El arzobispo de La Plata, monseñor Víctor Manuel Fernández, presidió el 19 de noviembre el tradicional tedeum por los 138 años de la fundación de esta ciudad en la catedral platense, donde abogó por los derechos humanos del niño por nacer.
La acción de gracias conmemorativa contó con la presencia del intendente de la ciudad de La Plata, Julio Garro; el secretario de Gobierno municipal, Marcelo Leguizamón; la presidenta del Concejo Deliberante, Ileana Cid y el ministro de Justicia y Derechos Humanos bonaerense, Julio Alak, entre otras autoridades.
En la homilía, el arzobispo platense recordó que el papa Francisco “propone la apertura universal del amor, que no es tanto la relación con otros países, sino la actitud de abrirse a todos, incluyendo a los diferentes, a los últimos, a los olvidados, a los abandonados” y puntualizó: “Toma como gran símbolo la figura del buen samaritano, que vio a un enemigo suyo tirado en al camino, abandonado por todos, y supo bajarse de su caballo, curarlo y cuidarlo”.
“Pero en el trasfondo último, todo esto no se entiende si no se reconoce la inmensa dignidad de cada persona humana, la inviolable dignidad de toda persona humana más allá de cualquier circunstancia. Es la dignidad de su ser que no desaparece si esa persona se enferma, si se debilita, si envejece, si es pobre, si es discapacitado o incluso si ha cometido un crimen”, sostuvo.
“Nada le hace perder su dignidad humana. Ninguna circunstancia debe colocarse por encima de este principio fundamental, no hay contexto alguno que disminuya o anule esa dignidad. Si esto se olvida, es imposible sostener la fraternidad humana”, afirmó.
Monseñor Fernández insistió en advertir que “entre los descartados de una sociedad que discrimina, excluye y olvida están los niños por nacer”.
“La circunstancia de que todavía no se hayan desarrollado plenamente no les quita nada de su dignidad humana. Por eso, nunca se defenderán hasta el fondo los derechos humanos si se los negamos a los niños por nacer”, aseveró.
“Que Dios nos ayude a que en esta ciudad construyamos cada vez más una sociedad inclusiva, donde todos puedan vivir dignamente, donde todos tengan la posibilidad de trabajar, ganar el pan para sus hijos y desarrollarse en plenitud”, concluyó.