Por Mauricio Vallejos
Recuerdo haber oído hablar sobre él cuando yo apenas tenía 13 años, recuerdo que se hablaba de un juvenil argentino que debutaba en la primera división del Barcelona. También viene a mi memoria las primeras imágenes suyas con la camiseta argentina, fue durante un sudamericano sub 20 allá por el 2004, y era notable ver que era distinto a todo. Yo era un niño entonces, y con 30 años a cuestas llegar a ver a leo con la copa del mundo en sus manos es la culminación de lo que Joseph Campbell llamó “el camino del héroe”.
Campbell fue uno de los más reconocidos teóricos de la escritura y mitología, su obra más emblemática es El héroe de las mil caras (1949) donde el autor realiza un esquema monomíto donde establece las etapas que atravesaban los héroes mitológicos y de la ficción en general. Ese estudio es tomado hoy en día por los realizadores de ficción para diagramar a los protagonistas de sagas cinematográficas en todo el mundo.
Lionel Messi Lionel Messi Lionel Messi
Seguramente analizar etapa por etapa sería muy largo, pero desde que usó la camiseta de la selección por primera vez en juveniles existió un llamado a la aventura, pero el lugar de ese destino era complicado. Argentina le ha dado al mundo del fútbol a muchos de sus máximos exponentes, y tiene en su ídolo por excelencia al representante absoluto del amor que un pueblo puede sentir por un deportista en la figura de Diego Armando Maradona.
No obstante, existía en el país una manera de ver las cosas que atentaba contra el fácil funcionamiento de la carrera de Messi. Inmediatamente que se lo vio, y mientras crecían sus triunfos en Barcelona, las comparaciones con Maradona estaban a la orden del día, algo que definitivamente no le hizo bien a nadie más teniendo en cuenta que la vida suele tener etapas difíciles de prever.
El Messi que podíamos ver jugar en Barcelona era un futbolista perfecto, capaz de realizar las mayores hazañas que mi generación había visto, pero muchos comunicadores y mediocres en particular exigían que haga esas proezas con la camiseta argentina como si todas las situaciones fueran iguales, como si los jugadores fueran los mismos y como si lo que estaba en juego fuera igual. De ahí que hayan existido unos seres llamados los anti Messi, los cuales deambulaban por los medios de comunicación hablando de lo dañoso que era Lionel y como al no ser Maradona no servía.
De este modo, iban pasando los torneos y los resultados no llegaban. Un mundial con Maradona de DT no pudo pasar cuartos de final, derrota en una Copa América de locales y lo que podríamos decretar como “el abismo” (muerte y resurrección del héroe) haber perdido la final de la copa del mundo frente a Alemania, y dos finales seguidas contra Chile. Messi quiso renunciar a la selección, era la muerte de quienes veían en él algo más que una herramienta para obtener triunfos, era un paradigma de pararse en la vida y ser el mejor siendo argentino, un país expoliado que ha encontrado en el fútbol su medio para regalar el arte más excelso.
Pero como se dijo en Batman, el caballero de la noche “la noche es más oscura antes del amanecer”. Un extraño suceso se dio que nunca hubiéramos imaginado, los roles se comenzaron a intercambiar. El otrora todo poderoso Barcelona comenzaba su decadencia cayendo en Champions 8 a 2 frente al Bayern Munich, lo cual abrió las puertas para que leo se vaya del club catalán. A su vez con la llegada de Scaloni a la selección Messi se comenzó a sentir más cómodo, ya que los nuevos jugadores eran quienes crecieron idolatrándolo, y las derrotas aún recientes habían hecho que no se espere nada de aquel equipo y la exigencia fuera menor.
La Copa América del 2021, fue sin dudas el cumplimiento de una deuda que el fútbol tenía con Lionel. Ya que era demasiado injusto que no haya tenido gloria con la causa por la que más sufrió y luchó en su vida, la Selección Argentina. Pero faltaba lo mejor, sin dudas todos quienes utilizaron a Maradona para denostar a Messi tenían en su Mundial no ganado su última carta de odio, pero para su desgracia, y para la felicidad de un pueblo, llegó la expiación o la catarsis de leo.
Porque al igual que en la Copa América no era únicamente ganar, era obtener la gloria siendo el mejor, para que nadie siquiera se le ocurriese ponerlo en duda. Messi obtuvo su Mundial siendo el mejor y subiendo para siempre al cielo de los nuestros, como diría Sacheri, ahora su leyenda es inmortal y pasará de generación en generación hasta que no quede ni un rastro de lo que es La Argentina. Y solo le resta la última etapa del camino del héroe, volver con la copa en brazos, para contarnos su vida y dejarnos la enseñanza de que siempre debemos apoyar a los nuestros para que puedan caminar y hacernos felices como Lionel lo hizo.