Por Alejandro Salamone
Es la realidad, Milei ganó las elecciones y será el nuevo presidente de Argentina desde el 10 de diciembre próximo. La democracia es así y hay que defenderla a rajatabla. Para muchos, me incluyo, es muy difícil de asimilar el resultado y, en ciertos aspectos, también de analizar.
¿Por qué hablo de ciertos aspectos para el análisis? Uno de ellos es la economía. Los expertos politólogos aseguran que nadie gana una elección con más del 100% de inflación anual. Desde ese punto de vista, entonces, es fácil de explicar y entender el resultado.
¿Qué es lo difícil de entender? Lo increíble e inaudito es que para resolver ese problema endémico de nuestro país, se eligió a las siguientes personas y a estos personajes: Mauricio Macri, Domingo Cavallo, Patricia Bullirch, Federico Sturzenegger, Carolina Píparo, Fátima Flores, Victoria Villarruel, Karina Milei, Lilia Lemoine, al propio Milei, a Ramiro Marra, también a Cúneo Libarona, Diana Mondino, Pichetto, y algunos otros más que no viene al caso mencionar.
Usted podría plantear que a Fátima Flores no la eligieron en las urnas para semejante responsabilidad, ni tampoco a Píparo; esta última estaba en la lista bonaerense y ahora, dicen, tendrá la responsabilidad de administrar el dinero de los jubilados/as como titular de Anses; la otra, la actriz e imitadora, apareció al lado de su novio durante el discurso post victoria, haciendo mímica mientras Milei hablaba a todos los argentinos, riéndose de todo el mundo a sabiendas que se le vienen cuatro años para visitar el mundo con nuestro dinero. Y sí bien es cierto que no son parte fundamental (por suerte aunque acá no se sabe quien es mejor que quien), sí se sentarán en la «mesa chica violeta» entre los responsables de bajar la inflación. Un gobierno no son tres o cuatro hombres y mujeres, son todos y todas los que lo integran.
Difícil de analizar y comprender ¿por qué? Otros más «pesados» ya tuvieron la chance de solucionar el brote inflacionario, nada es nuevo como creían muchos de los votantes más jóvenes y, peor aún, todos son casta y de la peor. Nada nuevo bajo el sol: Mauricio Macri, Pichetto, Bullrich, Sturzenegger, los asesores, y más allá en el tiempo también se eligió la línea de José Alfredo Martínez De Hoz, ministro de economía dictador, halagado muchas veces por la gente que rodea a Milei. El artífice de «compre importado».
Todo lo antedicho ¿resiste análisis? Un trabajador podrá decirme que el bolsillo ya no resistía. Le pregunto a ese trabajador ¿esta gente que votaste te va a resolver ese problema? Al menos con Massa estábamos bastante bien encaminado.
Es muy difícil, realmente muy difícil explicar la elección de nuestros representantes y -si bien no es algo que me ocupe en estas líneas- el peronismo deberá realizar ahora una fuerte autocrítica. En este gobierno que ya concluye, desde principio a fin faltó, justamente, más personismo. Pero eso es harina de otro costal.
Argentina ¿resolverá la inflación con esta gente en este momento de éxtasis total para ellos, caminando con la soberbia que los caracteriza y con el poder irreal en sus manos?. No me parece, es más, creo que vamos a empeorar muchísimo si tenemos en cuenta las ideas que pregonan.
EL 44,30 POR CIENTO
Desde el oficialismo electo no lo van a hacer porque ya lo llevan en su ADN, pero desde la oposición, más que nunca hay que respetar y valorar a ese 44,30% que votaron contra Milei y su novia actriz, contra Pichetto, contra Sturzenegger, contra Macri y Lemoine, contra la demencial escalada de la ultraderecha que, antes y durante las elecciones, supo armar el escenario perfecto para atraer el voto de quienes de ahora en más los tendrán en el último subsuelo de la patria, los trabajadores, si es que van a dejar algo de patria.
¿Y como respetar desde el peronismo y defender a más de 11 millones de argentinos?. En primer lugar no vendiéndose al que ganó, «¡¿pero cómo dice eso este periodista, que atrevido?!» Y sí, ya se escucha a muchos periodistas acérrimos defensores de Massa con un tono mucho más liviano y hasta amigable con los ganadores de turno, lo mismo a políticos que buscan cargos y no quedarse afuera del poder irreal que es el Gobierno nacional.
En segundo lugar, por supuesto, desde el Congreso defendiendo la ideología de nuestro movimiento el más grande de toda la historia argentina y, en tercer lugar, de ser necesario, saliendo a la calle a evitar la venta de YPF, de los medios públicos, el cierre del Banco Central y la dolarización. El cambio de nombre del centro cultural Néstor Kirchner por el de Julio Argentino Roca (como se rumorea), el cierre del Conicet y defender a la salud y la educación pública.
¿Todo esto significa no dejar gobernar como suelen deslizar desde el antiperonismo cada vez que fracasan sus gobiernos?. De ninguna manera. Significa defender a la Argentina, las convicciones, defender los derechos ganados por los trabajadores a lo largo de la historia y también a la memoria colectiva de tanta sangre derramada.
Nada es nuevo queridos jóvenes, nada de nada. Esta gente ya ganó elecciones y también gobernó alguna vez por la fuerza. Las elecciones la ganaron no hace tanto tiempo, fue en 2015 y dejaron un desastre casi letal para Argentina.
Nada es nuevo, lamentablemente es la ultraderecha que llegó al Gobierno y que se codea con el poder real de nuestro país, como sucedió a lo largo de la historia.
Es la ultraderecha y su antipatria que otra vez le hicieron creer a muchos trabajadores -no a todos por supuesto- que son la solución, que les van a mejorar sus vidas.
Realmente es difícil analizar y convencerse sobre la victoria de quienes destruyeron a este país, lo vendieron una y otra vez, lo endeudaron y ahora se presentan como la solución al problema que ellos generan sistemáticamente. Van por todo, por la soberanía nacional, pues hasta quieren terminar con nuestra moneda, el Peso Argentino.