christian dior y evita
Periodista: “Señor Dior, usted ha vestido a las reinas de casi todas las casas reales del mundo, ¿cuál es la reina que más le ha gustado vestir?
Christian Dior: “La única reina que yo vestí fue Eva Perón”
La pregunta se la hicieron al más prestigioso modista del planeta, el francés Christian Dior, durante una entrevista que se llevó a cabo en el año 1953. Y la respuesta, tajante, dejó helados a periodista y lectores.
María Eva Duarte de Perón, Evita, había fallecido el 26 de julio de 1952 a causa de un cáncer de cuello uterino. Tenía apenas 33 años de edad. Y para entonces ya se había convertido, desde el lugar de Primera Dama que ocupó a los 27 años, en la abanderada de los sectores vulnerados de la Nación, en la enemiga pública número uno de la clase dominante argentina, y en la insignia que con el tiempo levantaría el peronismo revolucionario.
Evita, con 28 años recién cumplidos y casi nula actividad política, en 1947 fue elegida para encabezar una gira clave para el flamante gobierno y para el naciente movimiento nacional peronista. Había que enviar un representante a una Europa que recién empezaba a gatear tras quedar devastada por la Segunda Guerra Mundial, con la misión de acercar ayuda, firmar contratos comerciales y establecer firmes y duraderas relaciones diplomáticas. En el entorno de Perón, alguien propuso a Evita. El líder dudó. Pero luego fue él mismo quien le encomendó la misión.
Evita fue aclamada y condecorada con los máximos galardones oficiales en cada país que pisó. Celebró acuerdos comerciales ampliamente favorables para la Argentina, y deslumbró a mandatarios y nobles europeos no sólo por su belleza y su don de gentes, sino por mostrarse como lo que en rigor era: una mujer empoderada y dueña de convicciones propias, algo totalmente inusual para la época y más tratándose de una “chica” de 28 años.
“A la mujer de Franco (el dictador español) no le gustaban los obreros, y cada vez que podía los tildaba de ‘rojos’ porque habían participado en la guerra civil. Yo me aguanté un par de veces, hasta que no pude más y le dije: ‘Señora, su marido no es gobernante por los votos del pueblo, sino por imposición de una victoria militar’” (Eva Perón)
Evita partió desde Buenos Aires el 6 de junio de 1947 con rumbo a España. La gira, que duró 64 días, abarcó ese país ibérico, Portugal, Italia, el Estado Vaticano, Francia, Suiza, Mónaco y, al regreso, Brasil y Uruguay.
Tras su retorno, Eva volvió a sus descamisados y a su revolución. Pero ya no fue la misma. Inició una acción social y política de una intensidad tal que, en menos de cinco años, la convirtieron en un ícono de las luchas de los desposeídos hasta hoy en día, luego de dejar al país posicionado en un lugar clave del tablero geopolítico mundial; hasta que los golpistas de 1955 tiraron el rey.
A través de la creación de la Fundación que llevó su nombre y del Partido Peronista Femenino, Evita canalizó los principales programas sociales y les dio a las mujeres un rol protagónico, que desempeñaron fundamentalmente desde las Unidades Básicas del PPF.
SÓLO COMPARABLE CON CHURCHILL
Al arribar a París, Francia, Evita fue recibida por Georges Bidault, ministro de Relaciones Exteriores del país galo, acompañado por una nutrida delegación de niños, niñas y mujeres que le habían dado la bienvenida en el aeropuerto.
El Gobierno francés puso a disposición de Evita el auto del general Charles De Gaulle, un gesto que sólo contaba con un antecedente: nada más y nada menos que para la visita oficial del ex primer ministro británico Winston Churchill (Ezequiel Medina, “Eva Perón en París: detalles de la gira diplomática de una mujer que deslumbró a la Ciudad de las Luces”, Infobae, 10/5/2020).
…Y LA CONOCIÓ DIOR
En París, Evita recorrió los principales sitios de interés social, político y cultural. Y también la llevaron a conocer, a sabiendas de su gusto por la moda, al entonces más reconocido diseñador de Europa: Christian Dior.
Dior quedó absolutamente fascinado con Eva. Y le regaló un vestido que se erigió en un ícono de la moda. Tras el paso de la abanderada de los humildes por la capital francesa, decenas de mujeres de la alta sociedad europea pidieron y compraron vestidos como ese.
Christian Dior mandó a fabricar un maniquí con las medidas exactas de Evita, pues decía que era la mujer perfecta, dueña de un glamour único.
El as de la moda de posguerra siguió vistiendo a Evita, quien combinaba sus diseños con los de su queridísimo Paco Jamandreu, amigo personal y su estilista hasta el último día de vida.
En Italia tampoco pasó desapercibida y llamó poderosamente la atención el vestido negro que llevó al Vaticano, un diseño en negro con larga cola que se recogía en forma de manto para estar delante de Pio XII.
Cuando en España la llevaron a conocer el imponente Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, uno de los tres edificios más visitados por los turistas que viajan a ese país hasta hoy y desde el cual en el siglo XVI reinó Felipe II, Evita le dijo a Carmen Polo de Franco, la esposa del dictador: “Podrían dedicar este enorme edificio a algo útil. Por ejemplo, una colonia para niños pobres, ¡se ven tantos!”. Dicen que Carmen Polo respiró aliviada cuando Eva siguió su viaje por Europa
Evita captó la atención de sociedades europeas que apenas empezaban a salir de la Segunda Guerra y que contemplaban, además, un rol total y absolutamente secundario para las mujeres.
De hecho, cuando en España iba a algún lugar con la esposa de Franco, la prensa de ese país intuía que los vítores del público no iban dirigidos en partes iguales para las dos. Pero claro, en plena dictadura, jamás podían hacer mención a ese nada desdeñable detalle.
UNA VIDA CORTA Y UN LEGADO ETERNO
Christian Dior nació en Granville, Francia, en 1905, en el seno de una familia de la burguesía provinciana.
Se educó en la prestigiosa École des Sciences Politiques de París, donde se formó como diplomático. Pero al egresar empezó a trabajar en su verdadera vocación, la moda.
Primero fue dibujante para Agnès y Schiaparelli, y posteriormente pasó a trabajar como diseñador de modelos en la casa Piguet. “En 1946 fundó su propia firma de alta costura, que llevaba su nombre y que tenía su sede en París”, cuentan en Biografías y Vidas.
“Fue así como lanzó la moda que sería bautizada como new look, vestidos de hombros estrechos y faldas hasta media pierna” que marcaban la figura de las mujeres. Ese diseño fue totalmente revolucionario para la época, pues tras la Segunda Guerra volvió a revalorizar la feminidad y el glamour. Precisamente Evita fue una embajadora mundial del new look.
“Me dejé engalanar con las mejores joyas de la tierra. Todos los países del mundo me rindieron sus homenajes, de alguna manera (…) Pero yo no me dejé arrancar el alma que traje de la calle. Por eso no me deslumbró jamás la grandeza del poder y pude ver sus miserias; por eso nunca me olvidé de las miserias de mi pueblo y pude ver sus grandezas. Ahora conozco todas las verdades y todas las mentiras del mundo…” (Eva Perón – Mi Mensaje – 1952)
“En 1947, Dior abrió una sucursal en Nueva York, lo que da prueba de su fulgurante éxito en el mundo de la moda, que le permitió consolidar su casa como una de las más prestigiosas de los últimos tiempos. A su muerte, con salones en 24 países, continuaron con su firma primero Yves Saint-Laurent -quien lo reemplazó como jefe de diseño- y luego Marc Bohan, quienes supieron mantener la reputación del apellido”, al igual que Gianfranco Ferré, John Galliano, Raf Simmons y María Grazia Chiuri, actual directora creativa de Dior, compañía que extendió su negocio a las joyas y perfumes, todo lo cual sigue siendo sinónimo de máxima sofisticación para las clases acomodadas del planeta.
Christian Dior murió el 24 de octubre de 1957 en Montecatini, Italia, a causa de un furibundo ataque al corazón. Tenía 52 años.