La administradora de la GSA, Emily Murphy, escribió una carta a Biden en la que señaló había determinado que el demócrata pueda acceder a “los recursos postelectorales” para iniciar la transición.
TRUMP RESISTE
Sin embargo, el actual mandatario, Donald Trump, indicó que daba luz verde a la transferencia de poder a Biden, aunque sigue sin reconocer su derrota. “Quiero agradecer a Emily Murphy en GSA (la Administración General de Servicios) por su firme dedicación y lealtad a nuestro país. Ha sido acosada, amenazada y objeto de abusos -y no quiero ver que esto le pasa a ella, su familia o a empleados de GSA. Nuestro caso continúa FUERTEMENTE, seguiremos la buena lucha y creo que prevaleceremos”, tuiteó Trump.
“Sin embargo, en el mejor interés de nuestro país, recomiendo que Emily y su equipo hagan lo que tengan que hacer respecto a los protocolos iniciales, y le he dicho a mi equipo que haga lo mismo”.
Trump no ha reconocido su derrota y ha argumentado que hubo un fraude electoral, sin ofrecer pruebas. Sus abogados han presentado varias demandas en estados claves, pero los tribunales han rechazado por lo que virtualmente se han agotado las vías judiciales. Este reconocimiento por parte de la GSA era un trámite imprescindible para que Biden pueda tener acceso a recursos clave para llevar a cabo la transición para gobernar.
Biden anunció al equipo de seguridad nacional y de exteriores de su futuro Gabinete, entre los que figuran Antony Blinken, como secretario de Estado y el cubanoestadounidense Alejandro Mayorkas como titular del Departamento de Seguridad Nacional.
Los seis hombres y mujeres que componen la cúpula que va a dirigir la diplomacia y la seguridad nacional afirmaron que representan un retorno del multilateralismo, la cooperación global y la lucha conjunta contra el cambio climático, después de cuatro años de un Gobierno republicano menos proclive a las asociaciones.
«Es un equipo que refleja el hecho de que Estados Unidos está otra vez listo para liderar el mundo y no retraerse de él», dijo Biden al presentar a sus elegidos en un acto en Wilmington. En los primeros nombramientos de su gabinete, Biden dejó en claro que favorece la capacidad y el votante de centro y que no busca complacer a la base de izquierda de su Partido Demócrata, pero sí logró avances históricos para las mujeres y las minorías.
Como Biden, muchos de sus miembros del gabinete integraron los gobiernos de Barack Obama entre 2009 y 2017.
En la presentación, el mandatario electo se mostró convencido que sus futuros colaboradores «encarnan mis creencias fundamentales de que Estados Unidos es más fuerte cuando trabaja con sus aliados», continuó, haciendo hincapié en que, «en conjunto, este equipo ha asegurado algunos de los logros diplomáticos y de seguridad nacional más definitorios de los últimos tiempos».
La vicepresidenta electa, Kamala Harris, también alabó a los elegidos, detallando que son los líderes que Estados Unidos necesita «para cumplir con los retos de este momento». «Siempre he creído en la nobleza del servicio público, y estos estadounidenses la encarnan», dijo Harris.
El futuro jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, prometió un cambio del enfoque, dijo que cuando asuma el cargo va a actuar con la misma cuota de humildad que dé confianza y ratificó que Biden cree en el multilateralismo ya que “no podemos resolver los problemas del mundo solos; necesitamos trabajar con otros países, necesitamos su cooperación, necesitamos asociaciones».
EL MULTILATERALISMO
La elegida por Biden para representar a Estados Unidos ante la ONU, la diplomática Linda Thomas-Greenfield, reiteró el mismo discurso y aseguró que «el multilateralismo está de vuelta», señaló la diplomática que tendrá un cargo considerado esencial en la nueva política exterior.
En tanto que la designación del exsecretario de Estado John Kerry, que fue nombrado por Biden representante especial de Estados Unidos para el clima, confirmó que su país volverá al pacto de París firmado en 2015 del cual Trump se retiró, pero llamó a ser más ambiciosos en la lucha contra el calentamiento global e incluso anunció que pedirá que se buscará potenciar este acuerdo en la conferencia de Glasgow el próximo año.
Los puestos de gobierno deben ser aprobados por el Senado, una Cámara cuyo control aún está en el aire pues falta que se repartan los dos últimos escaños en juego en Georgia, que están pendientes de una segunda vuelta que tendrá lugar en enero.
Por su parte, el jefe de Gabinete de la Cancillería argentina, Guillermo Justo Chaves, destacó la necesidad del retorno al «multilateralismo» para que «los países funcionen con una dinámica de igualdad, y que las potencias mundiales no tengan un comportamiento hegemónico, sino que estén sometidas a decisiones de carácter colectivo».
Guillermo Justo Chaves, aseguró que el gobierno argentino espera con «optimismo» que la asunción de Biden en la presidencia de los Estado Unidos «genere nuevas reglas de juego en la región».
«Somos optimistas, porque esperamos que el cambio de administración en los Estados Unidos genere nuevas reglas de juego en la región», sostuvo Chaves, quien se mostró confiado en que la próxima gestión norteamericana se inclinará hacia una «lógica del multilateralismo». Para el funcionario ese nuevo escenario permitirá que el «presidente Alberto Fernández vaya asumiendo cada vez más protagonismo, a través de un liderazgo regional de equilibrio y no tanto ideológico».
En una entrevista, el funcionario consideró «muy positivo» que la agenda de la próxima administración Biden «ya muestra un cambio de rumbo» en sus designaciones al frente de la Reserva Federal y de la Secretaría de Estado.
Pero mientras algunas de las políticas que marcaron la era Trump están llamadas a ser abandonadas con la nueva administración, pero el hasta ahora presidente de Estados Unidos está dispuesto a vender cara su derrota. Por lo pronto la estrategia de no reconocer el triunfo de Biden, más que apuntar a un triunfo judicial cada vez más improbable busca consolidar sus casi 74 millones de votantes, que lo convierten en el segundo candidato más votado de la historia, superado con algo más de 80 millones por el propio Biden.
Una encuesta del sitio especializado Politico y a Morning Consult realizada entre 1900 votantes registrados de los 50 estados entre el 21 y el 23 de noviembre y el margen de error calculado es menor al 2 por ciento otorga a Trump una clfra mayoría entre los candidatos republicanos, lo que hace que tome fuerza la idea de no jubilarse, pese a que volver a la Casa Blanca parece una utopía, en parte porque ningún mandatario puede ejercer por más de dos períodos de cuatro años, pero también porque quienes son derrotados en las urnas nunca lograron volver,