Con los datos oficiales contabilizados hasta ayer, domingo 13 de junio, Argentina se ubicó entre los primeros 15 países con mayor cantidad de personas vacunadas con al menos una dosis contra el Covid-19 respecto de su población total, en el listado de 193 estados soberanos reconocidos por la ONU.
Si bien la vacunación completa la encabezan por lejos las naciones con mayor nivel de desarrollo, como era de esperar desde que inició la desigual campaña de inmunización en el mundo, incluso en esa columna la Argentina se ubica por encima de muchos países de ingresos altos, como Australia, Nueva Zelanda, Corea del Sur, Japón, Omán, señaló el biólogo molecular, inmunólogo y biotecnólogo Ernesto Resnik, quien reside en Minnesota, Estados Unidos. Y apenas por debajo de Irlanda y Finlandia.
En la tarde-noche de este domingo, nuestro país superó las 13 millones de personas vacunadas, lo que implica casi el 30 por ciento de la población total (no sólo la adulta).
Concretamente, el plan de vacunación alcanzó con la primera dosis al 28,70 por ciento de los argentinos y argentinas, un porcentaje que representa a 13.025.688 personas vacunadas en las 24 jurisdicciones desde diciembre del año pasado sobre un universo de 45.376.763 habitantes, de acuerdo a la proyección poblacional del Indec en 2020.
Fueron distribuidas 18.853.790 vacunas, de las cuales 16.360.449 ya fueron aplicadas: 13.025.688 personas recibieron la primera dosis -como se indicó- y 3.334.761 (7,3 por ciento de la población) recibieron ambas dosis.
Es que en los últimos 14 días Argentina duplicó el ritmo de vacunación respecto de los 14 días previos, pasando de un promedio diario de unas 150.000 aplicaciones a casi 300.000.
Hay que remarcar también que con las vacunas que arribaron al país el sábado último a la noche (811.000) y las 934.200 que llegarán hoy, se alcanzará las 20.677.145 dosis recibidas.
Se trata de las vacunas cuyo principio activo se produce en la Argentina y luego se formula y envasa en Estados Unidos.
A ello debe sumarse que la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, firmó la resolución 2021-1671 que autorizó el uso de emergencia de la vacuna Convidecia, de la empresa Cansino Biologics INC, que permite avanzar en el acuerdo (del Gobierno bonaerense) por 5,4 millones de dosis que distribuirá en todo el país.
La titular de la cartera sanitaria también anunció la rúbrica de un nuevo contrato celebrado con Sinopharm (China), por el cual se recibirán 2 millones de sueros en lo que resta de junio y 4 millones en julio.
Con las vacunas de AstraZeneca, Sputnik V, Sinopharm, Cansino (de una sola dosis) que llegará próximamente y la Sputnik que en breve comenzará a fabricarse en el país, fuentes oficiales señalaron al periodista Pablo Ibañez que “se alcanzará una velocidad crucero” en el ritmo de vacunación que “permitirá apuntar al nuevo objetivo: vacunar a 25 millones de personas” para septiembre. Ese universo representa al 85 por ciento de la población con más de 18 años. Y el cálculo de las autoridades es que, por regir un sistema de vacunación opcional, en torno a un 15 por ciento de personas mayores no querrá inmunizarse.
SIN EMBARGO…
El objetivo panorama descripto hasta aquí debería ser una buena noticia. Sin embargo, como la circunstancial oposición política (que es la herramienta electoral del permanente poder económico, mediático y judicial del país) lleva en su ADN una conducta oposicionista (conducta negativista, hostil, rencorosa y vengativa constante, según la ciencia médica), todos esos datos son ocultados bajo un “profundo” y “esencial” debate nacional en torno a una muy desafortunada frase del presidente de la Nación en relación al origen de los mexicanos, brasileños y argentinos.
Los mismos que ocultan o minimizan que casi el 30 por ciento de la población tenga al menos una dosis de una vacuna contra el Covid-19, a sabiendas del efecto que esta tiene en cuanto a reducir la gravedad de una posible enfermedad y, sobre todo, la mortalidad, son los que dijeron en su momento que la Sputnik V ofrecía más dudas que certezas (doctor Nelson Castro dixit); fueron a la Justicia para denunciar al gobierno por envenenamiento (Elisa Carrió, columna vertebral de la oposición política); acusaron al Ejecutivo de haber pedido coimas para hacer un contrato con Pfizer (Patricia Bullrich, presidenta del Pro y eventual candidata de esa fuerza en las próximas elecciones).
Los mismos que ocultan o minimizan que Argentina ya está entre los primeros 15 países del mundo -de un total de 193 reconocidos por la ONU- en cuanto a cantidad de personas vacunadas, a sabiendas de que miles de millones de habitantes del planeta aún no recibieron ni media dosis y muy probablemente pasen años en esa situación (lo cual es una muestra cabal de lo que ya era el mundo prepandémico al que tantos están desesperados por regresar), son los que en plena primera ola de contagios convocaron públicamente desde la TV a una marcha anticuarentena diciendo “demostrémosles que la gente de bien somos mayoría” y mal-citando la frase de San Martín “seamos libres que lo demás no importa nada” (Leuco padre dixit); los que criticaban un día sí y el siguiente también la lentitud de la campaña de vacunación y hoy critican que haya alcanzado el mismo ritmo que en los países europeos porque es con fines electorales (Leuco hijo); los que prometieron públicamente no vacunarse hasta que lo haga el último argentino y luego se inmunizaron en Miami, y encima mintieron diciendo que pagaron la dosis, algo que desmintió el propio presidente de los EEUU Joe Biden (Mauricio Macri).
Estamos observando una caída de más del 30% de los casos diarios en 3 semanas. Esta es la consecuencia directa de las medidas de cuidado. Muchas gracias al pueblo de la Provincia por el enorme esfuerzo y la muestra de solidaridad. https://t.co/Iglm1IEWTm
— Axel Kicillof (@Kicillofok) June 14, 2021
Podríamos hacer un listado infinito con ejemplos oposicionistas, pero no vale la pena. Ya va siendo hora, creemos, de decir algunas cosas con brutalidad: la circunstancial oposición política y el permanente poder económico, mediático y judicial destrozará, todos los días, todo el día, lo mucho, poco o poquitito que el gobierno haga bien porque lo que quieren es debilitarlo hasta sacarlo de Balcarce 50. Con un claro objetivo: terminar lo que no pudieron terminar entre 2015 y 2019 porque los pobres tuvieron la osadía de no reconocer el futuro de ensueño que les esperaba con Macri, Larreta, Vidal y compañía y -una vez más, incorregibles- votaron al peronismo.
Lo que no pudieron terminar es el país para 20 millones que, como ya expresamos en este diario, no es una forma de decir. Lo intentó la dictadura, el menemismo y el macrismo, y si bien fueron avanzando en su cometido, nunca llegaron a la meta porque siempre se entrometió en sus planes algún argentino o alguna argentina más o menos bienintencionados.
TE MOLESTA MI AMOR
Las vacunas de aquí molestan porque en su inmensa mayoría son producidas por naciones y no por megalaboratorios privados. Las vacunas molestan porque el país está participando en su producción. Las vacunas molestan porque ya hay desarrollos 100% argentinos en marcha. Las vacunas molestan porque podrían evitar que colapsen los hospitales. Las vacunas molestan porque ponen de buen humor a la gente común. Las vacunas molestan porque se aplican sin distinción de clase social, nivel educativo ni ideología política. Las vacunas molestan porque podrían ayudar a que la incipiente recuperación económica se transforme en un envión importante que genere actividad y trabajo. Las vacunas molestan porque son “demasiadas” y vienen más y más todavía. Las vacunas molestan porque en tierra del “comunista” gobernador bonaerense ya se aplican a cualquier mayor de 60 años con el único requisito de presentarse en un vacunatorio con el DNI.
Las vacunas molestan porque tras el fracaso de las marchas anticuarentena (que en rigor eran procontagio y sus organizadores lo saben perfectamente), el estrepitoso fracaso de la campaña contra “la rusa” (hoy considerada entre las más seguras y eficaces por el universo científico internacional), del discurso de su escasez primero, de la lentitud de su aplicación después y de la rapidez ahora porque a fin de año hay elecciones, van quedando menos flancos que atacar, como el desafortunado comentario del argentino Fernández al español Sánchez.
Necesitaban cuatro años más para completar su plan del país para 20 millones. Ahora, vienen por todo para retomar ese camino desde 2023. Y en el camino se cruzaron las vacunas. Y molestan.
En ese contexto, quizás sea un grave error del Gobierno apurar el regreso de las clases presenciales, los restaurantes, la extensión del horario comercial. “El país no resiste otro gobierno como el del 2015-2019”, advirtieron desde la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH). Habría que avisar en Balcarce 50. Hay mucho apuro para retomar la normalidad. ¿O para escaparle a la guerra mediática? El tiempo dirá.