«Los mexicanos salieron de los indios, los brasileños salieron de la selva, pero nosotros los argentinos llegamos de los barcos. Y eran barcos que venían de Europa», había expresado el presidente Alberto Fernández en un acto que compartió con el presidente español, Pedro Sánchez, al citar erróneamente al escritor Octavio Paz, cuando luego se supo que en realidad había parafraseado una canción de Litto Nebia.
A través de Twitter, Fernández realizó un pedido de disculpas para «quien se haya sentido ofendido o invisibilizado» con sus dichos. Y como si fuera poco, envió una carta al Inadi (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo) para tratar de cerrar la polémica en torno a su cita sobre los orígenes latinoamericanos, en la que ratificó que su gobierno «se enorgullece y defiende la diversidad cultural».
El revuelo fue aprovechado por aquellos sectores que sí dieron muestras con sus actos de xenofobia y discriminación. Entre esas reacciones estuvo la de Jair Bolsonaro, el controvertido presidente de Brasil reiteradamente acusado de racismo y misoginia, quien aprovechó el yerro para asociar a Fernández con el mandatario venezolano Nicolás Maduro y mostrarse en las redes sociales en una foto junto con pueblos originarios ¡en plena selva!.
También permitió que el expresidente Mauricio Macri llamara a Bolsonaro, para “pedirle disculpas” por la frase de Alberto Fernández, olvidándose de algunas de sus históricas «metidas de pata» a nivel internacional cuando ejercía la presidencia.
Apenas 24 horas más tarde, un nuevo conflicto se generó, esta vez con Perú, por haber felicitado a Pedro Castillo antes de la confirmación de los resultados oficiales en las elecciones del domingo, lo que originó que el ministerio de Relaciones Exteriores de Perú entregara una «nota de protesta» a la Embajada argentina.
«Ante las expresiones del señor Presidente de la República Argentina, Alberto Fernández, efectuadas en la fecha, el Gobierno del Perú se ha visto en la obligación de entregar una nota de protesta al Embajador de la República Argentina», señaló un breve comunicado oficial de esa cartera.
Claro ambos hechos exhibidos como “torpezas” del mandatario argentinos, fueron potenciados por los mismos medios de prensa que aprovechan cualquier circunstancia para socavar la gestión oficial.
El apresuramiento argentino, al que sucedieron poco después por otros mandatarios y ex mandatarios “progresistas” latinoamericanos, como ser el brasileño Luiz Inacio “Lula” da Silva y el ecuatoriano Rafael Correa, lejos de ser “inocente” intentó evitar cualquier “incidente” de consecuencias imprevisible en un escrutinio extremadamente cerrado. De hecho también hasta Bolsonaro se sumó luego a las felicitaciones en las redes sociales.
Distinto es el caso del “pifie” durante el encuentro con el presidente del gobierno español Pedro Sánchez. Se trató una vez más de empequeñecer la presencia del mandatario europeo quien renovó este miércoles su respaldo y expresó el «apoyo absoluto y total» de su país en las negociaciones que la Argentina lleva adelante por la deuda con el Fondo Monetario Internacional y el Club de París, poniendo el acento en un hecho menor.
«Siempre estaremos al lado de Argentina en sus conversaciones con el FMI y el Club de París, El apoyo es absoluto y total», dijo Sánchez al compartir con el presidente Alberto Fernández un encuentro con empresarios argentinos y españoles en el Museo del Bicentenario de la Casa Rosada.
Fernández recibió el espaldarazo público de su par español destacando que esa actitud de acompañamiento se extiende al comienzo mismo de su llegada a la primera magistratura nacional y marcó sus coincidencias ideológicas.
Además se potenciaron los acuerdos firmados en diversas áreas de trabajo, en el marco del Plan de Asociación Estratégica (PAE) 2021-2023 que incluye acciones de cooperación en áreas de infraestructura, digitalización, educación, género, pesca y actividad antártica. Además la cancillería destacó lo «fructífero» de la visita de Sánchez, que incluyó la presencia de una decena de importantes empresarios de ese país, que ratificaron su compromiso en invertir en el país.
Durante el encuentro se abordaron, además, posibles acciones conjuntas en instancias regionales y multilaterales, destacándose la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021 (COP 26), el Foro Generación Igualdad y la Reunión de la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos. En síntesis, una visita de importancia que se sumó a la gira del mes pasado a Portugal, Francia, España e Italia y al encuentro virtual con Angela Merkel.
No es extraño que se intente minimizar cualquier logro de la administración del Frente de Todos y, en cambio se magnifiquen supuestos yerros.
Así se intentó presentar como un desplante del gobierno de Joe Biden no incluir al país entre las 92 naciones a las cuales le distribuirán vacunas en forma gratuita durante el 2022, presuntamente por no haber alcanzado un acuerdo con Pfizer que estaría impidiendo el donativo. La realidad marca que el único país sudamericano beneficiado por el anuncio del gobierno estadounidense fue Bolivia, por estar comprendido entre aquellas naciones de ingresos bajos o medio-bajos que se quiso beneficiar, como claramente no es Argentina, pero tampoco Brasil, Uruguay o Chile, sólo por citar a algunos de nuestros vecinos.
Es más algún columnista televisivo insistió el lunes en minimizar las coincidencias con mandatarios como el francés Emmanuel Macron en la necesidad de impulsar la defensa del Medio Ambiente como tema saliente en la agenda internacional. “Ellos sólo quieren cobrar”, enfatizó en tono burlón.
La postura no es inocente. Argentina tiene en la defensa del medio ambiente un activo que puede hacer jugar en sus negociaciones con los organismos internacionales. Además es una agenda que comparte con los principales mandatarios de Europa Occidental y con la administración demócrata de Estados Unidos (como claramente quedó expuesto en la cubre del G7 que se inició este viernes) y de la que puede sacar provecho, sobre todo ante el desprecio sobre la conservación de la Amazonia del actual gobierno de Brasil.
Una visión que claramente no comparten aquellos que pueden firmar cualquier cosa para apurar acuerdos con el FMI, que luego no logran cumplir. Claro que sabiendo con los bueyes con los que se ara se debe cuidar cada coma de los dichos presidenciales, porque siempre estarán dispuestos a explotar al máximo todo desliz para convertirlo en un escándalo con fines electorales.