Por Carlos Altavista.-
“Es un tropo (N. de la R. modelo, patrón) de la vida de los siglos XX y XXI que los gobiernos que se enfrentan a déficits financieros miren en primer lugar a los servicios que prestan a sus ciudadanos a la hora de hacer recortes. Los casos de este tipo son innumerables y se dan en todos los países del mundo. Cuando esto ocurre, producen efectos muy predecibles y uniformemente devastadores en las sociedades. Lo llamamos el efecto austeridad (N. de la R. ajuste): el inevitable sufrimiento público que sobreviene cuando las naciones y los Estados recortan las prestaciones públicas en nombre de la solvencia económica y la industria privada. Aunque las políticas de austeridad pueden no identificarse por su nombre, ponen de relieve los tropos más comunes de la política contemporánea: recortes presupuestarios (especialmente en gastos sociales como la educación pública, la sanidad, la vivienda y las prestaciones por desempleo), impuestos regresivos (…), privatización, represión salarial y desregulación del empleo. En conjunto, este conjunto de políticas afianza la riqueza existente y la primacía del sector privado, que tienden a presentarse como las claves económicas que guiarán a las naciones hacia tiempos mejores”.
Pocos analistas nativos describieron con semejante nivel de perfección y en tan pocas líneas lo que está ocurriendo en la Argentina desde el 10 de diciembre de 2023. No es un juicio: cuando uno vive en el medio del huracán pierde perspectiva, sobre todo en el plano de la cuestión social.
Entonces, ¿quién escribió los conceptos con los cuales comienza esta nota?: la investigadora italiana Clara Elisabetta Mattei, profesora asociada del Departamento de Economía de The New School for Social Research, institución de posgrado situada en el corazón de la ciudad de Nueva York, en su ópera prima titulada “El orden del capital: cómo los economistas inventaron la austeridad y allanaron el camino al fascismo”. Publicada en 2022, fue elegida por el Financial Times como uno de los diez mejores libros de economía de ese año.
Una aclaración: en el texto “tradujimos” el término austeridad, pues en Europa se utiliza para nombrar a las políticas de ajuste económico. Además enumeraba como una de las consecuencias más comunes de las políticas de ajuste la “deflación”. Y la deflación es gravísima en una economía capitalista que funciona, digamos, normalmente, pues es un indicador de fuerte caída de la actividad económica. No es el caso de Argentina, donde las recesiones son acompañadas por la suba de precios. Por algo “se atribuye al economista rusoestadounidense Simón Kuznets, famoso por sus estudios empíricos sobre distribución del ingreso y crecimiento económico, haber formulado la siguiente frase: ‘Existen cuatro clases de naciones: países desarrollados, países en desarrollo, Japón y Argentina’” (1).
El libro de Clara E. Mattei es interesantísimo, pues plantea que no son los procesos hiperinflacionarios sino las políticas de austeridad (ajuste) las que crearon las condiciones para la reaparición de fuerzas políticas de ultraderecha, a las cuales en el viejo continente no dudan en llamar “fascistas”, algo que aquí cuesta horrores incluso entre los cientistas sociales más “progresistas”. Para argumentar que Milei no es fascista, algunos incluso se remontan a Mussolini. En fin, no se necesita ser un integrante de las SS para ser nazi. Pero ese es otro tema.
Tampoco vamos a zambullirnos en el trabajo de la docente e investigadora italiana, pero sí utilizaremos su “perfecta descripción de lo que nos ocurre” para repasar los números que nos hablan de “la catástrofe que se avecina”, frase utilizada sin rodeos por la Federación Argentina de Municipios (FAM) en su comunicado del viernes 9 de febrero, titulado “Llamamos a la reflexión al gobierno nacional y le pedimos soluciones urgentes para nuestras vecinas y vecinos”.
Salarios destrozados
El poder adquisitivo de los salarios cayó casi 60% en 2023, una caída tan bestial que es necesario remontarse a la hiperinflación de 1989 (5.000% anual) para encontrar una similar.
“Pero, en 2023 gobernó Alberto Fernández…”, podría marcar alguien. Sí. Y tuvo una importante responsabilidad. No obstante, “si bien el deterioro se fue dando a lo largo del año, la caída fue brutal en diciembre, porque los salarios subieron 8,9% -en línea con la variación experimentada a lo largo del segundo semestre- pero la inflación saltó a 25,5% con la llegada del nuevo Gobierno, las desregulaciones y la devaluación cambiaria. Así, el nivel general de salarios perdió 16,6% en términos reales solo en el último mes del año” (2).
Es decir que el gobierno liberal-libertario, anarcocapitalista, minarquista, ultraliberal, ultraderechista, o neofascista, como preferimos llamarlo nosotros a contramano de algunos teóricos, es responsable de la pérdida, en menos de veinte días, de 16,6 de los 58,7 puntos porcentuales de poder adquisitivo que el año pasado se transfirieron de la clase trabajadora al gran capital.
Ahora bien, ese 58,7% es un promedio. “Si se observa el empleo privado no registrado, el deterioro es aún peor (…) Una pérdida real del 96,1%: casi a la mitad se redujo el poder de compra de los salarios de este segmento de la población” (2).
Asimismo, “la escalada de precios llevó el salario mínimo vital y móvil a su valor más bajo en términos reales desde julio del año 2003. Hay que recalar en más de veinte años, cuando el país comenzaba a salir de la bancarrota de 2001, para encontrar un nivel salarial semejante. (En tanto), con relación al pico de agosto de 2013 perdió un 65% de poder adquisitivo. Con el congelamiento desde diciembre el gobierno generó un ahorro que podría llegar a los 1.000 millones de dólares anuales sólo en Potenciar Trabajo. Además eludió el pago de bonos para jubilados. El jueves (15 de febrero) se reúne el Consejo y la CGT pide un 85%” de incremento (3).
En el “granero del mundo” se pasa hambre
“En la Argentina, más de 5 millones de personas ya estarían en la indigencia, es decir, no alcanzan a consumir las calorías diarias que su organismo necesita. Pasan hambre. Entre ellos habría 3 millones de chicos. Los datos surgen de proyectar la última información oficial que difundió el INDEC con relevamientos realizados hasta el tercer trimestre del año. Esos números empeoraron de la mano de la disparada de la canasta alimentaria en medio de la devaluación del 54% aplicada por el gobierno de Javier Milei tres días después de asumir. La devaluación del 118% explicó en buena medida que el costo de vida haya subido 25,5% en diciembre” (4).
El Gobierno de extrema derecha provocó, en menos de veinte días de diciembre de 2023, la pérdida de 16,6 de los 58,7 puntos porcentuales de poder adquisitivo que el año pasado se transfirieron de la clase trabajadora al gran capital
A esa realidad horrorosa hay que sumarle que, mientras pasean por Roma y se sacan fotos con el Papa Francisco, Milei y su ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, suspendieron la entrega de alimentos en los comedores populares y merenderos.
“Un gobierno absolutamente perverso”
“Eduardo de la Serna, cura de Opción por los Pobres, aseguró que el gobierno de Javier Milei ‘es absolutamente perverso’ al advertir que desde el Poder Ejecutivo siguen sin enviar alimentos para los comedores. ‘El gobierno de Javier Milei es absolutamente perverso, sobre todo para los pobres, los jubilados, los niños, los estudiantes, las pymes… Si no mandan alimentos, los comedores no existen. Son una mesa vacía, sin gente y sin comida’, afirmó el cura en Debate Abierto” (5), programa dominical de C5N.
Pero el superministerio que comanda la ignota Pettovello no sólo reunió al ex ministerio de Desarrollo Social, sino también al de Salud. Y en ese rubro la funcionaria ya carga sobre sus espaldas con otro acto más que perverso, ya que discontinuaron la entrega de medicamentos a personas vulnerables.
En este contexto, desde la FAM afirmaron que “liberar ‘las fuerzas del mercado’ no es la salida más conveniente para la salud comunitaria de la población. No están privatizando, más bien están decididos a estatizar los servicios sanitarios, ya que la gente que se ‘cae’ de las prepagas va directo al sistema de salud pública. En los últimos meses los medicamentos incrementaron su precio en un 140%. Las prepagas, por su parte, escalaron sus cuotas con subas que llegan hasta el 150%. ¿Cuánto tiempo más esta clase media podrá sostener la medicina privada?. Y, ¿cómo haremos para absorber en el sistema público la creciente demanda?”, se preguntan.
Industria y construcción, en caída libre
Un reciente informe del INDEC da cuenta de una caída histórica de la producción industrial de casi el 13% en diciembre de 2023 en comparación con diciembre de 2022.
Al mismo tiempo, el sector de la construcción cayó más del 12% en igual período.
Son datos que reflejan pymes que comienzan a parar máquinas y obras públicas que solamente seguirán adelante si tienen un grado de avance superior al 80 por ciento. Son datos, entonces, que hablan de desocupación.
Ningún proceso de deterioro socioeconómico estalla de un día para el otro. No obstante, la velocidad que le está imprimiendo al brutal ajuste el gobierno de extrema derecha podría hacer que el Titanic comience a hundirse en marzo-abril.
“Los expertos advierten que estas cifras reflejan una tendencia preocupante y pronostican que la economía argentina entrará en recesión durante el primer trimestre del 2024” (6).
A todo esto, la supresión de los subsidios al transporte en las provincias que decidió Milei en “venganza” por la no aprobación en Diputados de su Ley Ómnibus, con la que pretendía desregular por completo la economía y vender desde las empresas públicas hasta el subsuelo de la república, las tierras, los cielos, el mar, los ríos y “todo bicho que camina”, llevaría el boleto mínimo de micro a 1.000 pesos en aquellas jurisdicciones que no tengan espaldas para mantener valores normales.
Hay familias que no saben si van a poder mandar los chicos a la escuela a causa de los aumentos brutales en los pasajes y los que se esperan para la canasta escolar 2024. Primero hay que llenar la olla, dicen las madres en las barriadas, aunque ya resulta imposible para muchísima gente. Desde que asumió Milei, la demanda sobre los comedores populares aumentó un 30%, y la respuesta del Gobierno fue dejar de enviar alimentos. ¿Eso no es fascismo? ¿Entonces cómo lo llamamos señores teóricos?.
Y para terminar por hoy, y hablando de clases, la pregunta es si empezarán. ¿Por qué? Porque el Gobierno “poco empático socialmente” de Milei también suspendió el envío a las provincias del Fondo de Incentivo Docente y del Fondo Compensador de Desigualdades Salariales que perciben 10 provincias. El gobernador Axel Kicillof pagó los sueldos de enero haciéndose cargo de esas sumas, pero ¿cuántas provincias tienen espaldas tan anchas?
…
(1) “Argentina, caso excepcional”, por Andrés Asiaín y Lorena Putero – Página 12 – 20 de abril de 2014
(2) Brutal caída salarial en 2023, por Mara Pedrazzoli – Página 12 – 10 de febrero de 2024
(6) Caída histórica en producción industrial y construcción – OPI Santa Cruz – 7 de febrero de 2024