Suponte que sos docente. Te parás frente al curso y un alumno o alumna te pregunta: “Profe, ¿está bien que hoy estemos acá? Porque la Justicia suspendió las clases presenciales”.
¿Qué le responderías? Vos, que un día sí y al siguiente también les enseñaste la división de poderes, la Constitución, les hablaste de que una nación que se precie de tal no puede funcionar si los ciudadanos no respetamos las leyes y las decisiones de la Justicia, de la institucionalidad. Vos, que a aquel estudiante que te parecía medio rebelde, cuando te preguntó con un tono soberbio-adolescente qué era una república le contestaste, de corrido y con una convicción avasallante, que “llamamos república a un sistema político fundamentado en el imperio de la ley (la predominancia de una constitución nacional) y la igualdad ante la ley (llamada Estado de Derecho), es decir, un conjunto de leyes que rigen a la totalidad de la población por igual y sin distinción de ningún tipo de condiciones” (caracteristicas.co).
Contradiciendo todos sus discursos (aunque no su accionar), el sector denominado “dialoguista y moderado” de la oposición ha bastardeado a la República. La ha escupido. Lisa y llanamente. Y ha sentado un peligrosísimo precedente en un país que hace largo tiempo viene flojo de papeles en materia judicial.
Un ciudadano de a pie hoy tiene todo el derecho de preguntarse: “Si el Gobierno de la Capital Federal de la República no acata un fallo judicial, ¿por qué tengo que hacerlo yo?”. Y tendría razón. He allí lo de “peligrosísimo precedente”.
¿Que esconde la oposición detrás de este tsunami que ha lanzado contra el Gobierno central, elegido por la mayoría de los argentinos y argentinas hace apenas un año y fracción, por la decisión de dictar clases virtuales durante dos semanas para intentar frenar al menos un poco la propagación del SARS-CoV-2? ¿Y por qué nos preguntamos qué esconde? Porque es la misma fuerza política que entre 2015 y 2019 desfinanció al sistema educativo.
“Las medidas de gobierno implementadas en la Argentina desde la asunción de Mauricio Macri, y más específicamente su política educativa, evidencian una marcada coincidencia con el modelo empresarial. Un primer ejemplo es lo que refiere a lo estrictamente presupuestario, donde puede mencionarse que Cambiemos profundizó la fragmentación del sistema educativo y la tendencia privatista a través de la desinversión. En tres de cuatro años de gestión recortó el porcentaje del presupuesto nacional destinado a educación: del 7,8% en 2016 cayó al 5,6% en 2019. Para 2019, sumado a la erosión de la inflación acumulada, la partida de becas Progresar sufrió una reducción real del 25%, luego de ya haber caído los dos años anteriores 32%. Además, su partida se subejecutó en $600 millones” (Nery Rauch, Nicolás Forlani y Emilio Schachtel – Revista Contextos de Educación Nº 29 – Publicación semestral del Departamento de Ciencias de la Educación de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Río Cuarto, Córdoba).
Dicho esto, existe una larga lista de experiencias de otros países que indican, sin lugar a segundas interpretaciones, que la implementación de clases presenciales cuando “amaina” la circulación del virus sólo ha provocado una disparada de contagios.
Puede pasar
Un periodista del canal de cable de un histórico diario nacional, desde el estudio porteño charlaba con un corresponsal en Israel, país que luego de durísimas cuarentenas y de una campaña de vacunación masiva en la cual asumió enormes riesgos -como asumieron en conjunto Rusia y EEUU en plena guerra fría para terminar con la terrible epidemia de polio-, llegó a un estado de Covid (casi) cero, mientras Europa, por ejemplo, aún no consigue salir de encierros temporales, vacunaciones parciales y hasta toques de queda, como en Alemania, entre otros.
En el trasncurso de esa charla, llegó el tema de las clases presenciales.
Periodista en estudio al corresponsal en Israel: “Perdón, ¿la escuela estaba cerrada por vacaciones, cerrada por decisiones del Gobierno para que no haya focos infecciosos y se propague el virus, cuánto tiempo estuvo la escuela cerrada en ese caso?”
Corresponsal en Israel al periodista en estudio: “Mirá, voy a meterme en un problema interno argentino. Lo sé perfectamente. Pero prefiero ser sincero: cada vez que en este país se abrieron las escuelas aumentaron los contagios en forma radical. Estuvimos tres veces en un encierro, cada vez durante un mes, hasta que la tercera vez decidieron no permitir el colegio. Se abrían centros comerciales y los colegios no. Lo último en abrirse, después de los negocios, de los centros comerciales, fueron las escuelas. Porque el Gobierno dice ‘no hay nada que hacerle, los chicos no están vacunados y por lo tanto no los podemos exponer ni a ellos ni a los que no están vacunados, ni tampoco a otras personas que deambulan en el medio”.
Esas “otras personas que deambulan en el medio” son aquellas que vieron incrementada en un 25% la circulación en las calles y la ocupación del transporte público a raíz de la vuelta de las clases presenciales. Si a ello le sumamos que el AMBA tiene día tras día casi 30.000 contagios y en ascenso según algunos especialistas, las camas de terapia intensiva ocupadas prácticamente en un 100%, o que en nuestra Región la hipercontagiosa cepa Manaos prevalece en un 74% de acuerdo a un vasto estudio que realizó la cartera sanitaria bonaerense, insistir en que todo siga igual, realmente suena raro. Al menos, muy raro.
El 6 de agosto de 2020, las periodistas Isabel Kershner y Pam Belluck, de The New York Times, publicaron un artículo titulado “Israel reabrió las escuelas cuando el coronavirus amainó. No fue buena idea”, en el que decían que “conforme EEUU y otros países consideran ansiosamente cómo reabrir las escuelas, Israel -uno de los primeros países en hacerlo- ilustra los peligros de avanzar de manera precipitada. Seguro de que había vencido el coronavirus (…)el gobierno israelí invitó a todo el cuerpo estudiantil a regresar a las aulas a finales de mayo. En cuestión de días, se reportaron infecciones en un bachillerato de Jerusalén que rápidamente se acumularon hasta formar el brote más grande en una sola escuela del país, y posiblemente en el mundo. El virus se propagó a las casas de los estudiantes y después a otras escuelas y vecindarios, y terminó infectando a cientos de estudiantes, profesores y familiares. Otros brotes obligaron a cientos de escuelas a cerrar. En todo el país, decenas de miles de estudiantes y profesores fueron confinados”.
“¿El consejo de Israel para otros países? “Definitivamente no deben hacer lo que nosotros”, dijo Eli Waxman, profesor del Instituto Weizmann de Ciencia y presidente del equipo que asesora al Consejo de Seguridad Nacional de Israel en materia de la pandemia. “Fue un gran fracaso”. La lección, dicen los expertos, es que incluso las comunidades que han controlado la propagación del virus deben tomar precauciones estrictas cuando reabren las escuelas”.
“Incluso las comunidades que han controlado la propagación”, advierten. Aquí, el Gobierno porteño decidió escupir a la República y desoír un fallo judicial el día en que se registraron 29.145 contagios.
Lo que dice el diario del lunes
El hilo en twitter publicado por Axel Rivas, director de la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés basado en una recopilación hecha por Sebastian Walsh (líder de un equipo de especialistas en salud pública vinculado a la Universidad de Cambridge), es más que esclarecedor al respecto.
Walsh revisó 40 estudios hasta este año. “De los más recientes, un estudio de Munday (2021) indica que la apertura de escuelas en Inglaterra generó un fuerte aumento de contagios”.
“Estudio (publicado en) Nature (una de las más prestigiosas revistas científicas del planeta) en 2020 sobre medidas de freno al Covid en más de 200 países. Resultados: cerrar escuelas es la segunda medida con más impacto para disminuir contagio”.
“Estudio de You Li (2020) en The Lancet (la más respeta publicación de medicina a nivel mundial) en 131 países muestra que cierre y apertura de escuelas tiene un alto impacto disminuyendo y aumentando el Covid”.
“Estudio de Auger (2020) muestra alto impacto de reducción de contagio con cierre de escuelas en USA”.
“Mucha evidencia indica que en contextos de alta circulación del virus (NR. como en Argentina actualmente) hay más riesgo de escuelas expandiendo contagio y viceversa: bajo riesgo cuando no hay olas fuertes de contagio (paper de The Lancet – 2020)”
“Otro estudio en USA muestra algo similar: con 20 casos diarios cada 100 mil habitantes escuelas aumentan contagio comunitario (CABA en estos momentos tiene más de 150/100 mil)”.
“Esto es lo que han hecho casi todos los países que tuvieron nuevas olas: cierre de escuelas con cuarentenas fuertes para frenar ocupación crítica en terapias intensivas. En 2021: Francia, Inglaterra, Alemania, Portugal, Chile, Uruguay, entre otros”.
El hilo completo se puede hallar simplemente googleando Axel Rivas.
El eterno y soberbio ombliguismo porteño
El 28 de septiembre de 1895, Carlos Pellegrini dijo en el Senado de la Nación: “en la República Argentina existen dos tendencias. Y casi puede determinarse la región territorial sobre la cual actúan una y otra. Hay un partido que tiene su asiento en el pequeño espacio que rodea la plaza de Mayo de la Capital Federal, y hay otro partido que tiene su asiento en todo el resto de la Nación”.
Otra vez: ¿Que esconde la oposición detrás de este tsunami que ha lanzado contra el Gobierno central, elegido por la mayoría de los argentinos y argentinas hace apenas un año y fracción, por la decisión de dictar clases virtuales durante dos semanas para intentar frenar al menos un poco la propagación del SARS-CoV-2?