El 17 de octubre de 1945 es el hito fundacional del peronismo, y al mismo tiempo un hito político histórico de la Argentina como muy pocos otros.
Más allá de las distintas consideraciones políticas que puedan realizarse del movimiento y lo que significó, la realidad es que al peronismo lo podemos analizar y pensar como un factor que tuvo grandes implicancias y quiebres dentro del derecho argentino.
En este aspecto, principalmente tenemos que mencionar lo que fue la avanzada de la Constitución Nacional de 1949, esa reforma que introdujo lo que se denominó constitucionalismo social, que en ese momento era una corriente de vanguardia, donde se incorporaban los derechos económicos, sociales, y los derechos de la ancianidad, la niñez y también de las mujeres.
Claramente el peronismo como movimiento político de vanguardia en el país, al momento de sancionar su propia constitución, dejó una marca imposible de borrar en las clases populares y en la clase trabajadora, principalmente, por todos los derechos que al fin se les reconocían a estos sectores.
Algo muy elocuente, también, es la represión con que se persiguió al peronismo. Hay muchos documentos, que recolectó la Comisión Nacional de la Memoria, que dan cuenta, por ejemplo, de las tareas de inteligencia que se hacían en ese momento, donde además de la persecución a los sectores comunistas, se hacía lo mismo con el movimiento peronista en general.
Y esas tareas de inteligencia y esas infiltraciones que se realizaban en procura de reprimir al movimiento, daban cuenta a qué sectores representaba el peronismo y cómo la irrupción de esta nueva corriente en Argentina, trajo como consecuencias todo el andamiaje represivo del Estado en aquel momento, y dejó como legado la Constitución de 1949, a la que deberíamos volver, porque marcó un hito en todo lo que son los derechos sociales, económicos y culturales.
una marca imborrable en la clase trabajadora una marca imborrable en la clase trabajadora
