En tanto en un mes en que las tasas de plazo fijo a los grandes depósitos se mantuvieron en torno al 44% efectiva anual, el incremento de los depósitos en dólares es una muy buena noticia.
La entidad difundió este viernes su Informe Monetario Mensual, en el que indicó, además, que el agregado monetario amplio (es decir el circulante, más los depósitos de los sectores público y privado), en términos reales y ajustado por estacionalidad registró una disminución mensual de 2,7%, que estuvo explicada por el comportamiento de los medios de pago.
Junto con esto, las tasas de interés pasivas se mantuvieron sin cambios significativos, en torno a las mínimas garantizadas desde mediados de noviembre, en 37% (44% efectivo anual ) para las colocaciones a plazo fijo de personas por hasta $1 millón y en 34,2% (40% efectivo anual.) para el resto de los depósitos.
«De acuerdo a los objetivos y planes para el año 2021, el Banco Central procurará propiciar instrumentos de ahorro e inversión que permitan obtener rendimientos acordes con relación a los niveles de inflación y a la evolución del tipo de cambio», destacó la entidad.
En términos reales y sin estacionalidad, los préstamos en pesos al sector privado habrían registrado en diciembre una caída de 1,7%. Así, el financiamiento en pesos acumuló en el 2020 un crecimiento nominal del 49% desestacionalizado, o del 7,4% en términos reales.
Según el informe, diciembre terminó con ventas de dólar ahorro en torno a los U$S 160/U$S 170 millones, en línea con lo sucedido el mes anterior, cuando fueron U$S 174 millones.
En los bancos esperan que en este inicio de año, la demanda sea parecida. «La cifra más fina depende de si la gente usa el cupo de U$S 200 con las compras con tarjetas de crédito», sostiene un financista a un portal especializado.
El año 2020 finalizó con un saldo neto de ventas de dólar «ahorro» por unos U$S 3.800 millones, la cifra más baja de los últimos seis años, producto del endurecimiento de las medidas restrictivas, entre ellas la aplicación del 35% de Ganancias a las compras de dólar turista, que si bien comenzaron a ser reintegradas desalientas las compras especulativas.
Alrededor de 900.000 personas compran dólares en los bancos mensualmente. Se trata de una cantidad que representa la cuarta parte de los que podían adquirir billetes antes del endurecimiento del cepo que fue tan fuerte que dejó sin la posibilidad de comprar dólares a la mayoría de los ahorristas entre ellos los beneficiarios de IFE o de la AUH, que adquirían divisas para luego venderlas en el mercado paralelo y hacer una diferencia en pesos.
También quedaron afuera los empleados de empresas que cobran parte de sus salarios con el aporte del Estado a través del sistema ATP.
Por las restricciones que se fueron imponiendo desde mitad de año, la cantidad de dólares «ahorro» vendidos se fue achicando. Así mientras en junio se vendieron 629 millones de dólares, en julio 750 millones, en a agosto 768 millones, en septiembre 643 millones, en octubre 170 millones, en noviembre 174 millones y en diciembre un estimado de 180 millones de dólares
Estas restricciones llevó al dólar blue a un valor de la cotización cerca de los $200 en la tercera semana de octubre, y cerró el primer viernes hábil del nuevo año en $ 161, mientras que el «ahorro», se ubicó en $149,79.
Según el informe del Banco Central, la combinación de estabilidad en las brechas con los dólares paralelos, una postura compradora de la autoridad monetaria en el mercado cambiario durante casi todo diciembre y la menor tensión en la expectativa de devaluación del tipo de cambio explicaron este fenómeno.
Los depósitos en moneda extranjera hilvanaron seis semanas consecutivas de crecimiento desde su nivel más bajo el 11 de noviembre, cuando habían alcanzado los U$S 14.611 millones.
Otros motivos que influyeron en esta tendencia fueron factores estacionales de menor demanda de dólares, y la decisión de otros de bancarizar sus depósitos para evitar pagar alícuotas más altas en el impuesto a los Bienes Personales.
Hay una influencia indirecta entre la calma de los dólares paralelos y el aumento de depósitos. En Argentina, cuando hay muchas expectativas de devaluación, hay miedo de un corralito. No es ese el escenario, pero los miedos de la gente y la historia vienen por ahí, coincidieron distintos economistas.