Por Pablo Ayala
El auténtico jugador del pueblo se llama Luis Miguel Rodríguez y le dicen el Pulga. El changuito de Simoca. El que de pibe fue llevado a Europa y abandonado por un representante inescrupuloso en una estación de tren en Budapest. El peón de albañil. El que volvió a jugar al fútbol en el equipo de los colectiveros de la UTA por 400 pesos. El que gambeteaba piedras descalzo. El pibe peronista. El que llevó a Atlético Tucumán a cuartos de la Libertadores. El campeón del fútbol argentino que no ha perdido la humildad.
No me vengan con farsantes macristas, el Pulga es el verdadero jugador del pueblo.