La tremenda demostración de clasismo que hizo en un programa de TV la ex gobernadora de la provincia de Buenos Aires y ex «bonaerense orgullosa», María Eugenia Vidal, cuando dijo que no era lo mismo fumarse un porro en Palermo con amigos que hacerlo en una villa miseria, tiene un antecedente en un ¡sketch cómico del año 2019!
Sí, increíble pero real. Hace dos años, el cómico Guille Aquino escenificó un encuentro con su novia «antidrogas» en una plaza. En determinado momento, una pareja que estaba sentada en un banco del paseo público prende un cigarrillo de marihuana, lo que lleva a la chica a increparlos hasta el punto de amenazarlos con llamar a la policía.
La pareja apaga el porro y se va. Entonces, prende uno ella. Ante la sorpresa de su novio (Guille Aquino), la chica le explica que lo hace para tranquilizarse porque el tema de las drogas la altera. Pero lo más jugoso viene después, cuando dice que una cosa es que se drogue ella, que vive en Palermo (dixit), y otra cosa es que lo haga alguien que vive en una casa de chapa.
Luego saca un mapa de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires donde aparecen los barrios «aptos para drogarse», es decir, los de clase media-alta y alta, y aquellos donde estaría prohibido hacerlo, o sea, los de clase media-baja y baja.
EL «SKETCH» DE VIDAL
Dos años más tarde, en un programa de TV, la primera precandidata a diputada nacional por una de las tres listas que competirán en las PASO porteñas de Juntos por el Cambio (o Juntos o Cambiemos o Cambiaremos), María Eugenia Vidal, ex mandataria bonaerense que se mudó de Morón a Recolecta para no dar la pelea política en el territorio al cual, según su propia cuenta de Twitter, estaba «orgullosa» de pertenecer (orgullo que perdió ni bien realizó la transfugueada política), dijo que no es lo mismo fumarse un porro tranquilamente con amigos en Palermo que hacerlo en una villa.
El tema de las adicciones en las clases media y alta –que es igual o peor que en las clases populares– da para una extensa nota que contenga el análisis de profesionales. Pero al margen de ello, el clasismo manifiesto de Vidal realmente es intolerable.
Es la misma Vidal que no sólo no abrió una escuela en la Provincia en sus cuatro años de mandato -es más, cerró varias-; la que se enfrentó con los docentes al punto de culparlos de los problemas del sistema educativo; la que desfinanció el sistema escolar y dedicó 5 veces más dinero a los medios para que la blinden (y así lo hicieron casi todos); la que dejó decenas de obras sin terminar incluyendo hospitales públicos.
La misma que dijo «para qué tantas universidades en el Conurbano si los pobres no llegan a la universidad«. La misma que en su boleta lleva a una docente que dice que las Malvinas no son argentinas, Sabrina Ajmechet, a un misógino y provocador profesional como Fernando Iglesias, y a Pablo Walter, un hombre del partido fundado por Antonio Domingo Bussi, el genocida gobernador de Tucumán durante la dictadura cívico-militar, condenado por crímenes de lesa humanidad.
¿Quién le escribe los libretos políticos a Vidal? ¿El mismo que al cómico Guille Aquino? La situación sería cómica en verdad si no fuese porque la ex gobernadora bonaerense ha dado muestras, una vez más (y van…) de un clasismo más que preocupante. Y porque, sinceramente, se trata de una coincidencia tan bizarra que hasta da vergüenza ajena.
Eso sí, ningún medio hegemónico y sus satélites se hicieron eco de esto, ni de la declaración anti Malvinas de Ajmechet, ni del patético comunicado opositor acerca del intento de la derecha chilena de avanzar en territorios argentinos en el sur, ni de las declaraciones de Iglesias, ni del «zurdos de mierda de Milei» –grito de guerra de los represores que terminaron con desaparecidos, muertos, torturados, violados-, ni de la denuncia penal de Carrió por envenenamiento con la Sputnik V, ni de la propuesta de Patricia Bullrich de cambiar Malvinas por vacunas de Pfizer, y un largo etcétera, tan largo que no alcanzan mil notas para reflejarlo. Pero ¡guay! que alguien del oficialismo diga gris oscuro en vez de negro. Hemos caído muy, muy bajo. Será cuestión de empezar a salir.
Video.- El porro permitido y el prohibido de María Eugenia Vidal
Video.- El porro permitido y el prohibido de la «novia» del cómico Guille Aquino (sketch del año 2019)
No defiendo a Vidal, ni soy macrista. Soy psicólogo y trabajo con adictos.
No entendieron el texto. Una cosa es el consumo recreativo de sustancias psicoactivas cuando hay una vida sostenida, con familia continente, con proyectos de vida sustentables, y con acceso a la salud y otro el consumo anesteciante para soportar una realidad mortifera y una vida sin proyectos.