Por María Florencia Anzoátegui.-
“Chicos, ¿ustedes tienen hambre?”, preguntó la ignota ministra de Capital Humano del gobierno de extrema derecha, Sandra Pettovello, a un grupo de gente humilde que hace unos días fue hasta el edificio donde funciona esa cartera para reclamar que los comedores populares están cerrando porque el macri-mileísmo suspendió el envío de alimentos.
Sí. Señalando con el dedo a un grupo de personas, como una maestra ciruela a un grupito de alumnos revoltosos, les preguntó: “Chicos, ¿ustedes tienen hambre?”. (Denigrante. Humillante. Intolerable). Y les dijo: “Vengan, vengan de a uno que les voy a anotar el DNI, les voy a anotar el nombre, de dónde son, y van a recibir ayuda individualmente”.
¿Increíble?
Total y absolutamente.
¿Pero real?
Total y absolutamente, aunque usted no lo crea.
Así humilla la extrema derecha a los pobres
En síntesis: si vos tenés hambre y vivís en el Barrio Obrero de Berisso, tomate el micro 202 cartel Cx60 que te deja en la terminal de ómnibus de La Plata, o el cartel Dx1 que te deja en la estación de trenes. Allí te tomás un colectivo hasta el microcentro porteño, o un tren hasta la estación Constitución (no te conviene, te deja lejos, pero bueno, el pasaje es más barato).
Una vez que llegás al ministerio de Capital Humano te van a atender muy amablemente. Preguntá por la ministra Sandra Pettovello, quien te recibirá en su despacho. ¡Por favor no olvides el DNI! Te va a anotar en una lista con nombre, apellido, número de documento, dirección y, una vez que constate que tenés realmente hambre (no sé cómo lo hará), te va a enviar algunos alimentos. O eso supone uno tras escucharla.
Ya sé que no es para chistes. Pero realmente resulta im-po-si-ble sobrellevar a este gobierno nazifascista sin una cuota de humor (negro).
Estamos entrando en el inframundo. Allí donde viven los infrahumanos. Gentes como Pettovello y Cía que, en pleno siglo XXI, dice que va a anotar en una libretita uno a uno a los “chicos” que tienen hambre, siempre que cada vez que pregunte “Chicos, ¿ustedes tienen hambre?”, levanten la mano y respondan que sí, le entreguen el DNI, la dirección y pasen la prueba de que no tienen ningún “referente social”.
Nadie jamás llegó tan lejos. Son infrahumanos – Inferior a lo que se considera propio de humanos (RAE) -.
¿A quién le dijo el jefe político y espiritual de Pettovello que era el representante del maligno en la Tierra? ¿Al Papa? Mmmmm… Parece que el susodicho está lejos de la Plaza de San Pedro y muy cerca de la Plaza de Mayo.
Para colmo de males, a ese trato súper humillante como pocas veces se vio hacia los pobres de la Patria hay que sumarle la manera en que los “medios” titularon el episodio. Por ejemplo, “La ministra Sandra Pettovello se paró de manos contra los punteros K”; “Pettovello cruzó (¿cruzó?) a los manifestantes”; “Pettovello los enfrentó y les arruinó el piquete”, etc, etc.
¿En serio creen que el hambre se combate así? ¿Anotando uno a uno a todos los argentinos y argentinas que sufren hambre desde La Quiaca a Ushuaia? Pregunto muy en serio: ¿En qué planeta viven?

Hasta en Canal 13 dijeron: “No se puede jugar con la gente. Decir lo que dijo Pettovello es muy peligroso. Si pensás dos segundos, difícilmente puedas creer que podés asistir así a toda la gente que lo necesita”.
El gobierno alega que quiere terminar con los intermediarios, los referentes, las organizaciones sociales.
¿Tienen conciencia que desde hace muchos, pero muchos años no hubo otro 2001 en Argentina gracias al trabajo de contención que hacen los movimientos sociales en todos y cada uno de los barrios? Seguramente que no. ¿Por qué? Lo dicho: viven en otro planeta.
Si quieren auditar a las organizaciones sociales, háganlo, pero “la comida no puede ser una variable de ajuste”, advirtió la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal, al tiempo que subrayó “la gravedad de la situación social (…) el pan de cada día es un clamor de justicia”, puntualizó, para añadir que “es necesario anticiparse para que no se profundice la crisis alimentaria”.
El documento está encabezado por la frase bíblica “Tuve hambre y me diste de comer” (Mt. 25, 35), y los obispos recuerdan que Tobías, en el Antiguo Testamento, nos enseña: “No apartes tu rostro del pobre”.
Hoy, lunes 5 de febrero de 2024, hubo 25 cuadras de cola frente a oficinas del ministerio de Capital Humano; con 38 grados a la sombra, gente pobrísima, mujeres con bebés en brazos, esperando horas para que nadie los atienda, porque la ignota ministra no estaba allí. Y en esas 25 cuadras estaba el 0,00000000000000000000001 por ciento de los argentinos y argentinas con hambre. En rigor, muchísimos menos.

Estamos entrando en el inframundo. Allí donde viven los infrahumanos. Con el enorme problema que ahora son ellos quienes (des)gobiernan y lo seguirán haciendo durante cuatro años.
Y por favor, no sean hipócritas y dejen de invocar a las fuerzas del cielo, porque allí sólo van a encontrar a quien sentenció:
“Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles, porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; era forastero, y no me alojaron; estaba desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron”.
Éstos, a su vez, le preguntarán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, forastero o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?”.
Y Él les responderá: “Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo”.