De la Redacción de 90 Líneas y agencia Télam.-
Todo empezó cuando Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Tomás Massa compartieron el acto de “recuperación para la memoria” de uno de los aviones de los vuelos de la muerte.
Luego sobrevinieron otros actos distritales, la mayoría en territorio bonaerense, donde las principales espadas de Unión por la Patria caminaron los barrios y se mostraron junto a los candidatos a intendente, legisladores y el gobernador provincial en muchos casos.
Después llegaron dos citas protocolares y una decisión estratégica, como la reunión de la vicepresidenta con Daniel Scioli -tras la cual se lanzaron elogios poco comunes en la política- y la del ex gobernador y actual embajador en Brasil con Sergio Massa. Acto seguido, el ministro de Economía anunció que Scioli se integraba al equipo económico para ocuparse de las relaciones internacionales, algo que siempre se le dio bien.
Y ahora, a escasos días de la presentación de una obra que “cambiará la historia” -definió Massa-, como la puesta en marcha del Gasoducto Néstor Kirchner contra las exigencias del FMI, el precandidato presidencial, el precandidato a vice Agustín Óscar Rossi, 15 mandatarios provinciales y Wado de Pedro celebraron una “cumbre” en el Consejo Federal de Inversiones.
Allí quedó designado De Pedro como jefe de campaña y quedó plasmado un consenso absoluto sobre la necesidad de elaborar un plan de gobierno 100% federal.
En el encuentro, como dijimos, se analizó la estrategia electoral y se anunció al ministro del Interior y candidato a senador, Eduardo «Wado» De Pedro, como jefe de campaña.
Tras la reunión, los gobernadores destacaron la «unidad» alcanzada en UxP y reafirmaron el objetivo de consolidar un país de «esperanza» y no de «ajuste y represión».
El encargado de anunciar a De Pedro como jefe de campaña fue el fueguino Gustavo Mellela, uno de los mandatarios que participaron del encuentro.
En la conferencia de prensa posterior, el bonaerense Axel Kicillof afirmó que los jefes peronistas y de fuerzas aliadas llegaron a un acuerdo en cuanto a la necesidad de «terminar con una mirada centralista excluyente de las realidades provinciales».
«Fue un intercambio donde cada uno expresó su posición y hubo un claro apoyo a la idea de que, ante situaciones muy difíciles, la respuesta es más derechos», añadió Kicillof.
Por su parte, el tucumano Juan Manzur adelantó que en los próximos días «habrá un encuentro de todo el espacio político» para fijar las prioridades de trabajo «hacia los próximos cuatro años» de Gobierno.
Del cónclave participaron los gobernadores Axel Kicillof (Buenos Aires), Gustavo Melella (Tierra del Fuego), Mariano Arcioni (Chubut), Oscar Herrera Ahuad (Misiones), Ricardo Quintela (La Rioja), Alicia Kirchner (Santa Cruz), Juan Manzur (Tucumán), Gildo Insfran (Formosa), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Raúl Jalil (Catamarca), Sergio Ziliotto (La Pampa), Gustavo Bordet (Entre Ríos), y los vicegobernadores Osvaldo Jaldo (Tucumán), Antonio Marocco (Salta) y Analía Rach Quiroga (Chaco), entre otros.
Participó también del encuentro el ex diputado nacional Julián Domínguez, integrante del equipo económico de Massa y precandidato suplente de la lista de senadores por la provincia de Buenos Aires.
Los gobernadores se habían reunido en ese mismo recinto el 7 de junio pasado, previo al cierre de listas, para reclamar una lista de unidad en el frente oficialista.
Antes de empezar, Rossi había declarado ante los medios presentes que el objetivo era «analizar la ejecución de las políticas públicas del Gobierno nacional en cada una de las provincias».
«Los gobernadores han tenido un rol más que importante en lo que fue el alumbramiento de esta fórmula de síntesis con apoyo mayoritario de todo nuestro espacio político», destacó Rossi.