Aurora nació en democracia. Cuando llegó al mundo, a esta Patria, todavía faltaban dos años para que finalizara el primer gobierno de Hipólito Yrigoyen.
Pero cuando apenas tenía 10 años, el 6 de septiembre de 1930, nació el Partido Militar Argentino, ese que derrocó a Yrigoyen cuando cumplía su segunda presidencia y que de allí en más representó los valores antagónicos que Aurora defendería a capa y espada con el tiempo.
Porque el Partido Militar, después de 1930, de 1955, de 1962, de 1966, de 1976, representó la falta de pan en la mesa de los trabajadores argentinos, la falta de trabajo en los hogares humildes (y no tan humildes), la falta de paz (siempre), la falta de escuelas para los niños y niñas y de acceso a la universidad para los jóvenes y las jóvenes, la falta de unión entre los argentinos y argentinas por aquello de ‘divide y reinarás’, que luego y hasta hoy tomó otras formas más sofisticadas aunque, en verdad, más eficaces para los militantes de la cultura del enfrentamiento, como definió el domingo 6 de octubre en Luján monseñor García Cuerva.
Pero hacia 1945, 1946, Aurora andaría por los 25, 26 años… La pucha que lo tiró, lo pienso y se me eriza la piel: ¡Tenía casi la misma edad que Evita! ¡Claro! Si Eva nació en 1919.
Pucha digo… Cómo habrá disfrutado Aurora, en plena juventud-adulta, aquella década peronista que cambió para siempre la historia argentina. ¡Fue protagonista plena de los días más felices para nuestro pueblo! Sana envidia, maravillosa Aurora.
Y cómo habrá sufrido en otro septiembre, el de 1955, cuando la dupla de sanguinarios Aramburu-Rojas no sólo quitaron el pan, el trabajo, la paz, la educación, sino lisa y llanamente la posibilidad de ser peronista a los cuatro vientos.
Aurora tuvo que esperar hasta el nuevo siglo, hasta la década de los 2000, para volver a ver en su querida Patria y a disfrutar en su alma y en su corazón de la justicia social, la soberanía política y la independencia económica.
Y andaría rondando los 87 abriles cuando otra mujer argentina, también bonaerense como aquella piba llamada Evita que desde los 26 años se convirtió en el azote de los ladrones del pan, la paz y el trabajo, hizo historia al convertirse en la primera presidenta elegida por el voto popular. ¿Su nombre? Cristina. Y ya. Porque así la llama Aurora.
Aurora es María Aurora. Vive en Río Negro. Y en estos días, el Partido Justicialista de la provincia sureña le entregó un enorme diploma. ¿Por qué? Porque con “casi 104 años”, como dice su hija, es la afiliada más longeva del PJ rionegrino.
Y Aurora se hizo viral (¿vieron que las redes sociales después de todo algo bueno tenían?). Y es que, en la que parece ser la cocina de su casa, mirando una foto de Cristina emocionó a más de medio país (sí, somos la mitad más uno) enviándole un mensaje que representa a millones y millones de argentinas y argentinos que un día sí y al siguiente también nos estamos desangrando por dentro al ver cómo los herederos del Partido Militar (con votos en lugar de botas) y sus socios (¿o cómplices?) del Partido Judicial con sede en Comodoro Py están destruyendo la Patria.
Le quitan (cada día más) el pan a los trabajadores, le quitan (cada día más) el trabajo a los laburantes, le quitan (cada día más) los remedios y la salud a los ancianos y ancianas, le quitan (cada día más) la paz a los amantes de la paz, le quitan (cada día más) la posibilidad de unirse a los argentinos y argentinas de bien sembrando y reproduciendo hasta el infinito mensajes de odio y enfrentamiento, le quitan la escuela a los niños para que salgan a trabajar (y también les quitan el pan y la paz y los sueños), le quitan la posibilidad de un laburo digno a los pibes y pibas de los barrios vulnerados que, así, son materia prima de las bandas narcocriminales, y ahora le quieren quitar la universidad a casi tres millones de jóvenes.
(Todo lo demás, que es casi todo, lo dejo para los analistas políticos).
Aurora tiene sobre la mesa el diploma que le entregó el Partido Justicialista de Río Negro. Y en sus manos, un enorme papel. Y, mirándolo, dice:
“Querida Cristina, vos no sabés lo sagrada que sos para nuestros corazones, para los que queremos que la Patria sea una Patria de paz, de trabajo, de unión…”
En el video parece que Aurora está leyendo, pero cuando deja el enorme papel sobre la mesa, se puede ver que es una foto de Cristina; no lee, le habla.
En ese momento, se escucha la voz de su hija, quien le dice:
-Ella es nuestra esperanza…
-Ya lo creo… -casi exclama Aurora y enseguida agrega: -Ay, la veo (a Cristina) y se me vienen las lágrimas a los ojos…
-Está bien, la emoción de verla -le dice su hija, para después proponerle: -Mandale un mensajito a Cristina, lo que te sale del corazón; a ella le va a venir muy bien también, porque vos sos una peronista de 103 años mamá, casi 104…
Entonces, Aurora vuelve a tomar la foto en sus manos y lanza:
-Bueno si yo la tuviera presente, le diría:
Cristina, es mi deseo, con toda el alma, que vuelvas otra vez a hacer florecer el peronismo y el justicialismo, que vos seas para nosotros el deseo de paz, de trabajo, que haya unión y comprensión.
Vos sos nuestra tea (N. de la R. antorcha), te llevamos siempre adelante en el corazón para lograr todos nuestros sueños: que no falte el trabajo, que no falte el pan, que no falte la paz, que no falte la unión y que no falte la comprensión.
Y dar los valores que se merecen muchos seres que quieren hacer de la Argentina una Argentina grande. Y vos sos una mujer que sueña eso.
Y te lo agradecemos todas las mujeres que queremos a nuestro hogar, a nuestra familia, que queremos que en la mesa no falte el pan, que no falte el trabajo para los hombres, que no falte el estudio para la juventud, que no falte el colegio para los niños… Que no falte el pan y el trabajo como está faltando ahora, eso es lo principal.
Vos sos el sueño nuestro, que si sos presidenta todo eso se va a cumplir. Quiera Dios, y la suerte y la Patria que se logre…
Y, tras besar la foto, repite tres veces: Así sea, así sea, así sea (N. de la R. amén).
Sí, amén. Porque a sus “casi 104 años” Aurora es una creyente ferviente. Me avergüenza mi pesimismo. Me avergüenza el país que construimos. Porque hoy, Aurora tendría que estar disfrutando, no pidiendo que “no falte el pan y el trabajo como está faltando ahora” en las mesas de millones y millones de compatriotas.
“Y siii carajo… Necesitamos una utopía… Algo en qué creer, mierda!”, escribió en un grupo de whatsapp un amigazo y compañero.
Desde hoy, Vos Sos Nuestra Utopía Aurora. Y como decís al final de tu mensaje a Cristina: “Quiera Dios, y la suerte y la Patria” que nunca dejemos de caminar hacia esa utopía.
¿Y Cristina? Dijo: