Por Carlos Altavista.-
Sí, la situación es in-so-por-ta-ble. En un par de meses, el primer gobierno de extrema derecha de la historia argentina batió todos los récords a la hora de empeorar la calidad de vida -ya maltrecha- de los argentinos y argentinas, mediante una furibunda licuación del poder adquisitivo de los salarios, jubilaciones y pensiones, producto de una megadevalución histórica del peso (casi 120%) y la consecuente inflación desbocada que ello generó en todos los órdenes, con mayor preponderancia en lo básico, es decir, los alimentos y los remedios. Efecto inmediato: incremento de la pobreza y la indigencia a niveles del 2004, cuando el país intentaba recuperarse de su peor crisis, la del 2001.
Todo sube todos los días, menos los ingresos de la gente. Los alimentos y bebidas, el boleto de micro y el pasaje de tren, las tarifas de luz y de gas, las prepagas y los colegios privados, la desocupación, la indignación de los ciudadanos de a pie que tienen que dejar productos en la caja del supermercado, saltar el molinete del tren y/o el subte, privarse del cable, de un café con amigos, de ir al cine…de vivir.
Las tres “i”
Indignación, impotencia, incertidumbre. Quizás no exista peor sentimiento que la incertidumbre, ese que nos lleva a preguntarnos cada día ¿y mañana qué?, para encontrarnos con un no sabe/no contesta propio y ajeno. En la Argentina del presidente que sólo parece dedicarse a tuitear, retuitear y pelearse con los gobernadores, intendentes, diputados, senadores, gremialistas y hasta artistas, pues quienes en verdad gobiernan son los Ceos de las corporaciones económicas nacionales -no todas, nobleza obliga- y extranjeras, hasta nuestros amigos, amigas y parientes no pueden respondernos esa pregunta por una sencilla razón: ellos y ellas también se la hacen cada día.
Es una enorme tentación comenzar a enumerar todos los males del gobierno neofascista y de tirar millones de cifras, unas más negativas que otras y todas con tendencia clara a empeorar. Pero precisamente eso es lo que queremos evitar. Aquí dejamos un excelente cuadro comparativo entre el antes y el después del inicio de este experimento maléfico que subió el director del Celag, Alfredo Serrano Mancilla, a su red de Twitter, X o Ñ (da igual, total es la empresa de Elon Musk, uno de los malos más malos del planeta Tierra).
Describir lo mal que estamos cansa. A nosotros como periodistas, aunque es parte del oficio, y a nosotros como ciudadanos de a pie. Hoy nos pondremos sólo este traje, para decir: “Ya sé que todo está peor que mal, lo vivo a diario; cuando me subo al micro, cuando voy al almacén, cuando tengo que pagar los servicios, cuando veo lo mal que está la gente, cuando me entero que son tan criminales que no les mandan alimentos a los comedores populares ni les dan remedios a los pacientes oncológicos… Ya sé. No me cuentes lo que vivo a diario. Tirame un centro. ¿Qué hacemos? ¿Para dónde vamos? ¿Dónde está la dirigencia política opositora? ¿Queda alguno o alguna? Hay cuatro descerebrados en la Casa Rosada que pusieron el Titanic a máxima velocidad a pesar de que todos sabemos que allá, cerquita, hay un iceberg, ¿y qué hacemos? ¿Esperamos que estalle todo, que es lo que ellos quieren? No. Algo tuvimos que aprender del 2001. Y los brillantes analistas políticos y los sesudos cientistas sociales, ¿no la vieron venir? Ahora muchos dicen que sí, claro, con el diario del lunes…”
Y mientras me hacía más y más preguntas, apareció en escena (en rigor, en su cuenta de Instagram, que sigo desde que lo conocí) el concejal rosarino por Ciudad Futura, Juan Monteverde.
…Y pensar que Lila Lemoine es diputada nacional…
Y dijo en una sesión del Concejo Deliberante de Rosario que se realizó hace unos pocos días: “El intendente (de Rosario, Pablo Javkin, de centroderecha) decidió trasladarle todos los costos directamente a la gente, no tuvo mejor idea que decir: ‘de ahora en más, todo lo que depende de mí lo ato al índice de inflación, desde el boleto de colectivo hasta las tasas’. Básicamente es lavarse las manos (N. de la R. se refería a la reacción del ejecutivo comunal al anuncio del gobierno nacional de eliminar el subsidio para el transporte a las provincias y municipios). Ahora -siguió-, a mí lo que me sorprende es que gran parte de la oposición no tenga mejor idea que acompañar y habilitar este atropello (N. de la R. cualquier semejanza con la actitud del Pro, casi toda la UCR y gran parte de Hacemos Coalición Federal durante el tratamiento de la Ley Ómnibus en el Congreso Nacional, no es pura coincidencia). Y ahí hay una profunda derrota política y cultural que une hoy al oficialismo con sectores de la oposición, que es básicamente decir que no queda otra. Yo quiero decirle a la gente que cada vez que escuchen que un gobernante dice que no hay alternativa, les está mintiendo, porque justamente el trabajo de quienes gobiernan es encontrar alternativas cuando parece que no las hay… (N. de la R. cualquier semejanza con el discurso macri-mileísta no es pura coincidencia)”.
La intervención del concejal Juan Monteverde (ya explicaremos brevemente quién es y qué es Ciudad Futura) es sobresaliente para los tiempos que corren y recomendamos escucharla entera en su cuenta de Instagram @juanmonteverde.
¿Y entonces?
Y entonces, el martes 20 de febrero, sólo unas horas después de esa sesión, Monteverde dio una conferencia de prensa junto con la diputada provincial de Santa Fe Lucila De Ponti, el diputado nacional Eduardo Toniolli, la periodista y también concejala de Rosario Norma López, acompañados por jóvenes integrantes de Ciudad Futura, donde presentaron una propuesta integral y muy concreta para combatir el aumento del colectivo en Rosario, el cual se iría a ¡1.343 pesos! si queda atado al IPC.
Nos cuenta el colega Nicolás Maggi, de La Capital de Rosario, que Monteverde dijo en esa conferencia de prensa: «Un boleto a 1.000 pesos va a hacer que se bajen pasajeros de los colectivos, como ya pasó en el 2001, y con el sistema tan al límite por la crisis previa, el riesgo ya no es que la gente viaje hacinada y con malas frecuencias como ahora, sino que (el sistema colapse y) esto termine con la desaparición de líneas (…) Vamos a perder un sistema integrado y público de transporte».
“En ese sentido refirió a lo que sucede en otras ciudades de América Latina, donde la necesidad de los pasajeros de seguir yendo a trabajar, estudiar y otras actividades provoca que ese vacío se llene de manera informal y desordenando aún más las ciudades. Así aparecen las combis con recorridos irregulares de Chile, Bolivia o Perú, con tarifas desreguladas, choferes que trabajan en condiciones indebidas, sin descanso, manejando a toda velocidad y compitiendo por los viajes, poniendo en riesgo a los pasajeros. O las moto taxis, método que ya implementó Uber en Rosario”.
O sea, anarquía y una calidad de vida impensada en Argentina hasta no hace mucho. O sea (II), el plan anarcocapitalista (más anarco que capitalista).
Así las cosas, los dirigentes dijeron que a nivel municipal proponían “aumentar de forma excepcional un 6% y por un año el DReI (un impuesto) a 330 empresas. Se trata de firmas calificadas como ‘contribuyentes estratégicos’ que representan un 2% de las empresas establecidas en la ciudad, pero que explican el 66% de los ingresos recaudados en concepto de DReI. Hablamos de empresas como Molinos Río de la Plata hasta Coca Cola, pasando por bancos y aseguradoras, Coto y Personal”, explicó Monteverde y agregó: “Para esas empresas un aumento pequeño en la alícuota no hace a su sustentabilidad, y así hacemos que no sea el usuario el que tenga que llevar adelante el costo del aumento. El referente de Ciudad Futura detalló que esa medida podría generar un fondo excepcional de $4.200 millones que servirían para cubrir la mitad de los fondos que se preveían para subsidiar el transporte de Rosario en 2024, estimados en $8.000 millones”, detalló el colega de Rosario/12, Ignacio Cagliero.
En tanto, a nivel provincial se propondrá “modificar dos aspectos del impuesto a los Ingresos Brutos. Por un lado, incrementar las alícuotas de transformación de cereales y oleaginosas, pasando de un 2% a un 4%. Y por otro, incrementar los montos por toneladas en actividades portuarias”, completó Cagliero. Así se recuperaría, con un pequeño esfuerzo de las grandes-grandísimas empresas, lo que deja de mandar Nación, para no seguir cargando las espaldas ya sobrecargadas de los ciudadanos y ciudadanas.
Asimismo, a nivel nacional se realizará una presentación ante la Justicia para que frene la medida mileísta de eliminar el envío del Fondo Compensador a las provincias.
«Yo quiero decirle a la gente que cada vez que escuchen que un gobernante dice que no hay alternativa, les está mintiendo, porque justamente el trabajo de quienes gobiernan es encontrar alternativas cuando parece que no las hay» (Juan Monteverde, concejal de Rosario por Ciudad Futura)
Ciudad Futura, construida en tiempo presente
Conocí a Juan Monteverde porque, no hace mucho, lo entrevistó en su programa de TV Brotes Verdes el periodista Alejandro Bercovich. Lo presentó como el excandidato a intendente de una coalición entre agrupaciones de izquierda (nacional, no trotskista), movimientos sociales y sectores del peronismo, algo inédito. El punto en común de todos esos grupos es que hace años vienen trabajando y haciendo cosas muy concretas en las barriadas rosarinas. Sólo una, muy demostrativa: como la Provincia hacía mil gestiones que, pese a mil reclamos, no construía escuelas en dos lugares que las necesitaban como la tierra seca al agua, las construyeron ellos.
Lo cierto es que Ciudad Futura se presenta y -lo más importante- actúa a diario como un gran espacio que no sigue los cánones de la política tradicional porque “hacen”; en el llano puro y duro y, como ahora, en la oposición política a los gobiernos provincial, municipal de Rosario y, demás está aclararlo, nacional. No se quedan en palabras. Es más, Monteverde lanzó una convocatoria para que aquellos que tengan un proyecto y necesiten consejos y apoyo para hacerlo realidad se contacten, pues la idea es nacionalizar la experiencia rosarina.
(Nota: En las elecciones de 2023, Ciudad Futura con Juan Monteverde como candidato a intendente perdió la intendencia de Rosario por un puñado de votos -51,7% a 48,3%- frente a todo el aparato de JxC y Cía. que llevó al ex UCR y ex CC Pablo Javkin para la reelección, sorprendiendo a propios y extraños. El hecho no trascendió porque la pelea nacional, más que nunca en 2023, se llevó todas las miradas).
Los análisis y los diagnósticos están muy bien, pero lo cierto es que el pueblo necesita imperiosamente visualizar dirigentes y espacios sociopolíticos que le den la esperanza de que “hay una alternativa concreta” a este desgobierno que día a día siembra podredumbre y miseria. De lo contrario, le estaremos haciendo el juego a este experimento socioeconómico y político-cultural infernal, que necesita una sociedad partida en millones de pedazos enfrentados entre sí, confundidos, indignados, impotentes, y con la incertidumbre como todo horizonte. No lo podemos permitir. La Patria no se vende y la dignidad de argentinos y argentinas, menos que menos.