-Como decía Tanguito: El amor es más fuerte
-Tanguito nunca dijo eso
-¿¡Cómo que no!? En su canción…
-Esa canción no es de Tanguito. Se compuso para la banda de sonido de la película Tango Feroz y casi todo el mundo cree que es de él. Pero lo peor del caso es que el Tanguito de la película no tiene absolutamente nada que ver con el Tanguito real
Palabra más, palabra menos, ese diálogo se dio entre dos amigos a principios de 2013, cuando se estrenó el musical Tango Feroz basado en la película homónima de 1993, hecho que reavivó el debate acerca del filme que, si bien finalmente fue presentado como “Tango Feroz: la leyenda de Tanguito”, para la inmensa mayoría del público quedó como la historia oficial del mítico José Alberto Iglesias, el pacífico y bohemio poeta de Caseros que formó parte medular del grupo de compositores y músicos que dieron a luz al rock argentino a finales de los ‘60 e inicios de los ‘70.
En 2023, al cumplirse el 30º aniversario de la película dirigida por Marcelo Piñeyro, basada en un guión suyo y de Aída Bortnik, el fuerte debate generado por el filme -un arrollador éxito de taquilla en su momento- retornó a la cancha.
«Faltaba el himno del rock nacional, nada más y nada menos»
“Recuerdo que fue un suceso tremendo. Casi todos salían enloquecidos de los cines. Mientras que yo lo hice mascando bronca porque no podía creer lo que había visto y escuchado”, comentó para esta nota Alejo Padua, un periodista y rockero que peina canas y que conoce como pocos la historia del alumbramiento del rock nativo.
“Tango no bailaba tango; Tango no hacía el tipo de música que se escucha en la película; es todo un gran verso armado para crear una ficción” (Luis Alberto Spinetta)
Alejo aún recuerda aquel año 1993 y dispara: “Había una cuestión de sentido común. Tanguito compuso con Litto Nebbia el himno del rock argentino, La Balsa, y esa canción no está en la película. Se ha analizado y escrito mucho sobre Tango Feroz, pero solamente eso alcanzaba y sobraba para decir ‘esto es un gran fiasco’. Es como si alguien hiciese una película sobre el Flaco Spinetta y en ningún momento sonara Muchacha ojos de papel”, comparó.
Por la plata baila el mono, reza un refrán popular. Y sí, más allá de explicaciones, justificaciones y “demases” por parte del director y la coguionista, en algunos casos con un poquito de soberbia, Tango Feroz terminó siendo un enorme producto comercial para sus creadores, una rampa de lanzamiento para varios actores y actrices y, a la vez, la mayor distorsión a nivel masivo acerca de los orígenes del rock nacional.
Una película que terminó haciendo daño porque falseó la historia hasta el infinito, sin dudas valiéndose de que había poco y nada escrito y documentado sobre Tanguito. Un “mal” que -con alguna honrosa excepción- dura hasta nuestros días (desde 90 Líneas tratamos de hacer un humilde aporte mediante la nota Tanguito, el gran mito del rock argentino, que puede leerse aquí).
En 1988, cinco años antes del estreno del filme, Moris, Javier Martínez (Manal), Pipo Lernoud y Ben Molar enviaron una carta a SADAIC pidiendo que no se autorice la utilización de las canciones de su autoría que iban a estar originalmente en la película
El Tanguito que interpreta Fernán Mirás está a años luz de aquel pibe de barrio “pacífico, simpático, inocente, transparente”, como lo describen quienes más cerca estuvieron de él. “No era el militante que muestran, sino un tipo tímido, nada que ver con confrontar (…) La idea (en esos primeros tiempos) era siempre componer juntos. En la película presentan a un hombre solitario contra el mundo”, dijo el compositor, periodista musical y uno de quienes más cerca estuvo de Tanguito en los años en que nació el rock nacional, Alberto “Pipo” Lernoud, autor con Tango de La Princesa Dorada.
Para colmo, un latiguillo del Tanguito de la película es “todo no se compra, todo no se vende”. Pipo Lernoud dijo: “Parte de la penosa corporativización del rock es esta historia fraudulenta, intencionalmente distorsionada, que los medios festejan como festejan la ópera rock Evita… No todo se vende, pero la leyenda de Tanguito sí”.
«No todo se vende, pero la leyenda de Tanguito sí» (Pipo Lernoud)
El amor es más fuerte, la “no canción de Tanguito” que hasta hoy millones creen que fue de él, está alejadísima de la poesía que escribía Tango, aquella que deslumbró a Luis Alberto Spinetta, a punto tal que le propuso al resto de Almendra (Emilio del Guercio, Edelmiro Molinari y Rodolfo García) ser la banda soporte para que él grabe un disco.
De hecho, Tanguito pasó un buen tiempo en la casa de Spinetta, quien opinaba que su poesía era “extraordinaria”. Consultado en su momento sobre el filme, el Flaco dijo: “Tango no bailaba tango; Tango no hacía el tipo de música que se escucha en la película; es todo un gran verso armado para crear una ficción”.
“Después que salió ‘La Balsa’ Tanguito se convirtió en una suerte de rey de esa generación. Pero a él eso no le interesaba. Llevaba en su ADN el no compromiso con el establishment musical, la libertad absoluta, la bohemia. Prefería juntarse a tocar la guitarra con hippies en una plaza”
En la película, Tanguito aparece tocando en un club con una banda. ¿Qué banda? Si nunca tuvo una. Pudo tocar con Almendra, pero a decir del lamentablemente fallecido batero Rodolfo García, hizo “todas las cagadas posibles” para que así no fuera.
En esa escena todos bailan al ritmo de Me gusta ese tajo, una canción de Pescado Rabioso, el grupo que formó Spinetta tras la disolución de Almendra. “Tipos bailando con sus canciones. Un bochorno. Si Tanguito se entera se pega un tiro en los huevos”, dijo Pipo Lernoud (“La polémica es más fuerte”, por Bruno Lázzaro y Deborah Maniowicz – 11 de septiembre de 2013 – portal Pircas y Trincheras).
El amor es más fuerte (Ulises Butrón – 1993)
Crédito: TangoFeroz HD
Respecto a una banda, como contamos en la nota referida que 90 Líneas publicó bajo el título “Tanguito, el gran mito del rock argentino”, también pudo ser Manal.
Siendo Javier Martínez -baterista y vocalista del trío fundador del rock argento junto con Los Gatos y Almendra– otro de los más amigos de Tango en aquellas noches pioneras de La Cueva y La Perla de Once, cuando en 1970 Tanguito aceptó grabar un disco con la discográfica Mandioca, eligió como músicos a Javier, a Claudio Gabis y Alejandro Medina, o sea, Manal.
Pero como no se presentó el primer día ni el segundo y el tercero llegó tardísimo, Gabis y Medina se cansaron y se fueron. Se quedó esperándolo su amigo Javier Martínez. Y ese día quedó registrado un vivo acústico con temas emblemáticos de Tango. Un material que con el tiempo se convirtió en un diamante en bruto. Sobre todo tras ser arrollado por un tren en dudosas y jamás investigadas circunstancias. ¿Se suicidó o lo mataron? Nunca se sabrá.
La Balsa (Tanguito, 1970 – acompañado en el estudio por Javier Martínez)
De los 17 temas que incluye la banda de sonido de Tango Feroz solamente uno es de Tanguito: Natural. Amor de primavera también aparece, pero la letra es de Hernán Pujó.
Luego nos encontramos con El oso, de Moris. ¿Por qué Moris aceptó que se tocara ese tema y no otros que incluía la pretendida banda sonora original?
Responde Lernoud: “¿Por qué no hay canciones de los amigos de Tango en Tango Feroz? Porque cuando nos las pidieron supimos que era una distorsión comercial de la historia y no lo permitimos, salvo ‘El Oso’ de Moris, para que su hijo Antonio Birabent pudiera debutar cantando y actuando. Y es comprensible” (“No todo se vende, pero la leyenda de Tanguito sí”, por Pipo Lernoud – 13 de enero de 2013 – Suplemento Radar de P12).
“¿De cuánto estamos hablando?”
En todas las encuestas realizadas a los músicos, arreglistas, productores y periodistas especializados sobre las mejores canciones de la historia del rock nacional, La Balsa aparece en primer lugar. Como dijimos más arriba, sin lugar a dudas es el himno por excelencia de ese movimiento sociocultural que germinó en la segunda mitad de los ‘60 contra la hegemonía de la música comercial y las razzias de la policía dictatorial. Pero en el filme brilla por su ausencia.
¿Por qué?
La compusieron Tanguito y Litto Nebbia y la grabaron Los Gatos en 1967. Aparece firmada por Nebbia y Ramsés, otro de los apodos que usaba Tango. Como el 50% de los derechos de autor pertenecían a la madre de Tanguito, quien no se negó a que el tema figurase en el filme, al director le provocó un quebradero de cabeza, pues Litto no cedió de ningún modo. Es más, fue de los más duros con la película.
“Cuando salió la idea de esa película, directamente se llamaba La Balsa. Piñeyro me acercó el libro, y me pareció ‘vampiresco’. Una historia recortada que sólo narraba mentiras. Cuando me negué a participar, me preguntó: ‘¿De cuánto estamos hablando?’… La única motivación siempre fue económica”, dijo el ex líder de Los Gatos.
Y añadió: “Tango Feroz es directamente una calumnia a lo que fue la historia, a lo que pasó y cómo pasó. Una calumnia hábilmente armada para lograr un éxito para la pendejada, para que tenga su entretenimiento”.
“¿Sabés qué pasa? El tema de la necrológica en el rock es un gran negocio, y hay gente que para aprovecharlo… (hace una pausa) En fin, siempre deja más guita hacer una película sobre algo medio prohibido, sobre alguien al que mataron o se suicidó, que hacerla sobre alguien que está trabajando”.
“Fue un éxito tremendo, porque la verdad es que como película musical y de entretenimiento es un producto bien realizado. Pero si nos atenemos a la historia real, a pesar de que ellos terminaron poniendo ‘la leyenda de Tanguito’, o sea, cualquier cosa para salvar los platos rotos porque pensaron que alguien podía hacerles una demanda, lo que importa es que eso (la película) no es la verdad de los hechos”, remató.
«Tango Feroz fue directamente una calumnia» (Litto Nebbia)
La carta a Sadaic de 1988
El 5 de agosto de 1988, cinco años antes de que se estrenara la película, el director ya le había acercado un guión (finalmente se hicieron ocho, según declaró el propio Piñeyro) a varios de los pioneros del rock nacional. Y saltaron todas las alarmas.
Así las cosas, Moris, Javier Martínez, Pipo Lernoud y el compositor de tango Ben Molar enviaron una carta a la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música (Sadaic) pidiendo a sus autoridades que no autoricen la utilización de las canciones que iban a estar originalmente en la película.
Para Lernoud, eso significó una suerte de declaración de guerra para Piñeyro. “Se puso como loco y en algún momento decidió hacer mierda a los amigos de Tanguito. Nos hace quedar como traidores. Por ejemplo, yo hago del mejor amigo de Tanguito que lo traiciona y se vende a las corporaciones. Y él terminó pagándole a la madre de Tango para tener las canciones” (“La polémica es más fuerte”, Bruno Lázzaro y Deborah Maniowicz – 11/09/2013 – Pircas y Trincheras).
“¿Dónde están las canciones de Tanguito en Tango Feroz? ¿Dónde está Tanguito en Tango Feroz? ¿Dónde están los amigos de Tanguito, iniciadores del rock nacional?”, se preguntó Lernoud en un artículo de su autoría publicado en Página 12 en enero de 2013. No están. En ningún lado.
Como tampoco está el espíritu solidario y colaborativo que tuvieron los pioneros del rock argentino. Ni los debates sobre literatura, filosofía y cine que mantenían en La Perla de Once y de los cuales surgieron cientos de ideas y letras de canciones.
Ello lo describió extraordinariamente -y no en relación a la película- Pedro Aznar. Cuando le preguntaron en una entrevista: ¿Qué te trajo el rock?, respondió: “En la base, en el fondo me trajo una libertad… Para mí fue una muy buena escuela, porque en los años ’70, ser músico de rock o ser incluso oyente de rock, involucraba ser parte de una cultura que no sólo era la música, sino que era una forma de ver el mundo, ver determinadas películas, leer determinados libros, estar enterado de un montón de cosas…”
Nada. Absolutamente nada de eso está en Tango Feroz. Un fantástico producto comercial (1,7 millones de espectadores sólo en salas de cine) que también pone sobre la mesa la enorme deuda que tiene el cine nacional con el rock argentino, uno de los movimientos socioculturales más trascendentes e influyentes de Hispanoamérica para que quede “muy mal reflejado” por un filme que, como dijo Litto Nebbia, es “una calumnia”.
Natural (Tanguito – 1970) – Instrumentación añadida por Lucas Pelliccia
Víctor Pintos escribió una biografía, «Tanguito», en 1993, reeditado este año, completa y, sobre todo, fiel.
LA BALSA DE TANGUITO Y LITTO NEBBIA ESTÁ INSPIRADA EN LA ODISEA DE HOMERO. TODO ESTÁ EXPLICADO EN MI ENSAYO
“VOLVER DE CARLOS GARDEL, EL TANGO DE ULISES Y OTROS ECOS DE HOMERO EN LA CANCIÓN POPULAR HISPANOAMERICANA”
Este ensayo prueba que los hermosos versos del famosísimo tango Volver, eternizado por el inmortal Carlos Gardel, escritos por el compositor argentino Alfredo Le Pera y música de Carlos Gardel (el más grande cantante en la historia del tango, también músico y compositor autodidacta), tango que el inmortal cantante argentino de talla universal situó como éxito mundial desde 1934 hasta el presente, es un homenaje a Homero por ser El Tango de Ulises, como lo prueba mi Análisis Textual y de Literatura Comparada usando La Ilíada y La Odisea de Homero en traducciones al castellano, en verso y prosa.
Alfredo Le Pera tituló así éste tango porque trata del regreso de Ulises a su hogar, a Ítaca, después de estar veinte años ausente, contados desde que partió a la Guerra de Troya. Le Pera explaya los pensamientos, sentimientos y temores que imagina vivió Ulises al ver ya a Ítaca, al volver a su patria y a su familia, a su padre Laertes, a su hijo Telémaco, y en especial, volver a su primer amor: Penélope, su esposa.
Homero, máximo e inmortal Príncipe de los Poetas, genio excelso de la Antigüedad Griega y fundador de nuestra Literatura Occidental con sus obras inmortales, La Ilíada y La Odisea, es eterna fuente de inspiración para los poetas, escritores, dramaturgos, literatos, músicos, compositores y artistas en general, en todo el mundo, con mayor énfasis en Occidente, y en forma especial en España e Hispanoamérica, donde la tradición cultural occidental arraigó por sus raíces españolas, y fusionadas con nuestras otras raíces indígenas y africanas, hacen presente a Homero, no solo en la Literatura, también en su música popular, mezcla divina de Música y Poesía.
Este breve ensayo destaca nueve (9) poderosos Ecos de Homero que se escuchan con extraordinaria fuerza, con fascinación, desde el pasado siglo XX hasta la actualidad, nueve (9) canciones de la música popular hispanoamericana, todas éxitos internacionales, relacionadas en orden cronológico, cuyos compositores se inspiraron en las obras y temas homéricos:
1) “La India María Laya” (1903), El Joropo de Penélope. Joropo Llanero (Pasaje Apureño) del compositor venezolano Mariano Hurtado Rondón. Éxito internacional en la voz de oro de Magdalena Sánchez, Reina del Cantar Venezolano.
2) “La Barca de Oro” (1904), La Ranchera de Ulises. Canción Ranchera Mexicana, del compositor mexicano Abundio Martínez (1875-1914). Éxito internacional en la voz del inmortal Pedro Infante.
3) “Volver” (1934), El Tango de Ulises. Tango Argentino de Alfredo Le Pera (compositor de su letra) y Carlos Gardel (compositor de su música y cantante), argentinos. Éxito mundial en la voz del inmortal Carlos Gardel.
4) “Lejana Tierra Mía” (1934), El Tango de la Añoranza de Ulises. Tango Argentino de Alfredo Le Pera (compositor de su letra) y Carlos Gardel (compositor de su música y cantante), argentinos. Éxito mundial en la voz del inmortal Carlos Gardel, también conocido como “El Himno de los Inmigrantes”.
5) “La Canción del Árbol del Olvido” (1938-1940), La Milonga de los Comedores de Loto. Milonga Porteña de Fernán Silva Valdés (uruguayo, compositor de su letra, 1887-1975) y Alberto Ginastera (argentino, compositor de su música, 1916-1983). Éxito internacional de dos grandes de la música de fama mundial, incluidos los círculos académicos.
6) “La Barca” (1956), El Bolero de Calipso. Bolero del prolífico y famoso compositor mexicano Roberto Cantoral (1935-2010). Éxito internacional en la voz del propio cantautor y otros famosos cantantes hispanoamericanos.
7) “Cárcel de Amor” (1965), El Bolero de Ulises. Vals peruano del compositor peruano Félix Figueroa (1931-2012), popularizado como bolero. Éxito internacional en 1967 en la voz de la famosa cantante peruana Linda Lorenz y después en la voz del cantante ecuatoriano Julio Jaramillo (El Ruiseñor).
8) “La Balsa” (1967), El Rock de Ulises. Canción fundadora del Rock Argentino y del Rock en Español, de los compositores José Alberto Iglesias (Tanguito, 1945-1972) y Félix Francisco Nebbia (Litto Nebbia, 1948 y contando), cantautores argentinos, quienes lograron la fama mundial con ésta genial canción de Rock.
9) “Regreso” (2015), La Balada de Ulises ante Penélope, de los compositores colombianos Carlos Fernando López, Julio Reyes Copello y Ricardo López Lalinde. Balada romántica de fama internacional en la voz del astro brasilero Roberto Carlos, tanto en español como en portugués.
Mi ensayo trata este tema inédito, original y de gran importancia cultural en el mundo contemporáneo, la épica homérica como fuente de inspiración lírica para los músicos y compositores hispanoamericanos en la creación de canciones populares, en especial para nuestra comunidad de lengua española, porque de nuestras investigaciones literarias y reflexiones, fundamentadas en nuestros hallazgos en la Crítica Textual y en la Literatura Comparada, podemos afirmar que Homero está presente en Hispanoamérica gracias a la tradición cultural hispánica, porque España, heredera de la cultura grecorromana, recibió una herencia homérica que transmitió a la América Española durante los tres siglos de formación de las naciones hispanoamericanas. Esta gran herencia cultural, la raíz española que define a Hispanoamérica como parte de Occidente, fue eclipsada durante los años de las Guerras de Independencia por la propaganda belicista, y en la etapa inmediata siguiente, por las políticas imperialistas de penetración política, económica y cultural de Gran Bretaña, Estados Unidos y Francia, naciones interesadas en sustituir a España en su anterior rol protagónico en Hispanoamérica, en su carácter de metrópoli; aunque la identidad hispanoamericana surgida del crisol de sus raíces españolas, indígenas y africanas, impidió que nuestra cultura hispanoamericana fuera barrida, logró permanecer, imponerse, y ya desde inicios del siglo XX nuestra cultura hispanoamericana dió muestras de su vitalidad, y estas nueve (9) canciones populares con ecos homéricos, son pruebas irrefutables de ello. Hispanoamérica preservó su legado cultural español, no fue borrada culturalmente, permanece hablando español (y, pionera en el mundo, en tierra argentina creó su propio Rock en Español), mayoritariamente católica y tiene como propias las tradiciones literarias de España y sus raíces grecolatinas; por esto, nuestros compositores hispanoamericanos, igual que los compositores españoles, demás europeos y norteamericanos, también se inspiran en Homero para crear sus canciones, que son admiradas y asumidas como propias por todos los pueblos de habla española y logran impactar al mundo, gozando de gran popularidad. Y además contiene NUEVE NOTAS SOBRE HOMERO:
NOTA 1: HOMERO, CREADOR DEL MONÓLOGO INTERIOR
NOTA 2: ¿HOMBRES SIN VOZ ARTICULADA?
NOTA 3: TRIBUTOS DE SANGRE EN LA MITOLOGÍA GRIEGA ¿ORIGEN HOMÉRICO DE LOS VAMPIROS MEDIEVALES?
NOTA 4: HOMERO, PRIMER EXPOSITOR DE LA DOCTRINA DEL DERECHO DIVINO DE LOS REYES
NOTA 5: HOMERO ¿AEDO CIEGO DE LAS COLONIAS GRIEGAS DEL MAR NEGRO?
NOTA 6: ULISES, EL HÉROE HOMÉRICO DESPLAZADO POR DON QUIJOTE, EL HÉROE CERVANTINO
NOTA 7: HOMERO, RAÍZ DE LA MODERNIDAD LITERARIA
NOTA 8: TERSITES, PRECURSOR DE LA DEMOCRACIA
NOTA 9: REIVINDICACIÓN DE TERSITES
Y Homero siempre ha estado, está y estará presente en nuestra cultura.
Muchas gracias por leer esta carta, y espero que también por leer mi ensayo, disponible en Amazon en versión impresa (28 dólares) y versión electrónica (9,90 dólares)
Atentamente, y siempre a sus órdenes,
Mario Raimundo Caimacán.