grupo de edad, género, lote o en ningún país en particular», afirmó en un comunicado.
Otros cuatro países europeos -Estonia, Lituania, Letonia y Luxemburgo- suspendieron inmediatamente después la vacunación con dosis de un lote que se entregó a 17 países y que incluía un millón de vacunas, e Italia, que no recibió vacunas de esa partida, también suspendió la aplicación.
Denuncia del canciller de Austria
En medio del debate sobre la eficacia, el canciller de Austria, Sebastian Kurz, lanzó algo parecido a una bomba pero en torno a la venta y distribución de los inoculantes: no solo denunció un reparto desigual entre los miembros de la Unión Europea (UE), una práctica que podría “intensificarse” en los próximos meses, sino que advirtió que algunos países negociaron en forma «secreta» acuerdos con laboratorios y farmacéuticas para lograr más dosis.
«Hay indicaciones según las cuales existía una instancia, un mercado, en el que se cerraron acuerdos suplementarios entre Estados miembros y laboratorios farmacéuticos», reveló Kurz ante la prensa, y explicó que había compartido informaciones similares con los dirigentes de Bélgica, Grecia, Polonia, Eslovenia y República Checa.
El canciller alertó que «muchos no podían creerlo, porque esto contradice claramente el objetivo político de la UE» de un reparto equitativo, y evaluó que es preciso «encontrar quién firmó los contratos», que son «secretos» y que él no había podido consultarlos, reportó la agencia DPA.
Las declaraciones de Kurz vienen a avivar el fuego en un bloque que de por sí llega golpeado por las diferencia en torno al manejo de la pandemia, a partir de cuatro o cinco puntos clave en las que los Estados disienten.
El cierre total o parcial de fronteras, la producción y venta de las vacunas, la posibilidad de exportarlas o no a otras regiones, la distribución y hasta la chance de instaurar una suerte de pasaporte sanitario vienen siendo discutidas en el bloque de los 27 países que integran la UE.
En parte en busca de zanjar esta cuestión del reparto –con consecuencias catastróficas en lo económico-, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y los líderes de India, Japón y Australia, reunidos por videoconferencia, anunciaron una cumbre «en persona» antes de fin de año y garantizaron una iniciativa conjunta para la fabricación de al menos 1.000 dosis más para finales de 2022, según la agencia AFP.
La producción de estos lotes extras le corresponderá a India, según un comunicado que dio a conocer la Casa Blanca, con su respaldo a la empresa india Biological E Ltd. para «producir al menos 1.000 millones de dosis de vacunas Covid-19 para finales de 2022», centrándose en la vacuna de una dosis de Johnson&Johnson, aprobada hoy por la OMS.