Cry Macho.- Comienzo estas líneas diciendo que Clint Eastwood es para mí uno de los cineastas más notables que a pisado esta tierra. Desde sus inicios como galán juvenil en la década del 50 en la serie del oeste Rawhide y su llegada al estrellato con la mítica trilogía del dólar de Sergio Leone, hablar de Clint es hablar de cine. A sus 91 años el hombre se ha aventurado a sumar una nueva cita a su ya rica filmografía.
Cry Macho cuenta la historia de Mike Milo, una antigua estrella del rodeo de EE.UU (lo que aquí llamaríamos la doma) ahora entrado en años a quien su jefe le pide traer de México a su hijo, dando inicio a una travesía que lo pondrá ante la posibilidad de encontrarse a sí mismo. Ya desde el argumento esta es una típica película de Eastwood, sólo que se queda corta en casi todo.
El director, en sus propias palabras, tuvo un antes y después en su carrera con su gran obra maestra Unforgiven (1992). Aquella cinta narraba la historia de un viejo pistolero del oeste, legendario por sus atrocidades, ahora convertido en un criador de cerdos que era sólo un suspiro de aquel hombre, y al cual se le aparecía la oportunidad de redimirse con una última misión. Esta película en apariencia parece ir en la misma dirección, pero no llega.
La vejez es un tema recurrente en la carrera de Eastwood, es un artista cuyo momento cumbre como realizador llegó después de los 60 años, cosa que es muy meritoria. Luego de Unforgiven hizo tres producciones que tocaban temáticas similares, como Space Cowboys (2002), Gran Torino (su otra gran obra maestra de 2008) o Millon dólar baby (2004). Aquí una vez más vuelve a este sitio, pero sin la contundencia anterior y creo que es por dos razones.
Primero estamos ante un guión que carece de fuerza, con giros bastante obvios y con una construcción de personajes bastante chata. Es que en todo momento pareciera que las cosas ocurren porque sí, la cinta no se detiene a explicar casi nada. De hecho, casi no posee introducción, va a los tumbos ni bien empieza, por lo cual las motivaciones del protagonista son vagas y poco profundas.
Por otro lado, está la segunda razón. Clint no debió protagonizar la cinta, es un hombre de 90 años y eso se nota, pareciera que su personaje tiene unos 20 años menos, y eso es un problema, definitivamente otro actor debió hacer ese papel. No obstante, con su edad a cuesta Eastwood es y será siempre un símbolo de masculinidad, y no son pocas las escenas donde se vuelve a sentir esa presencia que recuerda a El hombre sin nombre o a Harry el sucio.
En resumen, es una película muy menor en una filmografía que merece ser vista y estudiada, Eastwood es y será un maestro como actor y director, y esta cinta no mancha una carrera realmente legendaria. Si este es el cierre no es importante, el asunto es que ese hombre del oeste sigue haciendo cine a los 91 años, algo que sólo quien lleva el arte en las venas puede hacer.