Se seguirán formando técnicos que un día trabajarán en relación de dependencia en empresas de diversos “rubros”. Pero en los tiempos que corren, donde aquellos “trabajos para toda la vida” en un mismo sitio empezaron a ser recuerdos de generaciones anteriores, docentes del colegio industrial Albert Thomas de La Plata decidieron que ya era hora de brindarles a sus egresados herramientas para que encaren su propio proyecto; para que creen su propio trabajo. Así las cosas, a las prácticas profesionalizantes que los estudiantes realizan en 7º año le agregaron valor. Ahora son prácticas profesionalizantes con emprendimientos y sistemas productivos.
Y a la hora de dar este salto de calidad en materia de educación media, los profesores no anduvieron con chiquitas. Llevaron a los 19 chicos (de 7º año 4º división de la especialidad Electrónica) que habían desarrollado un sistema para la gestión de instrumental del Instituto Argentino de Radioastronomía (IAR) a la prestigiosa Usina de Ideas que funciona, desde hace siete años, en la Escuela de Negocios de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).
La Usina de Ideas es un ámbito donde se forman emprendedores y se incuban proyectos de empresas. Es decir que allí se les brinda a quienes tienen una idea para iniciar su negocio todas las herramientas que necesitan y, además, cada año se realiza un seguimiento especial a un grupo de emprendedores y emprendedoras.
prácticas profesionalizantes Albert Thomas
La mejor descripción de esta experiencia inédita con un colegio secundario la dejamos en boca del director de la Usina de Ideas de la Facultad de Ciencias Económicas, el licenciado en Administración Juan Carlos Marino. “Este año firmamos un convenio con el colegio Albert Thomas para trabajar en conjunto”, contó, para expresar que “los chicos que hicieron esta primera prueba en un contexto universitario (de posgrado) tuvieron que exponer su proyecto ante 200 emprendedores de las más diversas actividades económicas, y realmente sorprendieron positivamente a todos, la recepción fue muy buena”, enfatizó.
“¿Una perlita? Algunos de los alumnos (del colegio) ya están colaborando con nosotros, pues muchos emprendedores se dieron cuenta de que tienen necesidades técnicas que los chicos pueden satisfacer”, añadió Marino.
El objetivo de la Usina de Ideas de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNLP es “impulsar emprendimientos y proyectos locales a través de capacitaciones e interacciones que creen emprendimientos sostenibles en el tiempo”
Antes de describir el desarrollo que hicieron en el IAR, donde ya habían trabajado compañeros suyos de la promoción 2021 diseñando dos sistemas para atender otros tantos problemas que tenían en el emblemático centro de investigación del Conicet, profesionales del instituto se refirieron a las nuevas necesidades que requiere la educación secundaria.
“Como dijo el creador de Waze, Uri Levine, hay que enamorarse del problema, no de la solución. Y muchas veces solemos enamorarnos del instrumento que desarrollamos o estamos desarrollando, obviando preguntarnos ¿es realmente lo que se necesita?, ¿cuántos requerirán este desarrollo en el mercado?”, planteó Elías Fliger, ingeniero en Automatización y Control del IAR, para destacar que la vinculación con el universo científico y universitario les abre a los alumnos secundarios nuevos mundos, al mismo tiempo que esos “mundos” conocen las capacidades que acunan los estudiantes.
El ingeniero Martín Salibe es profesor de la carrera de Apoyo en el Conicet e investigador de esa institución en el IAR. Es responsable del área de Transferencia Tecnológica. “En el camino que se recorre para llegar a eso que llamamos ‘el espacio’, se van creando instrumentos y herramientas que necesitan muchas empresas de las más diversas actividades”, explicó, para resaltar que “en ese contexto, nosotros vemos a los alumnos del colegio como socios estratégicos. Ellos tienen conocimientos y capacidades para resolver exitosamente problemas que enfrentamos. Y lo mismo ocurrirá con otros organismos o empresas”.
prácticas profesionalizantes Albert Thomas
“En la Usina de Ideas buscamos salir de la filosofía de siempre pensar en grande”, dijo Marino, en referencia a que “uno desconoce ciertas realidades, como por caso la formación y capacidad de estos alumnos secundarios, es por ello que su trabajo y su ponencia nos sorprendió a nosotros y a la gente, a la vez que les abrió a ellos la posibilidad de contactarse con emprendedores y de iniciar el camino para convertirse en emprendedores”.
“Nosotros vemos a los alumnos del colegio como socios estratégicos. Ellos tienen conocimientos y capacidades para resolver exitosamente problemas que enfrentamos. Y lo mismo ocurrirá con otros organismos o empresas” (Ingeniero Martín Salibe, profesor e investigador del Conicet en el IAR)
Quien dio el primer paso para convertir las prácticas profesionalizantes de 7º año en prácticas profesionalizantes con emprendimientos y sistemas productivos fue la profesora María Rosa Lorenzut, contadora con capacitación de posgrado que se desempeñó como docente en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNLP y en distintas escuelas técnicas.
“La idea es darle valor a las prácticas profesionalizantes; que el desarrollo final de los alumnos no quede en un producto en sí mismo para aprobar y obtener el diploma, sino que lo piensen desde el vamos como una herramienta que les posibilite encarar un emprendimiento, que egresen con algo bajo el brazo que les permita trabajar por su cuenta y vivir de ello”, expresó María Rosa, sintetizando en esas palabras el ideal de una escuela secundaria moderna.
Agregó que “esta primera vinculación con la Usina de Ideas, que derivó en un convenio que permitirá que estas nuevas prácticas profesionalizantes crezcan año tras año, fue muy importante para que los chicos desarrollen las llamadas habilidades blandas, es decir, comunicación, trabajo en equipo, organización, creatividad, etcétera”.
No habrá sido sencillo pararse ante 200 emprendedores del mundo universitario para realizar una presentación. “Luego de dos años en contexto de pandemia, yo pensé que mis conocimientos no iban a alcanzar para realizar un desarrollo para el Instituto Argentino de Radioastronomía o para manejarme en un ámbito de educación superior, pero esta experiencia me demostró que sí, además de enriquecerme muchísimo”, resumió el alumno Luis Acuña.
“Este es un paso más en nuestro objetivo de siempre, es decir, brindarles a los chicos la posibilidad de que realicen prácticas profesionalizantes de calidad. El año pasado dimos un enorme paso con los dos sistemas que desarrollaron los alumnos de la promoción 2021 para el IAR. Ahora dimos otro paso muy importante”, apuntó Alejandro Lorenzut, responsable de las prácticas y docente del colegio industrial Albert Thomas con más de treinta años de trayectoria.
prácticas profesionalizantes Albert Thomas
El Sistema de Gestión de Instrumental para el IAR
El ingeniero Elías Fliger contó que “el IAR funciona en el Parque Pereyra Iraola, en un predio de siete hectáreas con más de 2.500 metros cuadrados cubiertos en instalaciones, las cuales abarcan distintos laboratorios, oficinas, centros de desarrollo electrónico y de investigación, entre otros. La cantidad de equipos de trabajo es muy importante, así como variada y heterogénea su conformación”, describió.
“En ese marco, se nos presentaban dos problemas fundamentales para el funcionamiento del día a día. En primer lugar, un control interno del instrumental de trabajo. Y segundo, un control de calidad permanente y en tiempo real del mismo”, amplió.
Los alumnos Tomás Morales, Lucas Santillán, Luis Acuña y Ramiro Merlo contaron que, a partir de ahora, todos los instrumentos del IAR tienen una tarjeta asociada. ¿Para qué? “Creamos módulos lectores de tarjetas con tecnología RFID (identificación por radiofrecuencia) que se instalaron en todas las instalaciones del instituto. De ese modo, si un o una profesional del centro necesita determinado instrumental y no lo encuentra, solamente debe consultar en la computadora y sabrá dónde está y en qué condiciones”. Para ello también diseñaron una página web que los científicos y el personal técnico tienen en sus máquinas.
“Eso era un déficit que provocaba problemas cotidianos en el trabajo de todos. Ahora, mirando la Web yo sé dónde está, dentro de las amplísimas instalaciones del instituto, el instrumental que necesito y, además, si precisa algún tipo de mantenimiento, cuándo se le realizó la última calibración, etcétera”, apuntaron Fliger y Salibe.
“Uno desconoce ciertas realidades, como por caso la formación y capacidad de estos alumnos secundarios. Es por ello que su trabajo y su ponencia nos sorprendió a nosotros y a la gente, a la vez que les abrió a ellos la posibilidad de contactarse con emprendedores y de iniciar el camino para convertirse en emprendedores” (Juan Carlos Marino, director de la Usina de Ideas de la UNLP)
La presentación que realizaron en el IAR y en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNLP ya les abrió a los alumnos varias ventanas. Una, contó Alejandro Lorenzut, en el Museo de Ciencias Naturales, donde necesitarían algo similar, y otra con una investigadora principal del Conicet que requiere ciertas soluciones técnicas para su trabajo.
¿Qué podemos desarrollar en las prácticas profesionalizantes? Esa pregunta que se hacen alumnos y docentes cada año, a partir de ahora se complejizará un poco en el colegio de 1 y 58: ¿Qué podemos desarrollar en las prácticas profesionalizantes para aplicar los conocimientos que adquirimos entre 1º y 6º año y, además, que tenga valor en el mercado y nos posibilite una salida laboral independiente?
Lista de alumnos del grupo GRIDSE
Sebastián Gabriel Aban; Ariel Nicolás Acuña; Luis Ariel Acuña Silvero; Juan Cruz Cajade; Aldo Bladimir Calisaya Colque; Bruno Cavallaro; Santiago Emanuel De Donato Colla; Nicolás Alessandro Fontana; Sebastián Inga Calle; Eliseo López Tonello; Simón López; Tomás Morales; Santiago Nicora; Juan Cruz Ragaini; Reppucci Rocco; Francisco Rollie; Tobías Salto; Lucas Santillán; Tinco Díaz Martín Daniel Francisco.
prácticas profesionalizantes Albert Thomas prácticas profesionalizantes Albert Thomas