*Este artículo fue publicado originalmente el 19 de febrero de 2017
El sistema educativo argentino está en crisis. No obstante, cuando se abordan ciertas cuestiones -incluso tomando como base exitosas experiencias propias o el camino que hace años eligieron los países más desarrollados en materia educativa– se disparan tremendas polémicas. Y es que, remarcan muchos especialistas, persisten temas tabú en torno a la escuela. Por ejemplo, el sistema de repitencia.
Hace poco, el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE (PISA) le llamó la atención a España por su alto índice de repitencia (20%), a la cual definió como “costosa, ineficaz y estigmatizante”.
El sistema educativo finlandés, considerado como uno de los mejores -sino el mejor- del mundo, hace mucho tiempo que abandonó esa práctica. El chico sigue con su grupo y le asignan un profesor para que se ponga a la altura del resto en las áreas donde presenta dificultades. Costa Rica, en medio de una gran controversia, hacia 2009 decidió que “los estudiantes de secundaria que reprueban algunas asignaturas tienen el derecho de matricular materias del siguiente nivel para las cuales ya aprobaron los requisitos” (NdR.- esquema utilizado en los países nórdicos, entre otras naciones desarrolladas). En la última prueba PISA, Costa Rica fue uno de los 3 mejores países latinoamericanos.
En la provincia de Buenos Aires, la tasa de repitencia oficial en el nivel medio de la enseñanza es del 12%. Crece en el ciclo básico (1º a 3º año), donde se acerca al 15%. Y alcanza su pico en 2º año, donde la cantidad de estudiantes que repite llega al 18%. Dos de cada 10 alumnos repiten en segundo y, de acuerdo a datos del Observatorio de Calidad Educativa de la Provincia, la deserción alcanza a 2,5 de cada 10 a partir de tercero.
La evaluación nacional educativa que se tomó el año pasado (NdR.- 2016) disparó varios debates retrasados dentro de la comunidad escolar, entre ellos, el sistema de repitencia en la secundaria
En tierras bonaerenses, si un alumno de secundaria queda con 3 materias previas, repite el año. Es decir que debe recursar esas 3 y las 8 ó 9 que aprobó. Así y todo, el planteo de “no repitencia” en esos términos, que casi todos los expertos consideran anacrónico y contraproducente, provoca, como se dijo, airadas reacciones.
“En principio, hay que remarcar que el modelo de secundaria tiene graves problemas”, apuntó el reconocido especialista en Educación Gustavo Iaies (fallecido el 28 de enero de 2022). Dicho eso, sobre el esquema de repitencia vigente opinó que “habría que determinar materias clave, que no pueden quedar (Lengua, Matemática, entre otras). No es lo ideal, pero en cada caso hay que evaluar la situación, porque si el chico viene haciendo el esfuerzo y mejorando, no tiene demasiado sentido que recurse todas las asignaturas”.
El experto en Educación de la UNLP, Martín Legarralde, antes de entrar de lleno en el esquema de repitencia vigente se refirió a la gran dificultad para abordar el tema. “La eliminación de la repitencia suele tener ecos en el sentido común asociados al ‘facilismo’. Sin dudas, esto incide en que, a pesar del fuerte consenso pedagógico de que la repitencia no sirve, sea difícil avanzar en las decisiones políticas para su eliminación. El sentido común instalado a veces funciona como un límite a las decisiones políticas. Pero sin dudas es un debate que hay que abrir”, señaló.
El programa PISA de la OCDE definió a la repitencia como “costosa, ineficaz y estigmatizante”
Luego aseguró que “la repitencia no encuentra defensores en el campo educativo. En el caso de primaria, la unidad pedagógica es una política que se basa en la idea de que los procesos de aprendizaje exceden los límites de un año escolar, y que, por lo tanto, indica que la repitencia carece de sentido. En el caso de la secundaria tiene una dimensión incluso más problemática. Dada la estructura del curriculum de la secundaria, organizada en materias, y el hecho de que la repitencia se rija por una regla de cantidad de materias desaprobadas, la repetición de un alumno se define sin que nadie tome en especial esa decisión. Es decir, es la regla la que decide y no un profesor en particular. Por lo tanto, la repitencia se produce ‘por defecto’ cuando la cantidad de materias excede el límite de las que un alumno ‘se puede llevar’”, analizó.
“Revertir la mirada”
El número dos de la cartera educativa bonaerense, el subsecretario de Educación, Sergio Siciliano, también apuntó que en algunos sectores existe un espíritu de condena social en materia educativa. “Que los aplacen, que repitan”, se dice, supuestamente para criticar el “facilismo”. Tenemos que revertir la mirada. Lo importante es que los chicos y jóvenes aprendan”, realzó.
(NdR.- Sergio Siciliano fue subsecretario de Educación de la provincia de Buenos Aires -cargo equivalente al de viceministro de Educación bonaerense- desde el 10 de diciembre de 2015 hasta el 10 de diciembre de 2019)
Trazó una línea muy gruesa a la hora de hablar de repetición. “Una cosa es si hablamos del nivel primario, donde entran a jugar cuestiones madurativas del niño o factores sociales, y otra muy distinta si nos paramos en el nivel medio. Si planteamos el tema de la repetición preguntándonos ‘¿repetición sí o no?’, estaríamos simplificando mucho la cuestión, abordando un debate superficial. Es un tema para tratar en profundidad, sobre la base de nuestra realidad y observando con atención a aquellos países exitosos en materia educativa que han abandonado la repetición como metodología de enseñanza”, consideró.
Explicó que “la repetición estuvo pensada, y podemos decir que aún lo está, para darle al alumno un mayor tiempo para adquirir todos los conocimientos considerados básicos para avanzar en el sistema educativo. Nunca como castigo. Aunque lamentablemente comenzó a ser utilizada por muchos docentes para castigar al alumno, incluso no por su rendimiento académico sino, a veces, por su conducta. ‘Le pongo un uno’ fue una frase que quedó en el imaginario colectivo asociada a un castigo por inconducta. Y así fue por años”, recordó.
Rever el sistema de evaluación
Sergio Siciliano añadió que “es necesario ir revirtiendo, en forma gradual y consensuada, la mirada sobre la evaluación. La evaluación es parte del aprendizaje. Así las cosas, si el objetivo es el aprendizaje, está muy bien que un alumno vuelva sobre aquellos conocimientos que no adquirió o adquirió en forma parcial, pero no sobre los que tiene. Si los tiene, los tiene, y no parece lógico que se pase un año estudiando lo que ya sabe”, dijo el funcionario en referencia al sistema actual, donde si un chico se lleva 3 materias previas debe recursar las 11 ó 12.
La directora de la Escuela Secundaria Nº 4 del barrio El Carmen de Berisso, Ana Paus, enmarcó la problemática. “En un contexto como el de esta escuela, no creo que un alumno deba recursar con tres materias previas, pues en muchos casos se observa que lejos de ser un llamado de atención, provoca dificultades en la integración al nuevo grupo de compañeros por la diferencia de edad -que muchas veces supera los 2 años- y baja de la autoestima. Se dan casos de chicos que repiten con 5 materias no acreditadas, recursan y vuelven a repetir por otras 5 materias no acreditadas. Es decir, en los dos años que cursó logró aprobar todas las materias. Esto desalienta al alumno. En la Provincia hay experiencias con buenos resultados de ‘peinado de materias’: aquellos que han recursado 2 veces y han logrado aprobar la mayoría de las materias cursan el año siguiente y a contraturno hacen las materias pendientes”.
El debate está servido.