Quincy Delight Jones (89) fue uno de los compositores, arreglistas y productores más destacados e influyentes de los Estados Unidos. Entre cientos de trabajos de primer nivel, produjo los tres álbumes que dejaron un sello indeleble en la música pop: Off the wall (1979), Thriller (1982) y Bad (1987), todos de Michael Jackson. Nadie conoció al denominado Rey del Pop como Jones. Por ello, cuando en febrero de 2018 aseguró que Jackson “robó un montón de cosas” a otros artistas, el mundo musical se vio fuertemente sacudido.
“Odio hablar de esto públicamente, pero Michael robó un montón de cosas. Por ejemplo, una parte del tema State of independence (Estado de independencia) de Donna Summer para su Billie Jean -ejemplificó-. Las notas musicales no mienten, amigo. Era tan maquiavélico como se pueda llegar a ser. Avaricioso, amigo, avaricioso”, subrayó en declaraciones a la revista Vulture.
El plagio existe desde que la música es música. Lo que no es malo, ni está penado, es tomar elementos creados por otros para dar forma a algo nuevo. De hecho, cierta vez Charly García aseveró algo así como “la música ya está inventada, la inventaron Bach, Mozart, Beethoven… Lo que hacemos los demás es tomar algunos de esos elementos y combinarlos de distintas maneras”.
Pero el plagio, algunos de cuyos sinónimos son “copia”, “apropiación”, “estafa” y “robo”, está penado por la ley. Y el Rey del Pop tuvo que desembolsar una suma millonaria de dinero -que nunca trascendió porque el arreglo fue extrajudicial- al músico camerunés radicado en Francia Manu Dibango, a quien le robó el beat que compuso en 1972 para su tema Soul Makossa, una canción ignota que, sin embargo, no pocos especialistas consideran entre las primeras de la música disco.
No es sencillo elegir un plagio de Michael Jackson. De hecho, al que realizó a Donna Summer, justamente conocida como Reina de la Música Disco, se puede sumar como un “ícono de la copia descarada” el robo del estribillo de nada más y nada menos que Thriller, el tema del video de terror de larga duración que revolucionó el mundo musical-audiovisual ni bien despuntaban los años ’80.
¿Thriller? Sí, como se lee. Se sabe que el emblemático disco, que tomó el nombre de esa canción, es el más vendido en la historia de la música y, nobleza obliga, uno de los mejores de la historia de la música contemporánea.
“Un españolito como tu y como yo”
“Señores, la canción Thriller no la compuso Michael Jackson, sino un españolito como tu y como yo llamado Luixy Toledo”, comienza un artículo de Noel Ceballos publicado el 1º de septiembre de 2020 en el portal GQ. Y añade: “Los fans de la música española increíblemente extraña llevan décadas escuchando alguna variante de este lema, repetido hasta la saciedad…”
Y sí. A continuación se puede escuchar la canción Exorcismo, compuesta en 1966 por el “españolito” Luixy Toledo. Se recomienda, para quienes desean ir al grano, comenzar a escucharla desde los 50/55 segundos. Al minuto exacto aparece por vez primera el estribillo, que no es similar al de Thriller, sino idéntico (“…y es que soñaba que vendía mi alma al diablo y es que soñaba que no era dueño de mi vida…”)
Exorcismo, de Luixy Toledo (1966)
Crédito: Canal de Youtube Halamang Singaw
Thriller, de Michael Jackson (1982)
¿Qué tal? En fin, que una eminencia de la música como Quincy Jones no iba a decir públicamente lo que dijo porque sí, ¿no?
Yo robo, tu robas… Manu cobra (muchos) millones
No obstante, como dijimos en la bajada de este artículo, nos concentraremos en la historia -quizás porque en un punto hasta resulta cómica- del “doble plagio” o “plagio efecto dominó”: el de Michael Jackson a Manu Dibango, primero, y el de Rihanna al músico camerunés después, sin saber, aparentemente, que estaba robando algo que ya había sido robado.
Como vimos, Thriller (1982) es el álbum más vendido de la historia, con más de 66 millones de copias en todo el mundo (13/09/2021, Ekos). El LP producido por Quincy Jones contenía temas como Billie Jean, Beat it (Lárgate), The girl is mine (La chica es mía), el que dio título al disco y, entre otros éxitos, Wanna be startin’ somethin’… Y con esta canción nos quedaremos.
Michael Jackson robó el beat de la canción Soul Makossa que Manu Dibango grabó en 1972. Un beat muy sencillo y de corta duración, que el africano utilizó desde el segundo 8 hasta el segundo 16 del tema…y nunca más. Pero el Rey del Pop, 10 años después, hizo uso y abuso del beat en Wanna be startin’ somethin’ (Quiero comenzar algo).
Soul Makossa, de Manu Dibango (1972). Escuchar desde el segundo 8 al 16
Wanna be startin’ somethin’, de M. Jackson (1982). Escuchar desde 4:55
Manu Dibango: -Oye Michael, ¡me has robado descaradamente!
Michael Jackson: -¡Sí! Pero no me denuncies en la justicia. Arreglemos esto amistosamente.
Esta conversación inventada, tranquilamente podría haber sucedido entre los artistas, pues Jackson jamás le negó su robo a Dibango y le entregó a cambio una suculenta suma de dinero que, demás está decirlo, jamás trascendió. Es más, en su momento, ni siquiera se supo del plagio (ni de ese, ni del realizado a Donna Summer o al “españolito” Luixy Toledo nada menos que en el tema Thriller).
…Y un día llegó Rihanna
Veinticinco (¡25!) años más tarde, la cantante Rihanna, oriunda de Barbados, le pidió autorización a Michael Jackson o a alguno de sus tantos lugartenientes para utilizar el beat de Wanna be startin’ somethin’ en su ultrabailable canción Don’t stop the music (No pares la música). “Sí, no hay problema”, fue la respuesta, hecho que dejó más que tranquila a la intérprete, pues cuando hay consentimiento del “autor” no se considera plagio.
El problema fue que el autor no era Jackson ni ninguno de su equipo, sino…Manu Dibango. Por ende, 35 años después de que el camerunés grabara su Soul Makossa, Rihanna, sin saberlo, lo plagió.
El tema Don’t stop the music apareció en el tercer disco de Rihanna, Good girl gone bad (2007). La cantante estaba en una curva decididamente ascendente de su carrera, y de pronto se encontró con que la canción que se bailaba en todas las discotecas del planeta contenía un plagio monumental. Conclusión: decidió anticiparse a un posible escándalo y, directamente, le compró los derechos de autor de Soul Makossa a Manu Dibango.
Don’t stop the music, de Rihanna (2007). Escuchar desde 3:50 hasta el final
Es decir que el músico africano, con un simple beat de 8 segundos que ideó en 1972, 35 años después y merced a Michael Jackson y a Rihanna se encontró con su vida y la de toda su descendencia asegurada.
La rubia tarada
“Uh mamá papa uh mamá…”. El beat que se reitera indefinidamente en el tema La rubia tarada de Sumo está tomado de Soul Makossa. Pero Manu Dibango, luego de cobrar muchos millones de parte de Michael Jackson, no reparó en Sumo ni en nadie más que pueda haberlo copiado.