Por Emilio Augusto Raffo.-
En estos días se ha hablado y escrito bastante acerca de un anunciado cambio de emplazamiento del monumento a Julio Roca, ubicado en la Plaza Expedicionarios al Desierto en el Centro Cívico de Bariloche. Digamos como principio que dicha medida puede ser tomada por la autoridad competente, conforme la normativa que rija en la materia, pero sin duda – a mi criterio – con la oportuna intervención de la comunidad.
Es cierto que la figura de “El Zorro” despierta adhesiones y críticas, y son muchos sus detractores, como ocurre con innumerables figuras de nuestra historia, ya sea Moreno, Dorrego, Rosas, Urquiza por solo mencionar a unos pocos.
Es más, la historia Latinoamericana le debe un reconocimiento expreso al caudillo Oriental, don José Gervasio Artigas, el precursor y numen del primer Grito Independentista de las Provincias Unidas del Sur, allá por el 29 de junio de 1815 en el Paraje La China, Provincia de Entre Ríos.
Ciertos sectores del revisionismo, entre ellos el histriónico y recordado Profesor Jorge Abelardo Ramos, le reconocía su accionar para el fortalecimiento de un Ejército más nacionalista, disolviendo las milicias provinciales, aunque impregnado de liberalismo y sujeción a Inglaterra fruto en definitiva luego de Caseros, batalla librada incluyendo fuerzas extranjeras.
Por otro lado, en su lado oscuro, debe resaltarse su accionar en la llamada Conquista del Desierto, un plan armado no solo para violentar los Derechos Humanos de los sectores expulsados de las tierras, sino – esencialmente- por el reparto de las mismas a las familias y oligarquía porteña.
Se dice que se han expedido expertos y urbanistas que han aconsejado el traslado del Monumento a un emplazamiento cercano.
Lo cierto es que algunos dirigentes han censurado, acremente, la decisión de dicho traslado fundado en cuestiones ideológicas y políticas más cercanas al presente proceso electoral que a un riguroso análisis histórico.
Hemos visto a lo largo de nuestra historia el vandalismo a monumentos de personajes destacados y hasta del Símbolo de nuestra Soberanía Nacional – como lo es el vandalizado de la Vuelta de Obligado en la intersección las calles 56 esquina 3 de la ciudad de La Plata desde hace ya más de 5 años, sin que la autoridad municipal hubiese acudido a su impostergable reparación y puesta en valor– sin que ninguno de los hoy intervinientes hubiesen mediado al respecto como lo hacen ahora con Roca (ver “Vandalización de la gesta emancipadora” en 90 lineas.com del 20/11/2021).
Como agregado a la polémica debo resaltar que fue el primer Presidente reelecto y que con intervención Joaquín V González y Juan Bialet Maset diera origen al primer proyecto de Código de Trabajo y que, obviamente, no fuera aprobado por el Congreso Nacional. Sin duda que el mantenimiento de cualquier monumento, su cambio de destino o lugar y hasta retiro definitivo debe ser producto de un análisis objetivo, certero, no basta ni una decisión de la autoridad ni su impedimento por vía judicial como se anuncia.
EL CASO DE URIBURU EN BALCARCE
Y, además, con intervención de la comunidad especialmente la circundante. Hace ya unos años en la localidad de Balcarce, Provincia de Buenos Aires, aún se encontraba emplazado un monumento a José F Uriburu el artífice del derrocamiento del Gobierno Constitucional de Hipólito Yrigoyen del 6 de setiembre de 1930 dando inicio a una seguidilla de gobiernos fraudulentos, ilegítimos, conculcamiento de derechos
esenciales, persecución, desaparición y muerte, entre otros, y proscripción política.
Un dato histórico y de la realidad nos pone, inexplicablemente para mí, que los adláteres de ese Golpe de Estado se encuentran hoy asociados (“como carne y uña” para utilizar una frase lisa y llana) con los otrora seguidores del viejo caudillo de la hoy UCR Residual desalojada abruptamente del Gobierno en aquella aciaga jornada.
Indague a raíz de una placa colocada por el Consejo Deliberante en el año 2010 (por imperio de la Ordenanza 165/10) la razón de su permanencia y el agregado de un nuevo texto. La respuesta fue por demás elocuente, la comunidad de esa Ciudad, resolvió mantener el monumento y colocar una leyenda alusiva a ese deleznable personaje de nuestro pasado como fiel testimonio y firme deseo que no se repitan jamás sucesos como el acá relatado Dice la nueva placa: “Este monumento fue emplazado en el 6to aniversario el Primer Golpe de Estado en Argentina. El General José Feliz Uriburu atentó contra la
Constitucional Nacional el 6 de setiembre de 1930. Este nefasto acontecimiento abrió paso a una serie de violaciones al Estado de Derecho y a los Derechos Humanos de la población, impuestos por los gobiernos de facto que interrumpieron el orden democrático, signando décadas de inestabilidad y autoritarismo en nuestro país..” y cierra con la frase de Rabindranath Tagore…” Si cerráis la puerta a todos los errores,
también la verdad se quedara a afuera”.
Unos y otros deberían actuar con más responsabilidad y seriedad y no azuzar frases vacías
de contenido con la única finalidad de profundizar aún más las diferencias existentes entre
los ciudadanos.