Todos los años, especialmente durante el verano, los mosquitos se vuelven tema de conversación en cada hogar y crece la preocupación por el dengue, una enfermedad producida por el virus del dengue que se transmite a través de la picadura, especialmente de la especie Aedes aegypti (principal vector de los cuatro serotipos del virus). En La Plata, un grupo de especialistas se ocupa de su estudio todos los días, al igual que de otras especies de estos insectos que tienen capacidad de transmitir patógenos, es decir, virus, bacterias o parásitos que pueden enfermar a las personas. Se trata de integrantes del Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (CCT La Plata CONICET-UNLP), un organismo que tiene cuarenta años y actualmente trabaja sobre especies de importancia para el sector sanitario, socio-económico y agrícola.
“El estudio de los mosquitos existe prácticamente desde los inicios del instituto, pero fue variando en sus niveles a medida que el escenario cambiaba”, explica en diálogo con 90lineas.com la Dra. María Victoria Micieli, investigadora independiente y vicedirectora del CEPAVE. “En el ‘79, cuando se crea el instituto, el dengue no era un problema porque Aedes aegypti había sido erradicado dos décadas antes, pero en el ‘89 reingresa al país por ausencia de vigilancia. Cuando hablamos de vigilancia nos referimos al monitoreo para estar atentos si el vector ingresa o se desplaza y aplicar las medidas necesarias para evitar su dispersión”.
Micieli ingresó a la institución en 1990 y por ese entonces un colega becario detecta Aedes aegypti en su casa en Quilmes, gracias a unos sensores que se llaman ovitrampas -se trata de unos recipientes pintados de negro que en el interior tiene un papel rugoso donde los mosquitos depositan sus huevos-. “A partir de entonces la problemática empieza a ser un tema de salud pública relevante y se registran epidemias nacionales en los años 2009, 2016 y la última el año pasado; cada año la cantidad de casos se duplica. Específicamente en La Plata encontramos al mosquito desde el ‘96 cuando se empieza a expandir por la provincia de Buenos Aires”.
En este contexto, con mucho camino recorrido, los y las investigadoras que estudian mosquitos de importancia sanitaria llevan adelante investigaciones que esperan aportar al control vectorial. Tal es el caso de la Dra. Evangelina Muttis, que estudia un virus que puede enfermar a los mosquitos y podría ayudar a la regulación de su población; y de la licenciada Ailén Chuchuy, cuyo trabajo de tesis se basa en la bacteria Wolbachia y su posibilidad de impedir la transmisión del virus del dengue y también actuar como control poblacional.

Sobre la importancia de estos estudios, Micieli dice: “Es fundamental para nosotros encontrar y aislar patógenos o enemigos naturales del mosquito. Los estudiamos para ver si alguno de ellos puede ser aplicado dentro de un manejo integrado de vectores, porque los insecticidas los necesitamos pero en su justa medida y bien aplicados. Eventualmente los insecticidas producen resistencia y para manejar la resistencia una opción es utilizar control biológico”.
La relación con la comunidad
Desde el CEPAVE se brindan servicios a organismos públicos y privados, y se realizan distintas actividades de divulgación para llegar a la sociedad. “Muchas veces nos llaman y nos traen muestras, o nos piden informes. Siempre tenemos convenios con distintos organismos y hoy por hoy estamos asesorando al ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires en un proyecto para establecer sitios centinelas para tratar de detectar, en conjunto con otros institutos, la resistencia de los mosquitos a los insecticidas, que es algo que todavía no se hace en el país”, detalla Micieli y agrega: “También hacemos actividades de divulgación y extensión de la ciencia. Vamos a ferias como Tecnópolis, donde participamos con apuestas más lúdicas; atendemos a los medios y creamos folletería, entre otras acciones”.
Durante la pandemia por COVID-19, surgió en contexto de aislamiento una oportunidad de tener mayor llegada en las escuelas de la Región. Micieli y su equipo, en conjunto con CONICET La Plata y por convenio con la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires, se encargaron de desarrollar materiales didácticos sobre el dengue para el portal “Continuamos estudiando”. Allí abordaron las características del vector y de la transmisión del virus, y la prevención, entre otros aspectos. “Fue una oportunidad excelente porque nos quedó un material que podemos enviar a los directivos y docentes que nos consultan regularmente. Sabemos que el CEPAVE tiene un rol muy relevante justamente porque abarca temáticas que afectan directamente a la población”.
Las tres científicas destacan la importancia de comunicar su trabajo y explicar no solo resultados, sino procesos, dificultades y el posible impacto de algunas aplicaciones. En ese sentido, dan cuenta de la ciencia como una actividad relacionada con todos y todas, que nos permite conocer y comprender el mundo. “Una vez fuimos a un jardín de infantes y llevamos una lupa. Los nenes estaban maravillados cuando vieron que los mosquitos tienen ojos. Es algo que ellos no se van a olvidar más y eso es una semilla a futuro”, destacan Muttis, Chuchuy y Micieli.
La situación en la Región
A principios de febrero una invasión de mosquitos alertó a los y las platenses, pero rápidamente quedó descartado cualquier peligro, ya que se trató del mosquito de inundación Aedes albifasciatus y las causas fueron fundamentalmente climáticas. Sin embargo, como todos los años en marzo se registra el pico de mayor abundancia de Aedes aegypti, hay que estar alertas. Micieli dice al respecto: “La epidemia de dengue es silenciosa y no descarto que llegue en marzo, porque siempre es igual, va de a poco. Lo que nos va a empezar a picar ahora es Aedes aegypti y no te das cuenta. No te van a invadir 800 mosquitos en un parque sino pocos y en el patio de tu casa. Es silencioso y por eso hay que tomar conciencia”.

El último boletín epidemiológico del ministerio de Salud de la Provincia indica que entre agosto del 2020 y febrero del 2021, se notificaron 678 casos compatibles con dengue. De ese total, 11 son probables, 181 fueron descartados y 486 continúan en estudio. Los síntomas a los que hay que prestar atención son fiebre alta y dolores de cabeza intensos, como así también dolor en los músculos y articulaciones y detrás de los ojos. Pueden aparecer además náuseas, vómitos y sarpullidos.
La vivencia de una familia
Nelson, bombero voluntario de El Pato, sufrió de cerca la enfermedad cuando el año pasado, a principios de marzo, su hija de 7 años comenzó con síntomas compatibles con el dengue. Fue su mujer Laura, que había estado atenta a las noticias sobre un alerta en Paraguay, quien detectó que podría tratarse de un caso positivo.
“La llevamos al hospital de Niños y le hicieron varios análisis de sangre, pero los resultados eran inciertos y en principio parecía una gripe. Era una nena siempre alegre que estaba súper decaída. Después comenzó con los mismos síntomas mi otra hija, de 2 años. Cuando sospechamos que era dengue nos aislamos en casa por temor a que los mosquitos las piquen y lleven el virus a nuestros vecinos”, relata el hombre que tuvo que esperar varias semanas para la confirmación del diagnóstico. “Ahora el cuidado es de por vida, porque puede ser muy grave si las vuelve a picar otro mosquito infectado. Es muy delicada la situación”.
Respecto a los cuidados, las recomendaciones oficiales son eliminar todos los recipientes que puedan acumular agua (especialmente los pequeños), colocar tela mosquitera o similar en puertas y ventanas, limpiar canaletas y desagües, mantener el pasto corto, utilizar repelentes y vestir ropa de colores claros y mangas largas. Además, es importante que ante la aparición de algún síntoma se consulte a un especialista.

