¿Quién no tocó alguna vez ese riff perfecto de cuatro notas en una guitarra española? ¿Quién no lo tocó alguna vez, en la adolescencia, y por unos segundos se sintió Ritchie Blackmore? Algunos se arriesgan a afirmar que si para aprender a escribir antes que nada hay que saber las vocales, para ser un guitarrista de rock la primera lección es el riff del tema Smoke On The Water (Humo sobre el agua).
Y pensar que los integrantes del grupo Deep Purple, sus creadores, no lo pensaban grabar. ¿Por qué? Porque consideraban que era una canción demasiado básica para la música que hacían: hard rock que desde el álbum debut, Shades of Deep Purple (1968), fue incorporando elementos de música progresiva y de música sinfónica.
Humo sobre el agua es de esas canciones que surgen en un instante, en un abrir y cerrar de ojos. No tienen un “proceso” de composición, de elaboración gradual, de búsqueda paciente del mejor sonido y del arreglo que le da el toque de distinción. Es el tema quizás más simple del rock duro y surgió de un incendio. ¿Cómo? Sí, de un incendio seguido de una serie de percances que debió afrontar Deep Purple para grabar Machine Head (1972), su sexto elepé.
No obstante, se convirtió en un himno. Y su riff, en el más popular del hard rock y en uno de los más conocidos de toda la música contemporánea.
El guitarrista Ritchie Blackmore, el bajista Roger Glover, el vocalista Ian Gillan, el baterista Ian Paice y el tecladista Jon Lord fueron la segunda formación de Deep Purple, el extraordinario grupo nacido en 1968 en Hertford, Reino Unido. En la original el bajista fue Nick Simper y el vocalista, Rod Evans.
El 3 de diciembre de 1971 la banda llegó a Montreux, Suiza, para grabar su sexto disco de estudio. Tenían todo preparado. Habían alquilado un estudio móvil a los Rolling Stones, con la idea de llevar a cabo las sesiones de grabación en el escenario del Casino de la ciudad, situado frente al lago de Ginebra, pues a Deep Purple no le gustaban los eternos encierros en un estudio tradicional.
Los recibió el promotor y creador (en 1967) del legendario Festival de Jazz de Montreux, Claude Nobs, quien les regaló entradas para el recital de la noche del día 4. Tocaba Frank Zappa and The Mothers of Invention. El programa era estupendo. Un buen concierto, a descansar, y al día siguiente, cuando el escenario había quedado desocupado, empezar la grabación del álbum Machine Head.
Pero en un determinado momento del show, concretamente cuando Don Preston hacía el solo de teclado en el tema King Kong, un espectador lanzó una bengala. Fue el principio del fin del casino. Se generó un incendio con llamas y columnas de humo de hasta treinta metros de altura. Por suerte, todos salieron ilesos. Esa noche, Claude Nobs se convirtió en una suerte de héroe pues fue el responsable de sacar a la mayoría del público sin que sufrieran daño alguno.
Deep Purple tenía que grabar el disco en dos semanas, y ahora no sabía dónde hacerlo. Todos llegaron al hotel, que quedaba del otro lado del lago, y se quedaron viendo como el fuego consumía aquel majestuoso edificio del casino construido en 1881.

CUESTIÓN DE VOLUMEN
En los días siguientes, el propio Nobs les consiguió el teatro Le Pavilion. Pero no estaban cómodos allí. Además, los vecinos se quejaban todo el tiempo a las autoridades por ruidos molestos. No es de extrañar, pues el volumen era marca registrada de la banda. En 1972, durante un show en Londres, llegaron a los 117 decibeles. El libro Guinness los incluyó como la banda que sonaba más fuerte en el mundo. Y la leyenda dice que hubo espectadores que quedaron “atontados” ante semejante demostración sonora. Tiempo después, el cantante Ian Gillan declaró: “Deep Purple mejoró mucho cuando bajamos el volumen”.
Lo cierto es que otra vez se quedaron sin sitio para grabar, por lo que el viaje a Suiza comenzaba a convertirse en una pesadilla. Pesadilla fue la que tuvo, una de esas noches, el bajista Roger Glover. Se levantó sudando y gritando “¡somoke on the water!”. Es que algunos miembros del grupo habían quedado realmente shockeados con la locura que habían vivido.
Gillan había tomado nota de todo lo sucedido. Glover le dijo que con esas notas escribiese una canción, que el título ya lo había soñado él: Humo sobre el agua. A todo esto, Ritchie Blackmore hacía tiempo que venía tocando un riff inspirado en unas notas de la Quinta Sinfonía de Beethoven. Los planetas se alinearon: música, letra y título.
“Pero ellos vinieron una noche a cenar a casa -contó cierta vez Claude Nobs- y me dijeron que tenían una sorpresa, un tema nuevo, e hicieron Smoke On The Water. ‘Eso será un enorme suceso’, les aseguré, a lo cual me contestaron que no tenían pensado grabarla. ‘¡Están locos!’, les grité. Y finalmente la grabaron, como primer tema de lado B”, relató el promotor, quien quedó inmortalizado en la letra de la canción como “Funky Claude”, quien “iba de acá para allá sacando a los chicos del lugar”.
¿Dónde se grabó el disco? Luego de pasar por distintos sitios, Nobs les consiguió todo el Grand Hotel. Allí se registró un álbum imprescindible del rock de todos los tiempos, que contiene piezas exquisitas como, entre otras, Highway Star y Lazy; esta última, una síntesis perfecta de 7 minutos 19 segundos de la majestuosa calidad que puede alcanzar una banda de rock duro.
Y “de yapa”, Smoke On The Water. Ese himno de todos los tiempos que ningún integrante de Deep Purple tenía en su mente hasta llegar a Suiza y vivenciar cómo se incendiaba el Casino de Montreux. Ni cómo el espeso humo invadía por completo la superficie del lago de Ginebra.
LETRA EN ESPAÑOL
Llegamos a Montreux, a orillas del lago Ginebra, a grabar en un estudio móvil / No teníamos demasiado tiempo / Frank Zappa and The Mothers estaban en el mejor lugar posible, pero un estúpido con una bengala quemó completamente el lugar / Humo sobre el agua, fuego en el cielo
Quemaron el casino / Se derrumbó con un sonido horrible / Funky Claude iba de acá para allá
sacando a los chicos del lugar / Cuando todo terminó tuvimos que buscarnos otro lugar / El tiempo suizo corría / Parecía que íbamos a perder la carrera / Humo sobre el agua, fuego en el cielo
Terminamos en el Gran Hotel / Estaba abandonado y frío / Con el camión de los Rolling Stones estacionado afuera, hicimos nuestra música ahí / Con algunas luces rojas y unas camas viejas
hicimos un lugar para transpirar / No importa lo que nos costó salir de esa / Seguro que nunca lo olvidaremos / Humo sobre el agua, fuego en el cielo.