Si una persona piensa que se deben estatizar Edesur y Edenor; que el país debe estatizar el litio porque es un recurso estratégico de cara al futuro; que el Estado debe repartir tierras para que la gente necesitada construya su vivienda; que Aerolíneas Argentinas debe seguir siendo la aerolínea de bandera; que es preciso reestructurar la deuda con el Fondo o directamente no pagarla; que la Corte Suprema es una de las peores instituciones de la República; que los mapuches tienen derecho a vivir en sus territorios ancestrales; que se debe terminar con los privilegios impositivos a las grandes empresas, etc., ¿a quién cree usted que votaría en las próximas elecciones? Pues no. Un inmenso porcentaje de ese universo dice que votará a la ultraderecha encabezada por Javier Milei o a la derecha ultra que dentro de Juntos por el Cambio encabeza la ultramacrista Patricia Bullrich.
¿Cómo se entiende?
En fin, no somos sociólogos. Pero en la vasta encuesta de mayo efectuada por el prestigioso Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) podemos hallar elementos que nos acercan a una posible respuesta; respuesta que habla del desencanto de quienes votaron en 2019 al Frente de Todos, sumado a la gran decepción que implicó la experiencia ProRadical de 2015-2019. Y en río revuelto, ganancia de ultras.
La encuesta
El Estudio 2023 del CELAG se hizo mediante “encuestas presenciales cara a cara con entrevistas realizadas por encuestadores profesionales”.
Se llevó a cabo “en 27 localidades de 18 provincias argentinas, seleccionadas con el objetivo de optimizar la cobertura del universo en estudio con el tamaño de muestra deseado. La selección de entrevistados se realizó controlando cuotas de género, edad y nivel de educación en las etapas finales del campo, para que la muestra total final tuviera el perfil buscado”.
Tamaño de la muestra: 2.002 casos efectivos.
Control de calidad: “Todas las etapas de la investigación se desarrollaron cumpliendo estándares internacionales de calidad para la investigación de opinión pública. Al menos 35% de supervisión presencial in situ, realizada por los supervisores que acompañaban a cada equipo de encuestadores. A esto se sumó entre un 5% y un 10% de supervisión telefónica posterior, realizada en forma aleatoria entre las restantes entrevistas. Los sistemas de grabación y supervisión implementados permiten garantizar que los encuestadores trabajaron en forma homogénea”.
El margen de error para el total de la muestra “oscila entre +/- 0,9% y +/- 2,2%, de acuerdo a la dispersión de la distribución, con un 95% de intervalo de confianza”.
Cabe aclarar que si bien en este estudio el CELAG se adentró en el plano electoral, el Centro es más propenso a llevar a cabo estudios de opinión sobre diversas temáticas de la vida cotidiana y del devenir de los países latinoamericanos.
¿Tres cuadros claves?
Paso a paso, decía un director técnico. No obstante, nos atrevemos a aventurar que en los tres primeros gráficos, productos de las tres primeras preguntas, reside parte de la explicación de esta “extraña intención de voto” que hoy reflejan casi todas las consultoras, donde las ideas de los electores no se corresponden -en algunos casos “en absoluto”– con las que profesan los candidatos que supuestamente votarían.
Y el primero de ellos es muy gráfico. “Cuando piensa sobre la situación actual del país, ¿cuál de estas sensaciones elegiría?”, se les propone a los encuestados. Las respuestas son devastadoras. Un 24,5% dice “Me da bronca”; un 23,1% “Estoy decepcionado”, y un 22,5% “Vivo con incertidumbre”. Las tres suman la friolera de ¡70,10 por ciento!
Bronca, decepción e incertidumbre son sentimientos que históricamente abonaron el camino de las posiciones políticas radicales por derecha; en concreto, del neofascismo. Está ocurriendo ahora mismo en Europa.
La evaluación del Gobierno nacional que hacen los encuestados es lapidaria: el 77% afirma que la gestión es “Negativa”.
Tercero. Casi un 70% (en rigor, 68,8%) asevera: “En los últimos meses siento que aumentaron mucho la cantidad y la violencia de los delitos”. Y es sabido que la derecha se adueñó del tema de la inseguridad ciudadana, pese a que en función de gobierno (por ejemplo, 2015-2019) no sólo no disminuyó el delito sino que crecieron las “puestas en escena” sobre operativos (marketing), fundamentalmente en materia de narcotráfico.
Y luego… «a la izquierda de la izquierda peronista»
Bronca, decepción e incertidumbre, tres sentimientos tremendos, alcanzan a más de 7 de cada 10 argentinos. Mientras tanto, hay sectores del peronismo que siguen jugando a la internita. Increíble pero real.
A partir de allí, las respuestas a las distintas preguntas realizadas por el CELAG ubican a los encuestados “a la izquierda del peronismo de izquierda”, si se nos permite la expresión. Y aquí es cuando nos preguntamos si quienes aseguran que votarán a la ultraderecha (La Libertad Avanza) o a la derecha ultra de Juntos por el Cambio (Patricia Bullrich), e incluso en muchos aspectos a Rodríguez Larreta, son conscientes de que el “orden”, la “mano dura”, y el plan de dinamitar la economía que éstos proponen terminará con un 60% de pobreza estructural, desempleo, desindustrialización, cierre de comercios, timba financiera, fragmentación social (más todavía) y, muy probablemente, un nivel de conflictividad social crónico que logrará que se recuerde este presente como una panacea. En fin, que no somos sociólogos, como ya dijimos.
FMI
El 58,3% de los encuestados dicen que se debe renegociar el acuerdo con el FMI (algo que no hizo el Gobierno en tiempos de Martín Guzmán y que está intentando ahora con Sergio Massa a la cabeza). De ese total, el 40,8% hablan de renegociar el acuerdo, mientras que un 17,5% directamente proponen no pagar la deuda.
Además, consultados sobre la imagen que tienen del Fondo, casi el 65% dijo “Negativa”.
Sin privilegios
Un 67,5% dice que “Hay que eliminar los privilegios tributarios de las grandes empresas que les permiten pagar menos impuestos de los que les corresponde”, una idea antagónica a la que profesan la ultraderecha y JxC en sus vertientes ultra y ¿moderada?
Mapuches y reparto de tierras
Si a usted le preguntan, teniendo en cuenta la campaña anti-pueblos originarios en general y anti-mapuches en particular que viene desarrollando la derecha política-mediática-judicial desde hace años, qué respondieron los encuestados cuando se les consultó “¿Se debería respetar el derecho de los mapuches a vivir en sus territorios ancestrales?”, sin dudas que imaginaría una posición negativa. No. Una mayoría dijo que Sí (53,4%).
Otro tema muy sensible. Se pusieron sobre la mesa dos hipótesis: “En Argentina hay tierra de sobra, el Estado las podría repartir para que la gente necesitada construya sus propias viviendas”; y “No es viable que el Estado reparta tierras en Argentina, cada uno se la debe comprar si está a su alcance”. ¿Cuál fue elegida por la mayoría de los más de 2.000 encuestados cara a cara? La primera. ¿Increíble en una supuesta “sociedad derechizada” no?
“El curro de los derechos humanos” y el negacionismo, sin quórum
La derecha de JxC convirtió en un caballito de batalla la frase de su líder Mauricio Macri “el curro de los derechos humanos”, desde que asumieron el gobierno en 2015 hasta hoy. Mientras que Milei niega el genocidio, al punto que lleva como candidata a vicepresidenta a una defensora de la dictadura, Victoria Villarruel, y en Tucumán hizo una alianza con Bussi hijo.
Pero la inmensa mayoría de la sociedad argentina desecha esas posturas: el 73,3% afirma que “La política de derechos humanos es fundamental para consolidar la democracia”.
Un Estado fuerte
¿Hay que privatizar Aerolíneas Argentinas? La mayoría dice que no. ¿Hay que estatizar Edenor y Edesur? La mayoría opina que sí. ¿Hay que nacionalizar el litio? Sí.
Todo lo contrario a lo que propone la derecha ultra.
Corte Suprema, la institución más desacreditada
Toda la derecha, política y mediática, ha cerrado filas contra el juicio político a la mini-Corte Suprema que con apenas 3 votos de sus 4 magistrados, sobre los que cada día aparecen nuevos hechos de corrupción, hacen y deshacen a su antojo sobre la vida de los argentinos y argentinas, las instituciones, las provincias, la República, etc. Casi el 70% de la población -y este dato se mantiene desde hace años- tiene una muy mala imagen del tribunal.
Intención de voto
“Si las elecciones presidenciales fueran mañana, ¿por cuál de los espacios políticos que voy a mencionarle votaría usted?”, fue la pregunta.
Un 29,3% dijo La Libertad Avanza; un 26,1%, Frente de Todos, y un 24,6% Juntos por el Cambio.
Al interior del FdT, el más votado es Axel Kicillof, aunque ya se sabe que no será candidato a presidente (excepto un tsunami político). El que lo sigue es Wado de Pedro. Tercero, Sergio Massa.
Es interesante comparar: Wado de Pedro tiene 17,1% en la encuesta a nivel nacional del CELAG y 18% en la que realizó recientemente la consultora Circuitos en la provincia de Buenos Aires. Varios analistas destacaron que se trata de “un piso muy alto” para alguien que aún no está oficialmente lanzado y que tiene un alto nivel de desconocimiento entre la gente. Por ejemplo: en territorio bonaerense está sólo 6 puntos por debajo de la veterana política Patricia Bullrich y 5 puntos por encima de Larreta.
En la interna de JxC, en esta encuesta gana Bullrich por poco margen. En la que hizo Circuitos en la Provincia también le gana a Larreta, aunque por una distancia amplia.
La pregunta del final, que es un desafío para el Panperonismo: ¿Si es real que la mayoría de la población coincide con sus ideas económico-sociales, qué está esperando para empezar a trabajar en torcer esa balanza?
Y es que si la derecha ultra llega al poder, definitivamente Argentina entrará en un punto de no retorno, como hace tiempo advirtió la APDH.