Los 12 de la Santa Cruz
De la Redacción de 90 Líneas.-
La Iglesia de la Santa Cruz se encuentra en el barrio porteño de San Cristóbal. Durante el terrorismo de Estado fue un lugar de encuentro de las familias de desaparecidos y desaparecidas. La comunidad eclesiástica se reunía en el lugar para coordinar acciones de denuncia y visibilización de lo que ocurría en el país.
Entre el 8 y el 10 de diciembre de 1977, grupos de tareas de la Marina desataron una cacería contra este grupo. La planificación de los secuestros había empezado mucho antes, cuando el marino Alfredo Astiz se infiltró haciéndose pasar por hermano de un desaparecido.
El 8 de diciembre, cuando terminaban una reunión para organizar una colecta de dinero con el objetivo de publicar una solicitada en los diarios reclamando por la aparición de sus familiares, un grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) secuestró a las Madres de Plaza de Mayo Esther Ballestrino de Careaga y María Eugenia Ponce de Bianco, la monja francesa Alice Domon, y los militantes Ángela Auad, Gabriel Horane, Raquel Bulit y Patricia Oviedo.
Ese mismo día secuestraron a Remo Berardo en su casa y a Horacio Aníbal Elbert y José Julio Fondevila en un bar donde solían encontrarse integrantes de la Santa Cruz. El plan terminó el 10 de diciembre de 1977 con el secuestro de la fundadora de Madres de Plaza de Mayo, Azucena Villaflor, y la monja francesa Léonie Duquet.
Alfredo Astiz fue la pieza central, se presentó ante las Madres de Plaza de Mayo con la identidad falsa de Gustavo Niño, hermano de un desaparecido, y comenzó a participar de las reuniones de los familiares.
El «Ángel Rubio», como lo llamaban, proporcionó los datos que guiaron a la patota de la ESMA hasta la Santa Cruz y terminó su tarea marcando a sus víctimas con un beso (como Judas con Jesucristo).
Durante más de diez días, el grupo de los 12 estuvieron secuestrados y expuestos a vejaciones infrahumanas en el centro clandestino de detención que funcionaba en la ESMA. Luego, fueron arrojados con vida al mar.
Muchos de esos cuerpos fueron devueltos por la corriente y enterrados como NN en el cementerio de General Lavalle. Fue el Equipo Argentino de Antropología Forense el que pudo identificar varios de los restos óseos que allí se hallaron, entre ellos algunos del grupo de los 12 de la Santa Cruz: Azucena Villaflor, una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo, María Eugenia Ponce De Bianco, Esther Ballestrino de Careaga, Ángela Auad de Genovés y la religiosa francesa Léonie Duquet.
Los restos de Ballestrino de Careaga y Ponce de Bianco descansan en uno de los jardines laterales de la iglesia.
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