José Luis Cabezas nació el 28 de noviembre de 1961 en Wilde, partido de Avellaneda, y comenzó a ejercer la profesión de reportero gráfico en la revista Noticias, en 1989.
Durante su carrera fotografió a los principales exponentes de la política y la cultura nacional.
En 1995, el ministro de Economía de la Nación, Domingo Felipe Cavallo, denunció al empresario Alfredo Yabrán como líder de una organización mafiosa con protección política y judicial. Hasta ese momento, su fisonomía era desconocida, pues Yabrán no permitía fotos de la prensa.

Crimen organizado
En el verano de 1996, José Luis Cabezas fotografió a Yabrán caminando en las playas de Pinamar junto a su esposa. Días antes, junto al periodista Gabriel Michi había tomado algunas fotografías del empresario, pero en situaciones en las que no era lo suficientemente identificable.
Hasta que, finalmente, Cabezas logró tomar la foto que fue la tapa de la revista Noticias del 3 de marzo de 1996. Durante el resto de ese año, el reportero recibió amenazas en la redacción y en su domicilio particular.
Al año siguiente, Cabezas volvió a la costa para hacer la cobertura periodística de la temporada de verano. Al retirarse de una fiesta organizada por el empresario Oscar Andreani, Cabezas fue interceptado por Horacio Braga y Sergio González, quienes lo encañonaron, lo golpearon y lo lanzaron al asiento trasero del auto del fotógrafo.
En otro vehículo estaban el subcomisario Gustavo Prellezo, José Auge y Héctor Retana. Lo llevaron hasta una cava de General Madariaga, donde Prellezo le dio dos disparos en la cabeza. Después, lo metieron en el auto y lo prendieron fuego.
Este crimen se convirtió en uno de los mayores emblemas de la lucha del periodismo nacional por la libertad de expresión. Yabrán surgió como instigador del asesinato luego de que se revelara que varias personas de su empresa estaban implicadas en el caso.
Fuentes: CELS, Argentina.gob.ar

El crimen cometido en la mañana del 25 de enero de 1997 cambió para siempre la historia del periodismo argentino. Fue el más brutal homicidio contra la libertad de prensa sucedido en democracia.
El cuerpo de Cabezas apareció calcinado en el automóvil. Yabrán, quien manejó un verdadero imperio desde las sombras durante la década de los 90 en Argentina, se había jactado durante una entrevista: «Ni los servicios de inteligencia tienen una foto mía». Poco después, José Luis fue el primero que lo logró, y lo pagó con su vida.
Si bien se conocía el nombre de Yabrán, no se sabía cómo era su rostro. Hasta que en el verano de 1996 Cabezas logró tomarle la fotografía en una playa de Pinamar. “Yabrán ataca de nuevo” fue el título de tapa de Noticias donde se mostraba por primera vez la figura del empresario. «Sacarme una foto a mí es como pegarme un tiro en la frente», acostumbraba a decir Yabrán ante las personas que integraban su círculo íntimo.
Al año siguiente de la publicación, según pudo comprobar la Justicia, la banda de Los Horneros -integrada por Horacio Braga, Gustavo González, Héctor Retana y José Luis Auge– secuestró y asesinó a Cabezas comandados por el policía Gustavo Prellezo.
De acuerdo a las autoincriminaciones de Los Horneros, ellos se encargaron de «levantar» a Cabezas a la salida de la fiesta en la residencia de Andreani. Acto seguido, lo introdujeron en el propio Ford Fiesta del reportero y lo llevaron hasta una fosa que se desprendía de un camino rural en las afueras de esa ciudad balnearia, en la localidad de General Madariaga.
Una vez esposado y arrodillado, Prellezo le pegó dos tiros en la nuca. Luego, lo prendieron fuego dentro de su automóvil. La justicia determinó que los otros dos oficiales, Sergio Camaratta -jefe del destacamento de Valeria del Mar- y Aníbal Luna, fueron partícipes primarios del crimen.
“Tener poder es tener impunidad. Yo no me siento un hombre con poder, no me siento ni siquiera importante. En el crimen de Cabezas, hasta mi casero fue a declarar, no hubo trato preferencial”, afirmó Yabrán el 16 de marzo de 1997 en una de las pocas entrevistas periodísticas que ofreció. Al año siguiente, el 20 de mayo, el empresario se suicidó de un escopetazo en la boca, en el baño de la Estancia San Ignacio, situada a unos 30 kilómetros de Gualeguaychú, Entre Ríos, donde permanecía prófugo de la Justicia.
Fuente: PERFIL

Fotos icónicas tomadas por José Luis Cabezas (crédito: Perfil)














