Para poder leer este artículo, de antemano voy a pedirles que cada vez que lean la palabra organización o empresa lo hagan entendiéndola como una red de relaciones humanas y conversaciones. Sólo así es que podrán seguirme en mis intenciones por transmitir la importancia que, creo, tiene la participación activa de los profesionales de la salud mental sobre esta telaraña de relaciones humanas que son las organizaciones.
El trabajo sobre estos entramados apunta a fomentar lazos entre los miembros y abrir canales de comunicación que fortalezcan los vínculos de pertenencia, el trabajo en equipo y fomenten el intercambio dinámico. Fortalecer equipos de trabajo y alinearlos a los objetivos de una organización es un trabajo que el psicólogo como profesional especializado en comportamientos humanos puede trabajar sin perder de vista al colaborador como sujeto.
En el campo organizacional, el psicólogo es un elemento clave dado que es un profesional de la escucha. El desafío es brindar espacios de escucha activa, contención, motivación a los tales de una empresa, ya sea a modo individual o en encuentros de equipo. Saber escuchar es el puente entre los talentos y las organizaciones de las que forman parte. El objetivo es abrir espacios de conversación lo cual resultará un aporte favorecedor a la organización a corto, mediano y largo plazo. Los efectos son inmediatos sobre el bienestar y la motivación de los equipos de trabajo.
Asimismo, fomentar la comunicación impacta positivamente fortaleciendo los vínculos entre las personas y aumentando la productividad desde gestiones más eficientes y proactivas en la búsqueda de los resultados que la empresa define. Se trata de entender las necesidades de cada organización sin perder de vista la subjetividad y la singularidad de cada talento.
El psicólogo organizacional trabajará sobre la estructura y la especificidad de cada persona apuntando al desarrollo de su potencial entendiendo a la empresa con su cultura particular y los valores específicos que engloba, facilitando la escucha y el intercambio entre la persona y la empresa. Estas gestiones impactaran en forma directa en el clima laboral. Es importante no caer en la subestimación del clima positivo de trabajo.
Cuando hablo de clima laboral me refiero a las relaciones interpersonales y la cultura de la organización, tiene una gran influencia en los resultados. Es importante, para comprender la importancia del trabajo sobre los talentos y los equipos, no perder de vista que el éxito de nuestras empresas se encuentra en las personas que forman parte del proyecto y es a esto a lo que me refería en el principio del presente artículo. Un clima laboral positivo impacta favorablemente en la estabilidad emocional de los colaboradores impulsando la motivación y el compromiso.
En las empresas en donde me desempeño como consultora externa muchas veces he diagnosticado, en mis primeras entrevistas, síntomas que se revelan como resultado de un mal clima laboral ya que el mismo impacta no sólo a nivel intrasubjetivo sino también impacta a modo de interferencias interpersonales.
En los sujetos se visibiliza como malestar interno y a nivel intersubjetivo se puede detectar como la proliferación de comentarios de ”radio pasillo” que generan tensión y elevan las quejas, problemas de comunicación y baja en la productividad general. Sobre estos focos es que luego el psicólogo debe desplegar sus herramientas profesionales para atenuar el malestar aparejado al clima laboral negativo.
Al bienestar de los colaboradores y a su motivación también impacta positivamente la claridad en la organización. Saber que se espera de uno y cuáles son los alcances de mi posición es fundamental para poder asumir responsabilidades con compromiso. En este punto es que el psicólogo interviene con el trabajo de análisis de puestos de trabajo y selección de personal.
El capital humano es, sin duda alguna, el gran motor de la organización, y una adecuada selección de los talentos que forman parte de la compañía es determinante para los resultados de ésta. La aportación de la psicología es clave en todas las fases de un proceso de selección que hace hincapié en las competencias (habilidades y características de personalidad) que debe cumplimentar el perfil de una persona para desempeñarse con idoneidad en un puesto de trabajo determinado.
Trabajar por competencias no sólo trae beneficios a la organización sino también a los talentos que forman parte de la misma ya que permite un mayor conocimiento de las personas y de sus expectativas, evaluándose también el ajuste del puesto de trabajo a ellas considerándose la selección como un proceso bidireccional. El psicólogo con sólo interviene en las incorporaciones, sino que también cumple un papel clave detectando necesidades de capacitación y evaluando el potencial de los talentos para integrarlos en un plan de desarrollo de carrera que les permita progresar y desarrollarse a futuro en el marco de la organización.
Por otra parte, los psicólogos como expertos en relaciones interpersonales, en comunicación y en liderazgo, pueden participar a nivel de apoyo a los altos mandos detectando necesidades a nivel del liderazgo para lograr niveles más eficientes y detectando falencias y síntomas a nivel de las relaciones entre ellos y con los colaboradores. A sí mismo es un colaborador activo en el establecimiento de objetivos y planificación estratégica para alcanzarlos, entre otras gestiones en donde sus herramientas resultan altamente requeridas.
Para finalizar, quisiera remarcar que la intención de este artículo no es la de cerrar ideas sino la de abrir posibilidades. Apunta a dejar de pensar la figura del psicólogo únicamente en el contexto del consultorio y poder pensarlo en otros contextos y otras funciones, en este caso como un colaborador clave en el ámbito organizacional cuando lo que se persigue es la eficiencia, la eficacia y la productividad.
(*) Florencia Mignacco es Psicóloga Especializada en psicología laboral y organizacional